Terapia celular en un modelo marino de protoporfiria eritropoyética

  1. Garcia Bravo, Maria
Dirixida por:
  1. Rafael Enríquez de Salamanca Lorente Director
  2. Antonio Fontanellas Romá Co-director

Universidade de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 24 de setembro de 2007

Tribunal:
  1. Mónica de la Fuente del Rey Presidenta
  2. Amalia Diez Martín Secretaria
  3. Guillermo Güenechea Amurrio Vogal
  4. José Carlos Segovia Sanz Vogal
  5. Isabel Varela Nieto Vogal

Tipo: Tese

Resumo

El modelo murino de protoporfiria eritropoyética (PPE) Fech"'"'as/Fech'""'"x reproduce la sintomatología más grave de los pacientes con PPE, que incluye fotosensibilidad y disfunción hepática. Este modelo presenta una disminución pronunciada de la actividad de la ferroquelatasa, última enzima de la ruta de síntesis del grupo hemo, que tiene como consecuencia la acumulación excesiva de protoporfirina en eritrocitos, plasma, hígado y heces. La hepatopatía grave que presenta este modelo de PPE se debe al efecto tóxico de la protoporfirína e incluye fibrosis, depósitos de protoporfirina en parénquima y conductos biliares, citolisis e hiperplasia regenerativa de los hepatocitos. El trasplante de médula ósea en la PPE mejora la fotosensibilidad al reducir drásticamente la producción de protoporfirina eritroide. Sin embargo, no se conoce si el trasplante mejoraría también la condición del hígado, debido al aporte que las células madre de médula ósea puedan tener en la regeneración hepática. Se realizaron trasplantes de médula ósea de ratones machos sanos en hembras con PPE de 8 semanas de edad y se establecieron 3 grupos de animales que se sacrificaron a (i) 3 meses post-trasplante, (ii) 3 meses post-trasplante y después de tratamiento con (G-CSF; Quintana-Bustamante et al, Hepatology, 2006), y (iii) 9 meses post-trasplante. El trasplante de médula ósea sana en ratones con PPE indujo una disminución de la concentración de protoporfirina en eritrocitos y en tejido hepático, probablemente como consecuencia del freno de su sobreproducción eritroide. Ello se tradujo en una mejoría de la estructura y función del hígado, hecho que fue especialmente evidente al cabo de nueve meses de trasplante. Mediante técnicas de ¡nmunohistoquímica y de hibridación in situ con sondas específicas para el cromosoma Y se localizaron y caracterizaron las células de origen donante en el hígado receptor. Las células donantes contribuyeron a la población hepática de miofibroblastos (a-sma*) constituyendo hasta el 30% y el 20% de estas células después de 3 y 9 meses post-trasplante respectivamente. Además, la mayoría de las células de origen donante mostraron fenotipo de células ovales (CK19+) y alcanzaron hasta el 40% de este tipo celular. Se observó también un elevado porcentaje de hepatocitos (albúmina*) de origen donante: el 10% y el 17%, tres y nueve meses post¬trasplante y hasta el 28% en los animales que recibieron el tratamiento con G-CSF. En conclusión, células derivadas de la médula ósea contribuyen muy significativamente a la reparación del tejido hepático. Esta reparación está asociada a fibrogénesis hepática y a regeneración hepática a través de progenitores hepáticos y demuestra que células derivadas de médula ósea contribuyen a la reparación de tejidos no hematopoyéticos en presencia de ventaja selectiva.