El deseo en la novela posmoderna

  1. MARTÍN RUIZ, ISABEL
Dirigida por:
  1. Antonio Garrido Domínguez Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 11 de diciembre de 2014

Tribunal:
  1. Epicteto Díaz Navarro Presidente
  2. Rebeca Sanmartín Bastida Secretaria
  3. Juan Frau Vocal
  4. María Ángeles Hermosilla Álvarez Vocal
  5. María Victoria Utrera Torremocha Vocal
Departamento:
  1. Lengua Española y Teoría Literaria

Tipo: Tesis

Resumen

El objetivo de este trabajo no es otro que reflexionar acerca de qué es el deseo, cómo se concibe en la actualidad y cómo estas novedosas concepciones se reflejan en la narrativa posmoderna. El deseo históricamente ha despertado recelo, hoy, en cambio, sólo pronunciar su nombre resulta embriagador. Este trabajo hace hincapié en esta nueva forma de percibirlo, que es fielmente reflejada en las novelas estudiadas. El primer capítulo de esta tesis está dedicado a analizar qué es el deseo. Hemos partido de la idea de Spinoza de deseo como esencia y motor del ser humano, pero también de la idea platónica del deseo como carencia. Este apartado también insiste en el obsesivo afán de comparación del ser humano y en su tendencia al idealismo. El neurocientífico Semir Zeki ha comprobado que nuestra mente crea modelos abstractos y perfectos que contrastan con la imperfección de nuestra vida cotidiana. El deseo también está orientado por los instintos de la especie a la que pertenecemos, es decir, muchos deseos están relacionados con nuestro pasado evolutivo y son una constante desde la caverna hasta el día de hoy. Este primer capítulo también analiza dos de los grandes deseos humanos: el amor y el odio, y también indaga en las diferencias entre necesidades básicas, deseos racionales e irracionales. Por último, hace un breve recorrido por la historia de la filosofía y de las religiones para ver qué se ha dicho sobre el deseo. El segundo capítulo está dedicado al estudio de las relaciones del deseo con nuestro universo social y cultural. Este estudio parte de la convicción de que muchos deseos que vivimos como propios son socialmente inducidos, y es que lo social determina los deseos del individuo, es decir, muchos deseos no nacen de nosotros- como dice Deleuze. Las personas buscamos ser aceptadas y estamos expuestas a similares experiencias, la opinión de los demás nos importa, es normal que nuestros anhelos converjan en puntos similares, que haya modelos generalizados de deseos. Nuestra sociedad de la abundancia rinde culto al deseo y glorifica la subjetividad del individuo. En un mundo sin trascendencia lo único que cabe esperar es la felicidad en esta vida, por lo que de la visión moral debes ser una buena persona se pasa a una ética de la felicidad debes ser feliz. El tercer capítulo de la tesis está dedicado a exponer las características de la novela posmoderna y el cuarto a ver cómo todo lo anterior se recoge en textos concretos. El corpus de novelas posmodernas con las que he trabajado Michel Houellebecq, Frederic Beigbeder, Philip Roth, César Aira, Andrés Barba, creo que refleja a la perfección todas estas nuevas concepciones. Son novelas que se vuelcan sobre lo doméstico y repudian lo político y universal. El deseo, el amor y el sexo son los grandes ejes temáticos a falta de otros elementos superiores. La posmodernidad no siente fascinación por el amor entendido como culto a un ser único, sino que entroniza al propio deseo, que irá posando sus tentáculos en diferentes seres. Lo que interesa es la experimentación del deseo intenso. Las novelas insisten en la idea de que sin deseo el amor no es posible, pero como el deseo tiene fecha de caducidad, el amor no puede permanecer. De esta forma el deseo es el gran escollo para un amor que sólo parece posible al principio, en el enamoramiento, cuando la pasión y la excitación corren a raudales. El sexo es uno de los temas más importantes en las novelas. Los anhelos de los sesenta fueron frenados por la mercantilización, el individualismo, la tiranía de la belleza, la aparición de enfermedades, el narcisismo y la falta de comunicación. Se rompe el amor tradicional, pero no se materializa el acceso al placer. Los personajes, lanzados a la deriva, viven en un mundo capitalista del que disfrutan y al que desprecian, se enfrentan con una tarea que les sobrepasa por momentos: asumir su libertad.