Mujer y telar. Las mujeres trabajadoras en el mundo romano
- RUIBAL RODRÍGUEZ M. MILAGROSA
- Julio Mangas Manjarrés Director
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 04 de noviembre de 2002
- Domingo Plácido Suárez Presidente
- Cristina Segura Graíño Secretaria
- Isabel Velázquez Soriano Vocal
- Cristóbal González Román Vocal
- Rosa María Cid López Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La imagen que se ha transmitido de las mujeres romanas responde a estereotipos formados por una mentalidad histórica patriarcal. Así se nos ha legado a la posteridad imágenes de la mujer romana bajo tres aspectos fundamentales: A,- Matronas, ejemplo de laboriosidad, tipo Lucrecia o Cornelia, con los adjetivos lanifica o domiseda. B,- Mujeres libertinas y depravadas como Lesbia o Mesalina. C,- Ambiciosas y litigantes como Terencia o Fulvia. Este trabajo pretende demostrar como la mayor parte de la población femenina está muy lejos de estos modelos. Por parte de las mujeres de la nobleza había un grupo importante de ellas, que dueñas de un patromino considerable, se dedicaban a los negocios con el fin de conservarlo y aumentarlo, por lo que las vamos a encontrar en diferentes empresas tales como fábricas de ánforas, ladrillos, tuberías, comercio de aceite, garum, explotaciones agrícolas y ganaderas, etc. Las mujeres de las clases sociales más pobres ya fueran libres, libertas o esclavas estaban dedicadas en su mayor parte a la agricultura, ya que la economía del Imperio Romano era fundamentalmente agraria. Trabajan mano a mano con los hombres en las faenas agrícolas, además de ocuparse de la economía doméstica. En el sector servicios había un gran número de esclavas dedicadas al cuidado personal de los amos, tanto en el aspecto administrativo, vg.librariae, como en el personal, las ornatrices. En el mundo de la artesanía tienen una gran participación en la industria textil; se encuentran documentos epigráficos que atestiguan su presencia en casi todos los pequeños comercios. Finalmente se destaca su actividad laboral en el mundo de los espectáculos, la medicina o la prostitución, para acabar haciendo una mención a su presencia en el mundo de la cultura o de la religión.