Hacia otra forma de envejecerestereotipos y realidades de la vejez en España

  1. Cantos Mengs, Mercedes
Dirigida por:
  1. Joaquín Bandera González Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 14 de diciembre de 2018

Tribunal:
  1. José Miguel Marinas Herreras Presidente
  2. Graciano González Rodríguez Arnáiz Secretario
  3. Eduardo Antonio Fraile González Vocal
  4. Miriam Fernández de Caleya Dalmau Vocal
  5. Valentina Maya Frades Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Cada persona envejece a un ritmo diferente, según varios factores: género, bagaje genético, circunstancias, formación recibida etc. Paralelamente, la sociedad construye lo que es propio de cada edad y la vejez hoy está caracterizada como algo negativo, con unas connotaciones en este sentido que se han convertido en estereotipos que impiden ver lo que la vejez tiene de positivo y de valioso. Esta Tesis evidencia estos estereotipos, cómo se han construido y utiliza argumentos para desmontarlos, para después, desde una realidad objetiva de la vejez, destacar los aspectos positivos que ésta lleva asociados. En España hoy se envejece de modo diferente a como se hacía hace unos años. Estudiamos hacia dónde va esta esta nueva forma de envejecer. Contrastamos las ideas expuestas en los objetivos con reconocidos estudiosos del tema de la vejez, considerándoles Fuentes Primarias. Se ha profundizado en ellos, establecido comparaciones y sacado conclusiones. Como Fuentes secundarias se han utilizado: los Informes de 2002 a 2016 del Observatorio de Personas Mayores. Datos Estadísticos Estatales y por Comunidades Autónomas, del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales; el Informe 2010/2011 del Libro Blanco del envejecimiento Activo y una selección de datos estadísticos de distintas fuentes: World Population Prospects, Revision United Nationes, y datos de EUROSTAT y del INE, de distintos años, así como los resultados de eventos nacionales e internacionales, celebrados sobre la vejez, desde 2004 hasta fechas recientes. Son el reflejo de la evolución de la vejez y de su imagen en los catorce últimos años. Otras fuentes analizadas: anuncios publicitarios de diversos medios, artículos de prensa y revistas, películas, documentales y testimonios personales. El aumento de la esperanza de vida en España ha sido espectacular: en 1900, era de 45 años para los hombres y 48 para las mujeres. Hoy día, llegar a centenario puede ser habitual. Tras mencionar los prejuicios contra las personas mayores: ancianismo, gerontofobia y edadismo, analizamos los principales mitos asociados a la vejez, resaltando el mito del envejecimiento cronológico, por ser el principal y origen de todos los demás. Consiste en la idea de que la ancianidad comienza a una edad concreta: 65, 70, 75 años. Frente a esta idea generalizada, vemos que, lo único que puede afirmarse es que la ancianidad no comienza a una edad cronológica uniforme, sino variable e individualizada. Ante la actual concepción negativa de la vejez, la alternativa es sentar las bases para una nueva construcción de la misma: es necesario mirarla como una etapa más del aprendizaje que se inicia al nacer y considerar que los ancianos tienen muchas posibilidades. Esta nueva idea de la vejez debe calar en cada individuo y en la sociedad. Los medios de comunicación tienen un importante papel en esta nueva imagen de la vejez, siendo fundamental la elección de los términos e imágenes utilizados para referirse a ella. Las modernas corrientes psicológicas: Inteligencia Emocional, Programación Neurolingüística y los últimos estudios de la Universidad de Paloalto en California, coinciden en la conveniencia de utilizar pensamientos y lenguaje positivo, para favorecer la construcción de una realidad positiva. Es importante sustituir el estereotipo de belleza juvenil, perecedera, por un concepto de belleza que reconozca la armonía de los individuos en todas las edades. Urge redefinir el concepto de vejez y ver y hacer ver que existe un envejecimiento saludable, cuyo origen reside en factores genéticos, medioambientales y preventivos. No hay un patrón único de vejez; cada individuo debe construir la suya, en la medida que su biografía y circunstancias lo permitan. A la vejez hay que mirarla con objetividad. Toda experiencia de la vejez supone una dimensión negativa innegable, pero supone también una dimensión positiva, no menos real, que es precisamente el haber llegado a ella.