Sintomatología depresiva del niño desde la perspectiva del desarrollo madurativo

  1. DE DIOS VEGA JOSE LUIS
Zuzendaria:
  1. Francisco Alonso Fernández Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Defentsa urtea: 1989

Epaimahaia:
  1. Enrique Casado de Frías Presidentea
  2. Filiberto Fuentenebro de Diego Idazkaria
  3. Pedro Benjumea-Pino Kidea
  4. Carlos Carbonell Masiá Kidea
  5. E Rojas Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 21389 DIALNET

Laburpena

Las tendencias actuales sobre la depresión en el niño consideran que este manifiesta la sintomatología depresiva de modo diferente según el nivel de desarrollo madurativo en el que se encuentre. Los estudios realizados hasta el momento adolecen de imprecisión, a la vez que estudian niveles madurativos muy amplios, considerando la edad escolar, de 6 a 13 años como un único nivel. En esta tesis se formula la hipótesis de que en esta edad existen diversos modos de manifestar la depresión al haber varios niveles madurativos. Se han seleccionado 81 historias clínicas entre 5000 del centro de psiquiatría infantil del hospital clínico de Madrid según los criterios del dsm-iii, rdc y cie-9 y diagnosticadas como enfermedad depresiva. Se clasificaron en 3 grupos: de 6 a 8 años, de 9 y 10, y de 11 y 12, atendiendo a los diferentes niveles madurativos considerados por diversos autores (Lutz, Piaget, Remplin, etc.). Por ultimo se agrupo la sintomatología según el modelo tetradimensional de Alonso Fernández, en 4 dimensiones: humor depresivo, anergia, discomunicación y ritmopatía. Tras el análisis fenomenológico de los distintos síntomas, de su frecuencia de aparición, y de las posibles diferencias entre los tres grupos, se ha encontrado, tanto en la forma de expresión como en la frecuencia, diferencias netas entre dichos grupos. Ello permite formular, como conclusión principal, que el nivel madurativo condiciona necesariamente el modo de manifestar la enfermedad depresiva, observándose claras diferencias entre los distintos niveles madurativos al tiempo que se percibe una evolución en la expresión de los síntomas aproximándose a los del adulto a medida que el niño madura.