Modelos de división comarcal de Cataluña

  1. ARIJA RIVARES, EMILIO
Supervised by:
  1. José Manuel Casas Torres Director

Defence university: Universidad Complutense de Madrid

Year of defence: 1978

Committee:
  1. José Manuel Casas Torres Chair
  2. José María Sanz García Secretary
  3. María Rosario Miralbés Bedera Committee member
  4. Joaquín Bosque Maurel Committee member
  5. Julián Alonso Fernández Committee member

Type: Thesis

Teseo: 1309 DIALNET

Abstract

De una manera informal la primera división territorial natural de la región catalana puede fijarse en la división señorial en condados dentro de los límites de la Marca Hispánica. Estos condados, enclavados en la Cataluña cristiana del siglo IX, eran los de Ampurias, Besalú, Gerona, Ausona, Urgel, Manresa, Cerdaña y Barcelona. Es necesario señalar el peso decisivo de la historia en la formación de la región catalana como entidad territorial y humana, con sus particularidades, leyes, costumbres e idioma. Este proceso histórico queda estudiado en los capítulos correspondientes: Cataluña. Formación histórica de la región y Cataluña. Problemática histórica de la región. No obstante, es la geografía la que en el futuro ha de limitar y señalar la división territorial catalana que ha de pasar de los condados a las veguerías y de éstas a las comarcas naturales. Por ello hay que destacar la importancia de los elementos estructurales de Cataluña que prestan su originalidad fisiográfica a la región. Una vez analizados los factores integrantes de la geografía e historia regionales, ya es posible estudiar las comarcas catalanas. Posiblemente ninguna región ha puesto tanto énfasis en el estudio de sus comarcas como lo ha hecho Cataluña. Los criterios para su estudio y delimitación, sin dejar de ponderar debidamente los factores geográficos e históricos, tuvieron en cuenta razones sociales, políticas, paisajísticas y, sobre todo, económicas. Las comarcas quedan agrupadas, atendiendo a los anteriores criterios, en las siguientes subregiones: Pirineo Catalán, Montaña Oriental Húmeda, Costa Brava, Costa Dorada, Cordillera Prelitoral, Altiplano Central, Depresión Central y Región Catalana del Ebro. Comprende el Pirineo Catalán dos sectores: el más occidental es todavía parte del Alto Pirineo y se extiende desde el Valle de Arán hasta La Cerdeña, ofreciendo cumbres superiores a los 2.500 metros; el más oriental se extiende desde la Depresión de La Cerdaña hasta los Montes Alberes que agotan sus últimas alturas junto al Mar Mediterráneo. El primer sector, al que denominamos Pirineo Catalán, agrupa a las altas comarcas del Valle de Arán, Alta Ribagorza, Pallars, Alto Urgel, La Cerdaña y Bregada. Su economía de alta montaña añade los recursos hidroeléctricos y los turísticos junto a una débil explotación minera y una industria textil más cargada de tradición que de fuerza efectiva. La Montaña Oriental Húmeda une al Pirineo con las Cadenas Litorales, sirviéndole de eje orográfico la Cordillera Transversal. Región de gran complejidad tiene como nexos unificadores una pluviosidad nunca inferior a 700 milímetros y una orografía en la que se suceden las cumbres superiores a los 800 metros, entre las que se hunden depresiones como las de Olot, Plana de Vich, Cuenca del Jirones y zona baja de La Selva, entre el Ter y el Tordera. Sus comarcas son las del Ripollés, La Garrotxa, Osona, Jirones y La Selva. Las comarcas septentrionales dotadas por su clima frío y lluvioso de poblados bosques y reducidos recursos agrícolas contrastan con las comarcas meridionales de fuerte ganadería porcina y vacuna y que cuentan con importantes centros textiles que anuncian los grandes complejos fabriles del Valle y de Barcelona. Toda la fachada oriental catalana está bañada por el Mediterráneo y este mar deja penetrar profundamente sus influjos climáticos en la región cuando no encuentra murallas orográficas que se le opongan.La influencia marítima salva fácilmente la Cordillera litoral y su depresión contigua y suele detenerse en la vertiente meridional de la Cordillera Prelitoral, particularmente ante los macizos montañosos de Prades, Montserrat y Montseny. La plataforma litoral es muy estrecha y a veces desaparece en las costas en las que la Cordillera Litoral se asoma acantilada sobre el mar. La llanura litoral apenas se ofrece