Las embajadas italianas del Marques de Villagarcíacorrespondencia y noticias durante el periodo Genovés (1672-1677)

  1. Rodríguez Pérez, Juan Carlos
Zuzendaria:
  1. Fernando Bouza Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 2018(e)ko abendua-(a)k 18

Epaimahaia:
  1. Carmen Sanz Ayán Presidentea
  2. Santiago Martínez Hernández Idazkaria
  3. Antonio Castillo Gómez Kidea
  4. Pedro Cardim Kidea
  5. Manuel Herrero Sánchez Kidea
Saila:
  1. Historia Moderna e Historia Contemporánea

Mota: Tesia

Teseo: 149126 DIALNET

Laburpena

La designación en 1672 de don Antonio Domingo de Mendoza, futuro marqués de Villagarcía, como nuevo embajador extraordinario ante la república de Génova le proporcionó nuevas oportunidades de promoción para un joven noble. Con su nuevo puesto en la península italiana logró dar inicio a su cursus honorum dentro de la administración de la Monarquía Hispánica, una carrera que a lo largo de su vida le llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de Carlos II y Felipe V. Pero sin duda uno de los aspectos fundamentales de sus cinco años en Génova será el desarrollo de unos canales epistolares que conectarán su embajada con la mayoría de los principales actores políticos de la Corona Católica. Don Antonio, procedente de una familia gallega que había ido ganando influencia a lo largo del siglo XVII, pero que no tenía contactos fuera de la península Ibérica, se sirvió de la correspondencia para dos usos diferenciados. El primero, exigido por el gobierno de Madrid, fue el intercambio regular de noticias y opiniones con los demás servidores regios y con la propia corte madrileña. El segundo, asignado por decisión propia, utilizaba la carta como un instrumento no solo de comunicación de avisos y novedades con otros aristócratas, sino también como medio para cumplir las funciones sociales que la nobleza consideraba inherentes a su condición. La rica correspondencia conservada del marqués de Villagarcía permite que la presente investigación doctoral se marque como principales objetivos: I. Examinar esa doble funcionalidad a la que hemos hecho referencia que presentan las cartas de Villagarcía. II. Analizar el propio contenido de la correspondencia de don Antonio de Mendoza en una época convulsa para la Monarquía Hispánica, con el enfrentamiento contra Luis XIV y la rebelión de Mesina. III. Reconstruir las importantes redes epistolares que entre 1672 y 1677 don Antonio de Mendoza creó desde su embajada en Génova y que le unieron a muy diversas personalidades y ciudades de toda Europa. IV. Estudiar los aspectos materiales y formales de la correspondencia conservada del segundo marqués de Villagarcía, dejando en este caso a un lado el contenido de las cartas. Este trabajo nos ha permitido sacar una serie de conclusiones que esbozaremos brevemente. En los canales epistolares de Villagarcía podemos constatar el enorme auge de la carta durante la Edad Moderna, así como el acercamiento de la nobleza al género epistolar. La carta también se convirtió en un instrumento esencial para la diplomacia y para el gobierno de los extensos territorios de la Monarquía Hispánica, exigiéndose desde los órganos de gobierno el uso de la carta como método para el intercambio regular de noticias, posibilitando además la discusión de materia política. Conjuntamente, la carta servía también para romper la distancia de los servidores regios alejados de la corte, posibilitando los contactos regulares que buscaban la vuelta al mundo áulico en una buena posición. En definitiva, se puede constatar claramente en la correspondencia de Villagarcía la dualidad en el uso de la carta, tanto para el servicio regio como para el interés personal. Palabras clave: Correspondencia epistolar; marqués de Villagarcía; diplomacia; cultura nobiliaria del siglo XVII; cultura escrita.