Estudio controlado sobre la aparición de xerostomía en mujeres postmenopáusicas y su relación con la depresión

  1. RIVERA GOMEZ, MARÍA BEGOÑÁ
Dirigida por:
  1. Gonzalo Hernández Vallejo Director
  2. Lorenzo Arriba de la Fuente Codirector

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 10 de abril de 2007

Tribunal:
  1. Antonio Bascones Martínez Presidente
  2. Monica de Lucas Gonzalez Secretario/a
  3. A. Martínez-Sahuquillo Márquez Vocal
  4. Guillermo Jesús Pradies Ramiro Vocal
  5. Juan Carlos de Vicente Rodríguez Vocal
Departamento:
  1. Especialidades Clínicas Odontológicas

Tipo: Tesis

Teseo: 136144 DIALNET

Resumen

Entre el 14 y 46% de la población adulta padece xerostomía de forma habitual, siendo las mujeres postmenopáusicas uno de los grupos de mayor prevalencia. En la actualidad las mujeres pasan al menos una tercera parte de su vida después de la menopausia, ya que en los últimos años la esperanza de vida ha experimentado un incremento notable mientras que la edad de presentación de la menopausia permanece constante. Muchas mujeres menopáusicas sufren cambios en el estado de ánimo, especialmente trastornos depresivos. En la etiopatogenia de la depresión, se han implicado factores psíquicos, genéticos, socioculturales y somáticos. Dentro de estos últimos, destacan las alteraciones en la respuesta hormonal al estrés. De este modo, se acepta que la presencia de hipercortisolemia se relaciona con la aparición de trastornos depresivos. El objetivo del presente trabajo era valorar la relación entre la presencia de xerostomía en mujeres postmenopáusicas y las cifras de flujo salival total no estimulado, el grado de depresión y los niveles de cortisol salival. Para ello, se diseñó un estudio analítico observacional de casos y controles en pacientes postmenopáusicas con xerostomía sin disminución del flujo salival frente a mujeres postmenopáusicas sin xerostomía. Se seleccionaron 100 mujeres que se dividieron en dos grupos, estudio y control, en función de la presencia/ausencia de xerostomía, respectivamente. A todas ellas se les tomó una muestra de saliva para calcular la tasa de flujo salival total no estimulado y posteriormente determinar los niveles de cortisol salival. Para valorar el grado depresión se utilizó el Inventario de Depresión de Beck (BDI). Los resultados del presente trabajo indican que la disminución del flujo salival no es una condición indispensable para el desarrollo de xerostomía en mujeres postmenopáusicas y que éstas últimas se encuentran más deprimidas cuando refieren xerostomía. Por ello, el uso de tests psicológicos de fácil aplicación podría ser útil como técnica de screening en aquellas pacientes en las que la sensación subjetiva de boca seca no se acompaña de disminución del flujo salival o trastornos de las glándulas salivales.