Los cistercienses en el sudoeste de Galicia a fines del Antiguo Régimen
- SEIJAS MONTERO, MARÍA
- Ofelia Rey Castelao Director/a
Universidad de defensa: Universidade de Santiago de Compostela
Fecha de defensa: 15 de enero de 2010
- Vicente J. Suárez Grimón Presidente/a
- Carmen Rodríguez González Secretario/a
- Magdalena de Pazzis Pi Corrales Vocal
- Antonio Luis Cortés Peña Vocal
- María Ángeles Pérez Samper Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
A lo largo de esta tesis doctoral se trató de ir definiendo las características socioeconómicas de las cuatro instituciones monásticas cistercienses situadas en el sudoeste gallego. Entre los monasterios de Galicia no eran los más importantes ni por la extensión geográfica de sus posesiones, ni por el volumen de sus rentas, pero sí significativos e indudablemente su estudio sirvió, una vez más, para romper con ciertos tópicos sobre la formación y gestión de sus patrimonios, tópicos que se gestaron a lo largo del siglo XVIII y primeras décadas del siglo XIX intentando justificar las acciones que las autoridades ilustradas promovieron contra las propiedades eclesiásticas y que los liberales materializaron. Toda una serie de indicadores han demostrado que, tal vez sin alcanzar el esplendor de los tiempos fundacionales, los monjes del sudoeste gallego consiguieron salvaguardar sus instituciones a lo largo del período moderno gracias a la diversidad y solidez de sus bases económicas y a una administración en manos de los propios religiosos con funciones muy bien definidas y competencias delimitadas, que eran supervisadas por la propia Orden, y que les permitieron vivir sin grandes agobios hasta que se inició la crisis de fines del Antiguo Régimen, en el último tercio del siglo XVIII. Los métodos que se utilizaron para realizar el trabajo no obedecieron a un único patrón. Las distintas situaciones por las que pasaron los monasterios cistercienses del sudoeste gallego a lo largo de su historia obligaron a emplear métodos diversos. Es cierto, sin embargo, que primó el interés por los datos susceptibles de ser cuantificados o seriados ya que el objetivo fundamental fue medir la importancia económica de cada uno de los monasterios. De todas maneras, se intentó establecer, cuando fue posible, un equilibrio entre la historia cuantitativa y la información cualitativa, la única capaz de ofrecer el plano humano de estas instituciones. En concreto esta investigación se realizó en el marco de la historia tradicional de la contabilidad, de acuerdo con el enfoque positivista interpretativo, para el cual la investigación histórica consiste en el descubrimiento de hechos del pasado, poniendo el acento en el estudio empírico de las fuentes primarias, y en su comprobación y verificación incluyendo una interpretación de los mismos acorde con el contexto económico y social que permita su mejor comprensión. Además, se han intentado respetar las modernas estrategias metodológicas de investigación, pues, a parte de haber consultado la bibliografía existente sobre los monasterios, se ha hecho una exhaustiva búsqueda de los fondos documentales en todos los archivos que custodian los fondos monásticos. A través de los siete capítulos en los que se ha dividido este trabajo se realizó, en primer lugar, una evaluación de la presencia monástica en el sudoeste gallego desde el mismo instante en que las primeras casas cistercienses se establecieron en Galicia. Se prestó una atención especial al momento en que tuvo lugar la instalación de las cuatro comunidades analizadas en este estudio, pues sólo entendiendo sus inicios y sus particularidades fue posible realizar un análisis de estas instituciones y medir su importancia en la Edad Moderna. Hemos seguido su trayectoria desde su integración a la Congregación de Castilla, tras la reforma cisterciense iniciada en la primera mitad del siglo XV, y nos detuvimos en la etapa que surgió de dicha adscripción, en la que se revitalizó la vida monacal y comenzó un nuevo periodo de auge económico. Se pudo comprobar además como en el siglo XVIII la situación de las casas cistercienses pontevedresas era ciertamente ventajosa ya que se seguían manteniendo gracias a las rentas forales obtenidas por la cesión de unos patrimonios formados en los siglos centrales de la Edad Media y reorganizados durante los tiempos modernos. El segundo aspecto estudiado fue el relativo a las bases económicas de los monasterios, poniendo el acento en la formación y evolución