más que en los dos extremos de la costa catalana, al norte en el Ampurdán, que generosamente se abre ante el golfo de Rosas, y al sur en el delta del Ebro y en las tierras bajas de Tarragona, ante el golfo de San Jorge. Las costas catalanas son fundamentalmente la Costa Brava, que comprende al Ampurdán y la Costa Dorada que abarca la Marina de Levante, Barcelona, la Marina de Poniente y las costas del Tarragonés. Si la Costa Brava tiene como comarca al Ampurdán, la Costa Dorada reune las comarcas litorales del Maresme, el Barcelonés, el Penedés y el Campo de Tarragona con la subcomarca de Tarragonés, teniendo como traspaís o hinterland la comarca interior del Vallés, abierta sin mayor obstáculo al influjo litoral y penetrada económicamente por la conurbación barcelonesa. El centro comarcal de la Costa Dorada agrupa la mayor aglomeración humana de Cataluña con los 3 millones de almas de Barcelona y las 300.000 de Sabadell y Tarrasa. Allí se centra el mayor potencial industrial catalán, entre cuyas múltiples actividades sobresale pujante la industria textil y las fabricaciones metalúrgicas, mecánicas, químicas, papeleras, gráficas, etc.Correlativamente, con su Bolsa de Valores y su Puerto, es uno de los principales centros comerciales del país. Los grandes complejos agrícolas residen en la comarca del Maresme (cultivos industriales), Penedés (cultivos vitícolas) y Campo de Tarragona (cultivos frutales, vitícolas, oleícolas y una considerable cabaña avícola). Tanto la Costa Brava como la Costa Dorada reunen a lo largo de sus 500 kilómetros de oral una de las más densas concentraciones turísticas de España. La Cordillera Prelitoral, alargado rosario orográfico de 250 kilómetros de longitud, ofrece un relieve cortado por los cursos fluviales que, procedentes de la vertiente pirenáica , establecen pausas topográficas y abren cuencas deprimidas al estar rodeadas por la sucesión de los macizos de Montserrat, Prades y Montsey. Esta región serrana de baja densidad demográfica agrupa a las comarcas del Priorato, Conca de Barberá, Conca del Anoya y Bages. Corazón espiritual de Cataluña guardan celosas sus montañas los monasterios de Poblet y Montserrat. Su vida económica se refleja en una agricultura de transición y en una variada actividad industrial con elaboración de cueros y curtidos, fabricación de papel, industria textil, explotación minera de yacimientos salinos sódicos y potásicos, etc. Encuadrado entre las sierras prepirenáicas y las alineaciones de la Cordillera Prelitoral se encuentra el Altiplano Central, que a través de sus comarcas del Solsonés y La Segarra inicia, desde una topografía tabular, el descenso escalonado hacia el Valle del Ebro. Son tierras frías y pobres y, en consecuencia, de débil población. La Depresión Central se ve orlada por un reborde montañoso que corresponde en el norte a las sierras de Prepirineo y por el sur y sureste a las sierras de la Cadena Prelitoral. La Depresión Central en su breve descenso hacia el oeste se termina confundiendo con la Depresión del Ebro al alcanzar las llanuras regadas por el Segre; en las llanuras ilerdensas y en sus rebordes se agrupan las comarcas de La Noguera, Urgel, Las Garrigas y el Segiá. De sus rebordes septentrionales obtiene una importante producción hidroeléctrica pero, aparte otras actividades industriales textiles, papeleras, oleícolas, conservas, etc., su principal riqueza reside en una próspera agricultura favorecida por el regadío que transformó los yermos de la Depresión Central y la dotó de excelentes cultivos frutales: pera (la famosa limonera), manzana, avellano, vid, etc. Por fin, hace acto de presencia el Ebro, al sur de la Depresión Central, con el último gran meandro ibérico en busca de su desembocadura por un amplio delta. La Región Catalana del Ebro comprende las comarcas de la Tierra Alta, Ribera del Ebro y Bajo Ebro Montsiá. Además de los complejos hidroeléctricos de los embalses abiertos en el bajo curso del Ebro y de su industria química, la economía comarcal es la de una agricultura de transición entre la catalano-aragonesa del secano revitalizado por el regadío y la de la huerta valenciana.La Tesis se inicia con una bibliografía que recoge un total de 145 títulos, en su mayor parte comentado y se cierra con una lista alfabetizada de los 189 títulos consultados.