La calle mayor de Madrideje y escenario de la villa

Resumo

Desde época musulmana, las "calles mayores", uniendo las puertas del recinto amurallado, se abría como las vías más importantes de las ciudades. Será en el medievo cristinao cuando se puda comenzar a hablar del urbanismo de la Calle Mayor, alcanzando su máximo apogeo durante la Edad Moderna, y su decandencia con las políticas urbanísticas de ensanche de las ciudades en el siglo XIX. En este panorama general, situamos a la calle Mayor de Madrid, objeto de esta Tesis. Durante el Renacimiento se irá solidificando la estructura de la calle con la elevación de las más interesantes construcciones, pero será principalmente durante el barroco, cuando la calle Mayor se convierta en la primera figura del urbanismo madrileño. Una call de gran longitud y menor anchura, que se irá abriendo paso entre el irregular y laberíntico entramado urbano de Madrid. A su substancial función de enlace entre el Palacio Real y la principal salida de la ciudad, hay que añadir otros factores que la engrandecen y le hacen merecer el título de calle Mayor. Por un lado las distintas tipologías arquitectónicas que a ambos lados de la calle se levantan: edificios religiosos (Iglesia del Buen Suceso, Convento de San Felipe el Real, Iglesias de San Salvado, Monasterio de las Monjas de Constantinopla, Iglesia de Santa María); palacios como el del Conde de Oñate, el del Duque de Abrantes y el del Duque de Uceda; edificios de carácter público, como el Ayuntamiento y cárcel de la Villa, que aglutinaron en la plaza de la Villa toda la funicón pública y administrativa de la ciudad; una arquitectura nobiliaria que reunía, en torno al monarca, a las más ilustres familias del momento; y, una abundante arquitectura doméstica que enseñoreba y engalanaban el transcurrir de la calle Mayor. Plazuelas, puertas, fuentes..se salpicaban en el recorrido de la calle. Por otra parte, la calle Mayor de Madrid, concentra y cumple una serie de funciones vitales