La música del convento de San Felipe el Real de Madrid y su proyección urbana (ca. 1590-1800)

  1. Gutierrez Alvarez, Jose Antonio
Dirigida por:
  1. Alvaro Torrente Sánchez-Guisande Director
  2. Javier Suárez Pajares Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 14 de diciembre de 2018

Tribunal:
  1. Victoria Eli Rodríguez Presidenta
  2. Cristina Bordas Ibáñez Secretaria
  3. Javier Marín López Vocal
  4. Andrea Bombi Vocal
  5. Soterraña Aguirre Rincón Vocal
Departamento:
  1. Musicología

Tipo: Tesis

Resumen

El objetivo fundamental de la presente tesis es el estudio de la actividad musical del convento de San Felipe el Real de Madrid durante los siglos xvii y xviii. Dicha congregación, sita en la Puerta del Sol desde 1547, instauró ca. 1590 una capilla de polifonía compuesta por los propios frailes de la casa, con una triple intención: aumentar la solemnidad de los ritos consagrados en su templo, fortalecer su imagen institucional respecto a las demás órdenes establecidas en la ciudad y ofertar sus prestaciones canoras a terceros a cambio de una remuneración, proyección sobre la que haremos especial énfasis. Como cualquier agrupación de la época, la de San Felipe contaba con un maestro encargado de dirigir, enseñar y dotar de repertorio a sus integrantes. El grueso lo formaban los cantores, junto a unos pocos instrumentistas; armando un colectivo de unos quince músicos de media, con testimonios de hasta diecisiete miembros en 1677. Por norma, los padres de San Felipe mantenían también entre sus filas al menos un organista; el cual, además de intervenir con la capilla, efectuaba tareas autónomas, como acompañar el canto llano, interpretar piezas a solo e instruir en el teclado. Aparte, debía velar por buen estado del instrumento, que siempre fue de gran calidad; encargándose su construcción a organeros de la talla de Claudio Girón en 1596 o Domingo de Mendoza en 1695. Veremos que la polifonía tenía una fuerte presencia en el ceremonial de San Felipe, ya fuera en los rituales concelebrados por la comunidad, en los auspiciados por las cofradías asentadas en su santuario o los fundados por devotos particulares. Las misas, oficios, exequias y festejos de mayor gravedad se hacían en canto de órgano; y en Reyes, Corpus Christi, Navidad y las onomásticas de determinados santos se interpretaban villancicos a varias voces. La pluralidad de la clientela externa de la capilla de San Felipe nos ha llevado a dividir el capítulo referente a sus salidas en dos secciones. En la primera trataremos el convenio firmado por la agrupación con el Ayuntamiento madrileño (1616-24) analizando a su vez los engranajes del patronazgo musical del municipio durante el primer tercio del xvii y el papel de la polifonía en las fiestas públicas ordinarias y extraordinarias; tomando como ejemplo de estas últimas varias rogativas pro pluvia, las súplicas por la salud de Felipe iii o los actos por la canonización de San Isidro. Aunque la relación con el Consistorio fuese fluida, los demandantes habituales de las prestaciones de la capilla eran las distintas instituciones eclesiásticas de la ciudad. Así, dedicaremos la segunda sección a identificar dichos agentes, ilustrándola a partir de ciertos casos de estudio, como la parroquia de los Santos Justo y Pastor, el colegio de D.a María de Aragón, los cultos de algunas fraternidades o el viaje que sus cantores emprendían cada septiembre para participar en las fiestas ofrendadas a Nuestra Señora de Gracia en Casarrubios (Toledo). De esta manera, también expondremos noticias concernientes a la función de la música en un buen puñado de templos madrileños, y a la proyección urbana de las tres capillas Reales, las de San Francisco, el Carmen, la Merced, la Trinidad, la del obispo de Plasencia y otras independientes. Los inconvenientes que suponían las salidas de los músicos para la austeridad reglar provocaron que estas actuaciones fueran reguladas, e incluso prohibidas; si bien, volvían a permitirse por los emolumentos que acarreaban. Esta circunstancia, sumada al debate sobre si el canto de órgano era o no apropiado para el rigor del coro agustino, llevaron a la supresión de la capilla ca. 1707. En 1715 se reactivó; sin embargo, las complicaciones sobrevenidas por un incendio que arrasó la iglesia en 1718, y el clima reacio a la polifonía instalado en el seno de la comunidad, llevaron a su desaparición definitiva ca. 1722. No obstante, estudiaremos la práctica del órgano hasta unos años antes de la ocupación francesa.