Cádiz, centro operístico peninsular en la España de los siglos XVIII y XIX (1761-1830)

  1. DIEZ RODRIGUEZ, CRISTINA
Dirigida por:
  1. Emilio Francisco Casares Rodicio Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 19 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Víctor Sánchez Sánchez Presidente
  2. Alvaro Torrente Sánchez-Guisande Secretario
  3. Ramón Sobrino Sánchez Vocal
  4. José Máximo Leza Cruz Vocal
  5. Antonio Martín Moreno Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

A lo largo del siglo XVIII Cádiz fue configurándose como una ciudad de características únicas. Su privilegiada situación geográfica en las rutas marítimas comerciales y el traslado de la Casa de Contratación desde Sevilla (1717), la convirtieron en el centro comercial más importante entre Europa y el Nuevo Mundo. Este esplendor se dejó sentir en casi todos los aspectos sociales de la misma, emergiendo una burguesía con un peso específico en la vida cultural y un importante colectivo extranjero que se asentó en la ciudad atraído por su intensa vida comercial. Durante algunos años del siglo XVIII Cádiz contó con tres teatros funcionando de manera simultánea: la Casa de Comedias (creada en el siglo XVII), el Coliseo de Ópera (1761-1779) y el Teatro Francés (1769-1779). Las características de la sociedad gaditana unidas a la amplia infraestructura teatral de la ciudad convirtieron a Cádiz en un centro de gran predisposición para albergar uno de los espectáculos que mayor importancia estaba adquiriendo en aquellos años: la ópera. Durante los años de vida del Coliseo de Ópera llegaron a Cádiz un gran número de compañías italianas portando el repertorio más en boga del momento. Con la clausura de este teatro y el regreso de los cantantes italianos a su país, la actividad operística en España entró en crisis; no sería hasta 1787 que comenzaría el movimiento de restauración de la ópera, en el que Cádiz participaría de manera muy activa. Los primeros años del siglo XIX (1802-1808), se caracterizaron por la incorporación del repertorio francés con autores como Dalayrac, Boieldieu, Della-Maria, Isouard, y por el intento de creación de un modelo de ópera propiamente español. En estos años Cádiz se mantuvo como ciudad de referencia del mundo operístico contando con la presencia de compositores emblemáticos como Manuel García y Esteban Cristiani. Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) el teatro gaditano se convirtió en tribuna de proclamas políticas y expresiones patrióticas, adquiriendo un matiz que superó lo estrictamente teatral. El repertorio operístico continuó la estela de la capital madrileña con el predominio absoluto de autores franceses y la permanencia en cartel de Cristiani y sobre todo de Manuel García. Durante los primeros años del Sexenio Absolutista (1814-1817) el pulso de la actividad operística se mantuvo con bastante regularidad. Los dos últimos años del Sexenio (1818-1820) coincidieron con la irrupción de G. Rossini. La primera interpretación pública de música de Rossini tuvo lugar a principios de 1817; la eclosión definitiva se produce en 1818 con la llegada de las cantantes Benita y Francisca Moreno. A la caída del Régimen Liberal tendría lugar la primera cumbre del rossinismo (1823-24). Hasta el momento Cádiz se había mantenido a la zaga de los teatros madrileños en cuanto a recepción de música de Rossini; será a partir de 1825 cuando Cádiz entrará en un circuito operístico diferente, pues los cantantes que ahora llegan lo harán desde Lisboa portando un repertorio fundamentalmente rossiniano. Gran parte de aquellos títulos aún no se habían estrenado en España y algunos solo llegarían a interpretarse en el Teatro Principal. Cádiz vivió una segunda cúspide del rossinismo (1825-26) y se constituyó en un centro receptor de primer orden del repertorio rossiniano. A estas alturas de la centuria la burguesía gaditana seguía ostentando gran parte de su preeminencia social, erigiéndose en principal apoyo del espectáculo operístico. Este apoyo fue decisivo para que Saverio Mercadante, decidiera permanecer en Cádiz (1829-1830) propiciando así la temporada más brillante de todo el periodo estudiado. Mercadante desarrolló una fructífera actividad compositiva el tiempo que estuvo en la ciudad que dio lugar a dos óperas, una cantata, uno coro y un himno, obras todas estrenadas en el Teatro Principal de Cádiz