Lenguaje, ideología e informaciónel tratamiento del conflicto armado en colombia (2002-2012)
- LONDOÑO ALURRALDE, ELINA YAHAIRA
- María Isabel Hernández Toribio Zuzendaria
- María Elena Gómez Sánchez Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 2014(e)ko iraila-(a)k 11
- Joaquín María Aguirre Romero Presidentea
- Carmen Aguirre Martínez Idazkaria
- Marina Fernández Lagunilla Kidea
- Luis Guerra Salas Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
La tesis doctoral Lenguaje, ideología e información: el tratamiento del conflicto armado en Colombia (2002-2012) aborda las formas de interacción lingüística que se establecen en virtud del conflicto armado en los medios de comunicación, particularmente, en los diarios El Tiempo, El Colombiano y El Espectador. Esta interacción lingüística que se materializa en lo que recibimos como información se constituye a partir de los discursos planteados, dentro de un mismo contexto y sobre ese mismo contexto, por actores diferentes, cada uno con una visión y una ideología propia, pero con un propósito común: poder, ya sea legítimo, como en el caso del gobierno; o ilegítimo, como en el caso de los grupos armados ilegales. Lo cierto es que sin importar las vías de acceso hacia ese propósito, todas las partes involucradas en el conflicto han usado y abusado del lenguaje para configurar discursos que alteran la representación de lo que entendemos como lo real.La situación que ha desangrado a Colombia durante más de cincuenta años a menudo ha sido denominada como conflicto armado, conflicto interno o, en algunas ocasiones, como guerra. Sin embargo, más allá de cómo se le denomine, lo cierto es que las formas de representación discursiva de esa realidad se plantean desde una estrecha asociación con procesos de atenuacióno encubrimiento, que se facilitan gracias a la sustitución lingüística en la que se solapan escenarios cuestionables propios de ese contexto nombrado con el sustituto de conflicto, aun cuando con frecuencia los hechos indicarían que el nombre exacto quizás podría ser guerra.En este sentido, es necesario tener en cuenta que los medios han servido, a través del uso del lenguaje, para configurar discursos que atenúan o encubren intenciones más allá de informar y que contribuyen a fabricar formas de interpretación de lo real, toda vez que, además de reproducir los discursos de quienes ejercen formas de poder en el contexto del conflicto, son productores de sus propios discursos. En esa medida, el uso del lenguaje por parte de los medios se plantea en estas dos dimensiones. Como productores de sus propios discursos los medios tendrían que usar el lenguaje para informar la verdad con absoluta sujeción a los hechos y ajenos a cualquier postura ideológica; sin embargo, en algunas ocasiones, los medios, como productores de discursos propios, y como indica Serrano (2008), pasan de ser testigos de los hechos a convertirse en intérpretes de la realidad. De este modo, si bien en la configuración de los discursos informativos no se miente, la verdad se diluye un poco en esa interpretación de la realidad que se evidencia, por ejemplo, en todos aquellos recursos lingüísticos que simplifican una realidad compleja e informan la falsa idea de que esta es menos severa.Pero, en últimas, no es posible afirmar que el lenguaje en sí mismo es responsable de las situaciones que se favorecen gracias a su uso, por lo que la conclusión se presenta de manera casi obvia, no se trata del lenguaje en sí mismo, se trata del uso que se hace del lenguaje y las condiciones en que se da este uso; de las condiciones en las que a través del uso lingüístico se articulan discursos convenientes a los diferentes contextos en los que se ejerce el poder.