Paisajes sociales, monumentalidad y territorio en las Tierras Bajas de Uruguay
- GIANOTTI GARCÍA, CAMILA
- Felipe Criado Boado Zuzendaria
- José María López Mazz Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidade de Santiago de Compostela
Fecha de defensa: 2015(e)ko azaroa-(a)k 10
- Almudena Hernando Gonzalo Presidentea
- César Parcero Oubiña Idazkaria
- Leonardo García Sanjuán Kidea
- Stéphen Rostain Kidea
- Margarita Sánchez Romero Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
En esta tesis se abordan los procesos de construcción social del Paisaje entre ca. 4500 A.P. y la conquista europea en las sociedades constructoras de cerritos de las tierras bajas uruguayas desde la perspectiva de la Arqueología del Paisaje. Para ello nos planteamos como objetivo general analizar las formas y estrategias (sociales, económicas y simbólicas) mediante las cuáles estas sociedades prehistóricas transformaron el medio generando cambios sustanciales que permiten reconocer, a través de su materialización en diferentes tipos de construcciones en tierra (algunas de ellas monumentales), y mediante su estructura, relaciones y regularidades espaciales, un paisaje antropizado y monumental propio de las tierras bajas. El enfoque empleado nos conduce a analizar la arquitectura en tierra prehistórica, ante todo, como un fenómeno de naturaleza espacial, como el producto de prácticas sociales que se materializan en formas construidas y modificaciones del entorno y que están directamente relacionadas con la forma de ser-estar en el mundo de las comunidades que las produjeron. De este modo, la tesis se plantea ante todo como una investigación acerca de la espacialidad de la materialidad humana prehistórica en las tierras bajas de Uruguay. Fueron dos las hipótesis de partida: por un lado planteamos que la arquitectura en tierra constituyó una tecnología de artificialización del espacio habitado y de construcción social del territorio; y por otro, entendemos que la arquitectura en tierra sostuvo y fue el eje estructurador de un sistema específico de manejo del medio que determinó las relaciones sociales y productivas, y que al mismo tiempo fue el reflejo de una nueva relación sociedad-naturaleza. En este sistema, diferentes tipos de construcciones en tierra y/o rasgos antropogénicos generados por prácticas no intencionales, o de intencionalidad ambigua, materializaron partes integradas de un modelo cultural de naturaleza que incidió y promovió la apropiación y explotación de los recursos silvestres y domesticados, naturalizándolos mediante su introducción en el ámbito doméstico. Las áreas de estudio dónde se concretó la investigación fueron la zona NE de Uruguay (Departamento de Tacuarembó) y la región SE (Departamento de Rocha). En la primera, el área integra parte de las cuencas del Río Tacuarembó Chico, del arroyo Caraguatá y arroyo Yaguarí; y la zona SE, comprende la sierra de Potrero Grande y Potrerillo y el área adyancente. Se definieron distintas escalas o niveles espaciales dónde el fenómeno de la arquitectura en tierra se manifiesta, considerando desde el cerrito como la escala mas detallada a la región como la escala más amplia. A una escala micro y meso se focalizaron las intervenciones arqueológicas, muestreos y diversos procedimientos analíticos en los sitios Lemos y Cañada de los Caponcitos (cuenca de Yaguarí) y el sitio Pago Lindo (cuenca de Caraguatá) de la región NE. Mediante una estrategia metodológica que integró el análisis multiescalar, multidisciplinar y que estuvo fuertemente basada en el análisis comparativo, se instrumentaron diferentes procedimientos y técnicas que incluyeron: a) análisis de fotografía aérea y prospecciones arqueológicas para el reconocimiento y caracterización general de estructuras antrópicas y geoformas naturales, b) excavaciones y sondeos en diferentes sectores y estructuras de los sitios para caracterizar las biografías monticulares, las dinámicas de construcción y transformación del medio y las actividades asociadas a las ocupaciones humanas, c) análisis de cultura material para lograr una aproximación a las tecnologías, las cadenas operativas y el uso de diferentes tipos de materiales, d) análisis multi-proxy (morfofestratigrafía, análisis físico-químicos, silicofitolitos, C14, micromorfología de suelos) para analizar procesos de formación de los sitios, caracterizar las estrategias socioeconómicas y aportar a la reconstrucción de las condiciones paleoambientales en las que se desarrollaron las ocupaciones humanas. Por último, considerando la escala regional y mediante el análisis locacional utilizando tecnologías SIG, se examinaron las lógicas que operaron en la ubicación y construcción de montículos en los lugares dónde éstos se encuentran para explorar las formas de construcción social del territorio en estas sociedades prehistóricas. Los resultados obtenidos en las escalas micro y meso (sitios excavados en región NE) nos permitieron conocer parte de la biografía de los diferentes montículos excavados construidos y ocupados entre el ca. 3200 y 700 A.P, obtener nuevos datos acerca de los procesos de formación y crecimiento de la arquitectura en tierra y de las actividades y prácticas asociadas, reconociendo que los monticulos de la región NE fueron construidos y utilizados como espacios habitacionales, como espacios de cultivo y como espacios funerarios. En particular, se identificó por primera vez, un nuevo tipo de sitio, que aparece hacia el 900 A.P., formado por microrrelieves específicamente construidos para el cultivo de maíz. Las evidencias