del patrimonio de las cuatro casas cuyo origen se remonta a la constitución de los mismos y tenía las características de la dispersión propia de los abadengos medievales. Se analizó la distribución espacial de las propiedades monásticas que de ningún modo era casual pues el propio emplazamiento de los monasterios estaba sujeto a determinadas condiciones que supusieron a la larga la creación de nuevas entidades de población y comunidades rurales que se beneficiaron de las nuevas técnicas y sistemas de cultivo. Se analizaron, asimismo, las formas de cesión que utilizaron para llevar a cabo la explotación de sus patrimonios, la importancia que la percepción de diezmos y otras rentas eclesiásticas tuvieron para las comunidades, el desarrollo de las inversiones en censos, que fue el principal mecanismo de crédito de la Edad Moderna, y lo que percibieron en concepto de derechos señoriales sobre determinados lugares. El tercer capítulo se refirió a la organización de la gestión económica y el análisis de los ingresos monásticos al que se le aplicaron análisis cuantitativos extraídos, precisamente, de la labor desempeñada por los responsables de la administración de los diferentes monasterios y prioratos. Se intentó demostrar como estos monasterios, siendo pequeños, fueron capaces de utilizar unos sistemas y procedimientos de gestión o control de las explotaciones que administraban ciertamente eficaces, garantizando así la supervivencia de las comunidades en las mejores condiciones posibles. Se analizó la estructura y evolución de los ingresos de las casas centrales y de sus prioratos, siempre que la documentación lo permitió, para saber las cantidades de productos en especie o de dinero que anualmente declaraban las instituciones y que constituían la base de toda la economía monástica. Se pudo comprobar además como la administración descentralizada a través de sus prioratos fue clave para hacer frente al mantenimiento de la vida en comunidad y, por consiguiente, imprescindible para afrontar los gastos, ordinarios y extraordinarios, que tenían los monasterios. Precisamente, los gastos fueron objeto de estudio en el cuarto capítulo. Se analizó su distribución y evolución en las casas centrales, pero sin desatender la realidad de los prioratos ya que como consecuencia de la evolución de los ingresos y del gasto realizado por cada uno de ellos se conoció el útil que finalmente era enviado a los monasterios. Se pudo saber cómo y de qué manera se alimentaban los monjes cistercienses del sudoeste gallego gracias al análisis de los gastos de alimentación; cuánto invirtieron en obras y la incidencia de los gastos originados por los pleitos y, además, se analizaron otros partidas de gastos que individualmente resultaron muy pequeñas, pero que en conjunto tuvieron una gran incidencia dentro de los gastos extraordinarios de las comunidades. El capítulo cinco se centró en hacer un balance económico de los monasterios, viendo su evolución en el tiempo y el estudio de la coyuntura. Se comparó el poder económico de aquellos y se conocieron las claves de sus semejanzas y diferencias. Además se analizaron las dos situaciones contables a las que se enfrentaron los monasterios, la de excedente para conocer cómo invirtieron el dinero sobrante y la de déficit en la que se descubrieron las estrategias utilizadas por los monjes en períodos de crisis. La conflictividad, centrada, sobre todo, en el patrimonio y las rentas se estudió en el sexto capítulo. Su importancia era enorme pues estas instituciones lucharon con fuerza para defender un patrimonio que habían acumulado durante siglos y que no estaban dispuestos a perder. Se ha realizado una aproximación a las formas de conflictividad y su evolución cronológica, a la extracción social de los litigantes y a las causas y tipos de conflictos. Finalmente, se analizaron, cuando fue posible, los componentes sociales de los monasterios, cuántos monjes residían en cada una de las casas y cuál era su procedencia geográfica, el modo de captación de los novicios, su edad, el período de formación, el acceso a los hábitos y las condiciones de dicho acceso. Además, a través de los inventarios de algunas de sus bibliotecas, se ha visto cuales eran sus intereses en el mundo de los libros pues, al fin y al cabo, éstos eran los instrumentos imprescindibles para la formación religiosa e intelectual de los monjes y para desarrollar las actividades que le eran propias, como la de predicación y enseñanza.