La autoría científicaestudio bibliométrico, análisis de las políticas editoriales y prácticas de publicación en las revistas científicas españolas

  1. Marcos Cartagena, Diego
Dirigida por:
  1. Rafael Ruiz Pérez Codirector/a
  2. Emilio Delgado López-Cozar Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 24 de noviembre de 2010

Tribunal:
  1. Juan Arechaga Martinez Presidente/a
  2. Evaristo Jiménez Contreras Secretario/a
  3. José López Yepes Vocal
  4. Antonio Fernández Cano Vocal
  5. Adelaida Román Román Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Salvo excepciones concentradas en determinadas disciplinas de las áreas de conocimiento que conforman las Ciencias Sociales y las Humanidades, hoy día, resulta bastante rara la autoría única dentro de los artículos científicos. Se puede afirmar que el número de firmantes de los trabajos de investigación finalmente publicados se ha disparado de manera significativa y en ocasiones, como en el caso de la Biomedicina, este incremento puede alcanzar proporciones considerables. H. Moed cifra la ratio de crecimiento del número de autores por artículo en el 52% para el periodo 1980-2002, mientras que la ratio de crecimiento de autorías únicas para el mismo periodo muestra un saldo negativo del menos 15%. Según los datos del Science Citation Index, entre 1981 y 2003 se ha pasado de 2,62 autores por documento a 4,27. Este fenómeno, en teoría consecuencia lógica de la dinámica del trabajo científico, la complejidad de las investigaciones exige trabajo en grupo, internacionalización de la ciencia, interdisciplinariedad, viene planteado sin embargo serios problemas de diversa índole: En primer lugar se pueden identificar los bibliográficos a los que se enfrentan, de un lado las propias revistas en el momento de consignar los autores con sus correspondientes afiliaciones institucionales, y de otro, las bases de datos que las indexan cuando tienen que elaborar los campos de autor y de lugar de trabajo, con los consiguientes problemas de normalización que llevan aparejados estos datos. Asociado a estos temas se identifica también el problema del número de autores que han de figurar en las referencias bibliográficas de las citas cuando dicho número supera la mágica cifra de tres. De todos es conocido el uso y abuso de la famosa abreviatura latina [et al.] que no hace sino privar a un considerable número de autores de su legítimo derecho a figurar en las autorías de los artículos. Ante estos problemas los agentes implicados en la comunicación científica han reaccionado estableciendo criterios, normas o limitaciones para paliar sus consecuencias, y sobre todo, para establecer unidad de actuación al menos por áreas de conocimiento. Organismos Internacionales de Normalización como la ISO, Asociaciones y Sociedades Científico Profesionales como la APA, AMS, WMA, WAME, EASE, etc., Consejos de Editores Científicos como el CSE, CBS, ICMJE, etc. se han centrado en elaborar normas sectoriales, requisitos de uniformidad o manuales de estilo, que entre sus directrices siempre incluyen recomendaciones a las revistas sobre políticas editoriales de autoría a seguir, normas formales y limitaciones para la inclusión de autores en las referencias bibliográficas, atribuciones de autoría, trasmisión de derechos y responsabilidades éticas, entre otras cuestiones. Las propias revistas, fundamentalmente las mas prestigiosas, en sus normas de publicación, subscriben los criterios que en este sentido establecen las Sociedades y Consejos Científicos de su área, así por ejemplo, la mayoría de las revistas médicas del mundo se adhieren a los Requisitos de Uniformidad del International Committee of Medical Journal Editor, las de Ciencias sociales al manual de la American Psycological Association, o bien establecen sus propias políticas editoriales de autoría recomendando el número máximo de autores que pueden firmar un trabajo, ejemplifican el número en que los autores que deben figurar en las referencias bibliográficas o establecen las condiciones bajo las cuales un autor puede considerarse como tal para figura entre los firmantes, entre otras cuestiones. Por último, las bases de datos han tenido y tienen políticas de indización al respecto que han ido variando a lo largo del tiempo en función del incremento del número medio de firmas por trabajo. En este sentido son conocidas las prácticas de Medline (NLM), que de consignar en los registros 3 autores paso a 6 y después a 25, habiendo suprimido actualmente dicho límite, o las de el ISI, actual WOS, donde la limitación del número de autores a cubrir ponía en entredicho la fiabilidad de sus famosos Índices de Impacto. En segundo lugar, el incremento en el número de autores por trabajo se ha vinculado también al terreno de la ética profesional y científica. Aun siendo cierto que uno de los pilares de la ciencia se fundamenta en la confianza mutua depositada en la honestidad de los científicos al firmar sus trabajos, y que aun siendo cierto también que cada vez mas la complejidad de las investigaciones exige trabajos en equipo, es evidente sin embargo, que la decisión sobre quienes y cuantos deben firmar un trabajo puede llegar a ser muy difícil y puede plantear no pocos problemas y conflictos. La raíz de estos conflictos, según Campanario, tiene que ver fundamentalmente con los criterios de evaluación del trabajo científico como medio de promoción de los investigadores. Si tenemos en cuenta que para evaluar siempre ha sido mas fácil medir la cantidad de las contribuciones que la calidad de las mismas, y en todo caso, esta calidad, al intentar