proporcionadas por la excavación de un montículo complejo en el sitio Pago Lindo condujeron a proponer un nuevo modelo de formación y crecimiento de cerritos (modelo de crecimiento espacio-temporal discontinuo) que amplia los modelos ya conocidos. El modelo permite entender la formación de la arquitectura en tierra como un proceso de larga duración, marcado por picos de actividad, discontinuidades y rupturas en la construcción y crecimiento de los montículos, tanto espaciales como temporales. A la escala del asentamiento, las dinámicas de construcción y formación del espacio habitado siguen pautas similares a las que define el modelo propuesto. Distintas líneas de evidencia nos permiten reconocer que en la construcción del asentamiento se integraron estructuras monticulares diversas (cerritos circulares y alargados, microrrelieves, terraplenes) en ocasiones fusionadas por el uso y mantenimiento en diferentes momentos, también estructuras negativas (canales), además de rasgos antropogénicos como las zonas con pérdida antropogénica de suelo, pequeñas lagunas, canales antrópicos y zonas con suelos enriquecidos por la actividad humana. Todas estas transformaciones del espacio tuvieron como elemento común ciertos gestos técnicos marcados por el uso y tratamiento de diferentes materiales constructivos (horizontes orgánicos del suelo, desechos y agua), que pueden ser reconocidos como parte de una tecnología, un saber-hacer específico para la apropiación y manejo del medio en contextos húmedos. Por otra parte, a escala regional, el reconocimiento e interpretación de tres modelos locacionales (modelos CE1, CE2 y CE3) en la región NE y SE de las tierras bajas, permitió aproximarnos a los procesos de decisión que han configurado los patrones de asentamiento, aportando un línea de evidencias complementaria para caracterizar la lógica de ocupación del territorio propia de la sociedad constructora de cerritos, entre el ca.3800-3000 y 600 A.P. El modelo CE1 explica la ubicación de la mayor parte de los sitios monticulares, mientras que los otros modelos son secundarios y complementarios del anterior y muestran cambios en los modos de apropiación y uso del espacio en momentos tardíos de la construcción de montículos. El primer modelo CE1 define una lógica y un modo de apropiación y construcción de carácter doméstico del paisaje; el segundo modelo (CE2) define una lógica y un modo de uso productivo del espacio; y el modelo CE3 define una lógica y un modo de apropiación y construcción simbólico-territorial del espacio. A partir de estos tres modelos se comprueba la influencia y relación entre ciertos factores físicos (relieve, tipos de ambientes, recursos silvestres) y decisiones culturales (búsqueda o no de prominencia en el emplazamiento, visibilidad y visibilización de los sitios, acceso a recursos y vinculación con vías óptimas de desplazamiento) en la configuración del paisaje arqueológico. De este modo, los tres modelos son indicadores de las formas de apropiación y construcción socioeconómica del espacio y de cómo éstas se concretaron en el tiempo, mostrando en algún caso una pervivencia y estabilidad de larga duración y en otros casos, nuevos y complementarios cambios en las lógicas de uso del espacio. Como conclusiones generales, los resultados presentados permiten interpretar cómo la emergencia de la primera monumentalidad en tierra surge vinculada a la construcción del espacio doméstico y en un contexto socioeconómico basado en la explotación y manejo de recursos silvestres. La organización sociopolítica que reguló las relaciones sociales de estos grupos durante gran parte del período de construcción de cerritos, estuvo sustentada en la comunidad co-residencial y grupos locales configurados a partir de la articulación de varias de estas comunidades mediante lazos de parentesco y alianzas. En momentos posteriores, ca. 1600 A.P., se advierte un cambio importante reflejado en diferentes ámbitos de la sociedad constructora de cerritos. Durante este período se reconocen los inicios de nuevas configuraciones sociopolíticas que muestran dentro de esta estructura comunitaria, un rol más importante de la unidad familiar extendida; de las redes de parentesco y de los principios de la descendencia. Esto se ve reflejado en cambios en las lógicas que estructuran la organización social y su materialización en el espacio. A partir de este momento se reconoce mayor segmentación y dispersión de las unidades residenciales y la disminución de su tamaño, se comprueba mayor especialización funcional en el uso del espacio tanto dentro de los asentamientos (microrrelieves, terraplenes) como fuera de ellos (huertos monticulares, mojones territoriales); aparecen nuevos tipos de sitios (modelo CE2 y CE3); se reconoce un cambio en las estrategias de visibilización de la acción social que muestra cómo de la monumentalización doméstica de los montículos en fases tempranas se amplía y complementa, a partir de este momento, con estrategias de monumentalización de la muerte y de los ancestros que recurren a montículos previos dotándolos de un nuevo sentido y función. La tesis muestra cómo a través de la construcción de estructuras en tierra y su pervivencia durante más de 4000 años se consolidó un largo proceso de domesticación del mundo basado en la naturalización de la cultura y, posteriormente, en la artificialización del medio que dio lugar a la emergencia de un paisaje domesticado que, sin embargo, no se basa totalmente en la domesticación económica del mundo mediante las tecnologías de producción de alimento.