Implicación de los radicales libres en la neurodegeneración inducida por 3,4-metilenodioximetanfetamina (mdma)
- María Isabel Colado Megía Directora
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Año de defensa: 1998
- Pedro Luis Lorenzo González Presidente
- José Angel Fuentes Cubero Secretario
- Emilio Ambrosio Flores Vocal
- Joaquín del Río Zambrana Vocal
- José Luis Rey de Viñas Rodríguez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La 3,4-metilenodioximetanfetamina (MDMA, "éxtasis") produce una degeneración de terminales nerviosos serotoninérgicos en el cerebro de roedores y primates. El mecanismo por el cual la MDMA induce daño neuronal no está dilucidado. En esta Tesis Doctoral, utilizando la técnica de la microdiálisis in vivo y el método atrapador del salicilato, se ha estudiado la participación de especies reactivas de oxígeno en el proceso neurodegenerativo subsiguiente a la administración de MDMA en ratas Dark Agouti. La administración de MDMA produce en el hipocampo un incremento en la formación de dos compuestos considerados un índice de la generación de radicales hidroxilo: ácidos 2,3- y 2,5-dihidroxibenzoicos. La co-administración del atrapador de radicales libres, alfa-fenil-ter-butil nitrona (PBN) con MDMA previene la formación de radicales hidroxilo y atenúa el daño neuronal sin modificar la respuesta hipertérmica de la MDMA. La formación de radicales hidroxilo tiene lugar en el interior del terminal nervioso serotoninérgico puesto que no se manifiesta en el cerebro de ratas lesionadas en las que existe una disminución en la densidad de terminales serotoninérgicos. p-Cloroanfetamina, pero no fenfluramina también incrementa la generación de radicales hidroxilo en el hipocampo. Se podría afirmar, por tanto, que MDMA y p-cloroanfetamina resultan neurotóxicos por un mecanismo que implica la formación de radicales hidroxilo, mientras que la lesión neuronal inducida por fenfluramina se desarrolla a través de un mecanismo diferente. Estas especies reactivas de oxígeno no proceden del metabolismo de la dopamina que se libera masivamente tras la administración de MDMA. Esta afirmación está avalada por el hecho de que el precursor de dopamina, L-DOPA, no potencia la formación de radicales hidroxilo ni la neurodegeneración subsiguiente a MDMA.