El estatuto de la realidad aumentada desde el pragmatismo norteamericanola línea teórico-genética de Richard Rorty

  1. Proaño Ayabaca, Edison Patricio
Dirigida por:
  1. Juan Antonio Valor Yébenes Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 19 de diciembre de 2018

Tribunal:
  1. Ana María Rioja Nieto Presidenta
  2. José Luis Vázquez Poletti Secretario
  3. Luis Arenas Vocal
  4. Jesús de Garay Suárez-Llanos Vocal
  5. Vicente Serrano Marín Vocal
Departamento:
  1. Lógica y Filosofía Teórica

Tipo: Tesis

Resumen

El presente esfuerzo trata de encasillar estatutariamente sin derecho ni opción a fundamento, la técnica de relativa reciente aparición en el mundo de la informática, la denominada Realidad Aumentada, desde el punto de mira del Pragmatismo de Charles Sanders Peirce, William James, John Dewey, y el Neo Pragmatismo de Richard Rorty, así como presentar una consideración personal. Con tal objeto y en primer lugar en la línea de lo que podríamos llamar una metodología habilitante, nos hemos permitido realizar una revisión de los lineamientos históricocontextuales de sus desarrollos iniciales desde mediados del siglo pasado, a la par con la Realidad Virtual y el aparecimiento en escenario del Internet en la última década de ese siglo. En efecto, si por un lado entendemos a la Realidad Aumentada como una técnica inteligente de superposición de imágenes y vídeos generados por ordenador sobre un fondo continuo de vídeo en tiempo real de un escenario real, por otro, su sugerente nombre, y por otro, la relocalización de su ejercicio sobre épocas históricas no muy alejadas de nuestra actualidad, no resultará difícil la apreciación del problema anacrónico que surge sobre la noción de realidad de la técnica denominada ¿Realidad Aumentada¿. Avanzamos primeramente hacia la noción que ha definido la Modernidad y sus supuestos fundamentos, el entendido ontológico lockeano de que el mundo está dividido en dos zonas forzadamente relacionadas por lo que se constituyó en épocas pasadas como corazón de la misma Filosofía, la Epistemología. Sin embargo, e inmediatamente nos hicimos de las reflexiones de Peirce, fundador del Pragmatismo de quien nos hemos hecho nada menos que de la clave de bóveda de la reflexión pragmatista en general. A continuación, acudimos donde su amigo y colega, William James, a quien para indagar sobre su noción de realidad hemos caminado por el pasillo de la verdad, en oposición a Verdad -con mayúscula. A pesar de este gran salto, hubo que venir uno de los ejes articulares de la historia del pensamiento norteamericano, el profesor John Dewey, profundo pensador que nos llevó a abstraer una noción de realidad irrecusablemente inmersa para constitución en todo proceso de indagación y así, en toda actividad humana. Finalmente, y llegando al culmen, hemos sido acompañados por las deliberaciones del ya gran Richard Rorty, también filósofo norteamericano por quien hemos desestimado la noción de realidad bajo el entendido representacionista de que una realidad canónicamente reflejable en una supuesta esencia de vidrio -mente-, es describible de un modo que se constituye como única, definitiva, transversa y privilegiada descripción de la cosa-en-sí. Así pues, sobre la escisión rortyana entre un ámbito privado y uno público del ser humano, es en la comunidad formada por aquel espacio público donde las personas intercambian opiniones y propuestas con miras a obtener acuerdos sobre cuales fundar una objetividad que ponga los pies sobre la tierra, y dejando de mirar a los cielos, establecer estrategias de consecución consensuadas para realizar dichos acuerdos; si bien nada podemos decir acerca de su relación con los ámbitos privados de la interlocución, estos acuerdos se constituyen como la única plataforma para la justificación de nuestros juicios, no acerca de las cosas, sino acerca de lo que hablamos sobre las cosas, sin dependencia de ninguna entidad externa o epifánica. Así pues, la RA nada tiene que ver con ningún referente categorizado como real o físico, así como con ninguno no¿real o no¿físico. En lugar de pretender determinar un estatuto, hemos simplemente de estructurar las novedosas descripciones de los objetos virtuales de RA, y bajo dicha descripción, establecer las relaciones causales de dichos objetos mencionados y no referenciados, con otros objetos susceptibles, por acuerdos previos a ser igualmente mencionados y no referenciados dentro de la descripción, así como las de dichos objetos con nosotros.