Relación del ángulo de fase determinado por bioimpedanciometría con factores de riesgo cardiovascular, adipocitoquinas, antropometría e ingesta dietética de pacientes obesos

  1. Bellido Castañeda, Virginia
Dirigida por:
  1. Daniel Antonio de Luis Román Director/a
  2. Manuel González Sagrado Director/a

Universidad de defensa: Universidade da Coruña

Fecha de defensa: 16 de enero de 2015

Tribunal:
  1. Fernando Cordido Carballido Presidente/a
  2. Alfonso Soto González Secretario/a
  3. José Manuel García Almeida Vocal
  4. Miguel León Sanz Vocal
  5. Miguel A. Martínez Olmos Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 376774 DIALNET lock_openRUC editor

Resumen

INTRODUCCIÓN: La bioimpedancia (BIA) es una técnica indirecta de composición corporal que mide agua corporal total (ACT) y estima masa grasa (MG) y masa libre de grasa (MLG) mediante ecuaciones predictivas basadas en técnicas de referencia. El ángulo de fase (AF) se calcula a partir de parámetros crudos de BIA (resistencia y reactancia). Se ha postulado como un buen marcador del estado nutricional y funcional, pero no hay estudios en pacientes con obesidad. OBJETIVOS: El objetivo de este trabajo es describir el AF y su relación con otros parámetros de BIA, antropometría, factores de riesgo cardiovascular, adipocitoquinas e ingesta nutricional en pacientes con obesidad. METODOLOGÍA: Estudio observacional, transversal y descriptivo, incluyendo 298 pacientes con sobrepeso y obesidad atendidos en la consulta de Nutrición del Hospital Río Hortega de Valladolid en el periodo 2008-2011. RESULTADOS: El AF medio fue de 6,7º (6,10-7,40º): 7,7º (7-8,12º) en hombres y 6,5º (6-7º) en mujeres, siendo 1,18º más bajo en hombres y 0,27º en mujeres mayores de 57 años con respecto a los menores de 32 años. Encontramos una correlación positiva del AF con el ACT (r=0,45; p<0,001), agua extracelular (r=0,15; p 0,008), agua intracelular (r=0,60; p<0,001), MLG (r=0,46; p<0,001) y masa muscular (r=0,52; p<0,001), medidos por BIA, y una correlación negativa con la MG (r= -0,25; p<0,001). Encontramos sólo una correlación positiva del AF con el IMC en sujetos con sobrepeso y obesidad grado I (r=0,18; p 0,022). Encontramos una correlación positiva del AF con la circunferencia braquial (r=0,15; p 0,008) y la circunferencia muscular del brazo (r=0,20; p 0,001). En los factores de riesgo cardiovascular, encontramos una correlación positiva del AF con triglicéridos (r=0,18; p 0,002), insulinemia (r=0,21; p 0,001) y resistencia a la insulina medida por HOMA (r=0,17; p 0,006), y negativa con colesterol HDL (r= -0,31; p <0,001). Con respecto a las adipocitoquinas, encontramos una correlación negativa del AF con leptina (r= -0,24; p<0,001) y adiponectina (r= -0,34; p<0,001). Del resto de parámetros bioquímicos, encontramos una correlación positiva del AF con creatinina (r=0,35; p<0,001), ácido úrico (r=0,23; p<0,001), proteínas totales (r=0,23; p<0,001), GOT (r=0,17; p 0,003), GPT (r=0,30; p<0,001) y GGT (r=0,30; p<0,001). CONCLUSIONES: El AF en nuestra muestra de pacientes con sobrepeso y obesidad es significativamente más alto en hombres que en mujeres y disminuye con la edad. La correlación del AF con el IMC se pierde con IMC por encima de 35, probablemente por un aumento del ratio agua extracelular/agua intracelular existente en la obesidad. El AF podría ser utilizado como un índice de muscularidad en pacientes con sobrepeso y obesidad. Los pacientes obesos con menor AF tienen mejor perfil metabólico, a pesar de tener más MG medida por BIA, y mayor adiponectina, por lo que pensamos que el AF podría servir en la identificación del obeso metabólicamente sano, aunque serían necesarios más estudios para confirmar estos resultados.