Análisis centro-periferia en la UE-20 (1995-2014)

  1. Rio Casasola, Alfredo del
Dirigida por:
  1. María José Paz Antolín Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 03 de diciembre de 2018

Tribunal:
  1. Juan Manuel Ramírez Cendrero Presidente
  2. Eduardo Sánchez Iglesias Secretario
  3. Juan Pablo Mateo Tomé Vocal
  4. Ricardo Molero Simarro Vocal
  5. Gemma Cairó Céspedes Vocal
Departamento:
  1. Economía Aplicada, Estructura e Historia

Tipo: Tesis

Resumen

A pesar de que uno de los objetivos formales de la Unión Europea (UE) es la convergencia económica de sus Estados miembro, las diferencias económicas y sociales no remiten. En la última década se han hecho incluso más patentes, lo que ha generado la proliferación del uso del término ¿periferia europea¿. La ambigüedad asociada a dicho término y la desatención generalizada de los planteamientos del Estructuralismo Latinoamericano y la Teoría de la Dependencia, que fueron los pioneros del análisis centro-periferia, motivaron el interés por su utilización en el análisis de la realidad europea actual. En este sentido, tratamos de identificar los elementos, de inspiración estructuralista y dependentista, más relevantes del análisis centro-periferia. Además tratamos de valorar su vigencia y por ello conectamos dichos elementos principales con debates y propuestas con una mayor incidencia en la actualidad. En base a las características estructurales del análisis centro-periferia, desarrollamos una clasificación de un conjunto representativo de países europeos, la UE-20, siguiendo las metodologías del análisis factorial y el análisis cluster. Dicha clasificación ordena a los países y los agrupa en los clusters fijados, centro y periferia, en base a los datos de cada país en catorce indicadores referentes a diversas dimensiones económicas. Además los resultados del análisis factorial nos permiten caracterizar la condición periférica y central mediante sólo dos factores, uno referente a la estructura productiva y la capacidad de consumo y el otro relativo al patrón de inserción exportadora y la dependencia del capital extranjero, tanto productiva como financiera. El análisis de la evolución de la clasificación, entre 1995 y 2014, nos ofrece unos resultados muy estables ya que sólo un país, Italia, experimenta un cambio de cluster a lo largo del período, siendo en este caso un retroceso de la posición central a la periférica a partir del año 2010. Destaca también la posición hegemónica de Alemania durante todo el período y el importante deterioro de España, Grecia y Portugal. Partiendo de la clasificación elaborada, abordamos el estudio de una característica dinámica seleccionada también a partir de la bibliografía estructuralista y dependentista, esta es, la capacidad de retención interna de los avances de productividad. Así, analizamos los procesos de convergencia o divergencia de la productividad del trabajo y de los salarios en diferentes subsectores productivos con la intención final de discernir si los países periféricos tienen una dificultad mayor para retener internamente los avances de productividad. Mediante diferentes metodologías como un ratio que expresa los datos de la periferia europea como proporción del centro y otras más ortodoxas como convergencia beta, convergencia sigma y convergencia de series temporales, obtenemos unos resultados caracterizados por una gran diversidad. Por ello los complementamos con el estudio de los propios datos, lo que nos permite reconocer un crecimiento absoluto de la productividad y de los salarios tanto en las economías centrales como periféricas y una divergencia en el comportamiento de la periferia en relación al centro. Dado que dicha divergencia es más intensa en los salarios que en la productividad, constatamos en las economías periféricas una mayor dificultad de retención interna de los avances de productividad, lo que constituye un mecanismo de reproducción de la posición periférica de esas economías. Por tanto, en las economías periféricas las ganancias de productividad conllevan un incremento salarial de una proporción sustancialmente menor al que alcanzan las economías centrales. De esta forma, reconocemos un gran obstáculo para superar la propia condición periférica y el conjunto de límites al desarrollo que de ella se derivan.