Rotura prematura de membranas ovulares. Infección amniótica. Estudio de algunos aspectos de interés actual

  1. RIVERA VELA LUIS MIGUEL
Dirigida por:
  1. Manuel Escudero Fernández Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Año de defensa: 1988

Tribunal:
  1. José Antonio Clavero Núñez Presidente
  2. José Antonio Vidart Aragón Secretario
  3. Juliana Fariñas Gonzalez Vocal
  4. Ildefonso Tarancón Martínez Vocal
  5. Juan I. Alvarez de los Heros Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 18597 DIALNET

Resumen

Hay un 13,9% de casos con R.P.M. La máxima incidencia ocurre en las gestaciones de menor edad, iniciándose el parto espontáneamente antes de 24 horas, en la mayor parte de los casos. Los factores asociados a la R.P.M. No tienen fácil prevención. La colonización genital aerobia se asocia con los casos prolongados, mientras la colonización anaerobia ovular predomina en el grupo de rotura reciente. Hay una disminución del grosor de las membranas y del índice de separación carioamniótica en el grupo r.P.M. La inflamación histológica se asocia bien a los parámetros infecciosos, pero el 35% de los casos son estériles microbiológicamente, sobre todo los grados leves, que a su vez se asocian con la lupoxia, posible estimulo de migración leucocitaria distinto del infeccioso. Las complicaciones infecciosas y la mortalidad perinatal aumentan con la prolongación del tiempo de la tendencia, en los casos a termino, pero no lo hacen en las gestaciones pretermino. Las principales causas de muerte son la inmadurez y la sepsis de comienzo precoz. La mortalidad fetal entre 32-36 semanas, es menor en el grupo r.P.M. Los factores asociados con la presencia de infección clínica son: rotura prolongada, edad gestacional pretermino, fiebre, y además en el caso del recién nacido: la inflamación histológica severa y la corioamnionitis bacteriológica, y para la infección puerperal: la intervención cesárea. En las rpm a termino y no complicadas, recomendamos inducir el parto en 12-20 horas. En los casos pretérmino y no complicados, la espera no aumenta el riesgo infeccioso ni de mortalidad, disminuyendo la inmadurez.