medirse se ha hecho indirectamente a partir de la supuesta calidad de las revistas que las recogen, es evidente que para un autor es muy importante figurar o entra como tal autor o coautor en muchos trabajos, y a ser posible, en los dirigidos a las revistas con calidad y prestigio reconocido. Los criterios de evaluación de la actividad investigadora en España (CNEAI) y en otras partes del mundo a partir de las revistas recogidas en la WOS, son la prueba irrefutable de esta afirmación. En consecuencia, la publicación científica, más que un medio para dar a conocer unos resultados de investigación, se ha convertido en un fin promocional en sí mismo, propiciando que prácticas antes mas comedidas, se han convertido en habituales en el actual entorno de los investigadores, disparándose así el número medio de autores por trabajo. Así por ejemplo, está muy generalizada la tendencia a incluir en los artículos a todos los miembros de un equipo de trabajo, hayan o no participado en la elaboración del mismo, o la costumbre en muchos grupos de investigación de que el director del mismo figure en todas y cada una de las contribuciones que se generan sin que este realice investigación real. Por su parte las sociedades científicas y las propias revistas, han tomado cartas en el asunto y establecen requerimientos a fin de evitar una de las conductas mas dañinas para la ciencia como lo es el fraude en la atribución de autoría. Mediante dichos requerimientos se establecen las condiciones que debe cumplir un autor para figurar como tal en un artículo de investigación, exigiendo además un acuerdo escrito reconociendo su participación y responsabilizándose del artículo firmado. Por su importancia y seguimiento son de acreditado reconocimiento las establecidas por el ICMJE para el ámbito biomédico en sus Requisitos de uniformidad para manuscritos presentados a revistas biomédicas (estilo Vancouver) 6ª edición. En este mismo sentido se han pronunciado las Agencias de Evaluación como la CNEAI. Por último, en estrecha relación con la atribución de autoría, se encuentra, no ya el número de autores dispuestos a firmar sino el orden en que figurarán, y ello, porque si admitimos la práctica de los grupos de investigación de firmar en bloque un trabajo, posiblemente, el orden en que finalmente estos figuran será, cuando menos, indicativo de alguna intencionalidad en los niveles de atribución de la autoría. En definitiva, lo que nos interesa es conocer si el orden de firma está regulado internamente por los grupos de investigación o si en la pugna por la posición de primer firmante está influyendo la puesta en valor, mas o menos declarada, de este echo por parte de la agencias y criterios de evaluación. Existen formatos deducidos de costumbres en la elaboración de una autoría múltiple, si bien el modo en que estos aparecen varía enormemente entre disciplinas y revistas. Los más comunes son: 1. Alfabético con rotaciones. 2. Primer autor = autor principal. Se supone que lleva el peso de la investigación o que es el jefe del equipo y el resto colabora bajo su dirección. 3. Ultimo autor = autor principal. Igual que el caso anterior, pero con el investigador más relevante al final. Con este formato se intenta muchas veces otorgar mayor visibilidad a otros miembros del equipo. Las revistas serias, con frecuencia, también se han pronunciado sobre criterios a tener en cuenta en el orden de firma, pero ¿existen indicios o pistas en los artículos finalmente publicados que nos desvelen si el orden de firma significa algo? ¿el rastreo o seguimiento del orden de firma en las publicaciones de un grupo puede desvelarnos algunas claves? ¿es el primero siempre el principal? ¿teniendo en cuenta la función del responsable de correspondencia en el proceso de revisión del manuscrito, significa algo la atribución de esta responsabilidad en las autorías de los artículos? ¿suele coincidir el primero o el último con el responsable de correspondencia? OBJETIVOS ¿ Conocer las políticas editoriales vigentes en el ámbito de la autoría científica ¿ Fijar el estado de la cuestión sobre el tema ¿ Establecer el estado de conocimiento objetivo de los hábitos y prácticas de autoría mediante una síntesis cuantitativa de los estudios empíricos sobre coautoría que han visto la luz ¿ Determinar cuales son las prácticas de publicación y los hábitos de comportamiento en materia de coautoría a nivel internacional y por campos de conocimiento. METODOLOGÍA En este trabajo se combinará diversas metodologías unas de carácter cuantitativo y otras cualitativas- a fin de arrojar la máxima luz posible sobre tópico en estudio. Para el primer objetivo, se efectuará una revisión bibliográfica exhaustiva que permita fijar, a través de un análisis bibliométrico, cuales son los campos de conocimiento, autores, revistas, países y tipos de documentos más fértiles en el tema de la autoría. Y una revisión sistemática y meta analítica de los estudios empíricos sobre autoría científica. En relación con el segundo objetivo se procederá a efectuar un estudio descriptivo seccional por análisis de contenido de las políticas editoriales marcadas por: las principales sociedades científicas (AMA, APA, AIP) declaradas en muchos casos a través de sus manuales de estilo, por las asociaciones profesionales de edición científica (CSE, EASE, Vancouver) que disponen de estándares al respecto. En relación con el cuarto objetivo se procederá a realizar un análisis de las prácticas editoriales sobre autoría científica de las revistas científicas españolas a través de sus declaraciones en las instrucciones a autores.