La monarquía en las tablas. La reflexión sobre el poder político en la producción teatral de los autores monárquicos durante la segunda república

  1. GARCÍA PEÑA, MARTA MARÍA
Dirigida por:
  1. Julio Gil Pecharromán Director/a

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 20 de noviembre de 2018

Tribunal:
  1. Manuel Sánchez de Diego Fernández de la Riva Presidente
  2. Ángel Herrerín López Secretario/a
  3. Florentino Portero Rodríguez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Durante los años de la Segunda República los monárquicos alfonsinos llevaron a cabo una intensa labor contra el régimen. La lucha política se complementó con las actividades propagandísticas que intentaban difundir sus posiciones políticas y los nuevos presupuestos doctrinales que se elaboraban, sobre todo, en el entorno de Acción Española. La difusión doctrinal fue un elemento clave en la estrategia de los monárquicos y a ella ayudaron las diversas publicaciones periódicas alfonsinas y la incansable labor de muchos intelectuales monárquicos en todo tipo de iniciativas: mítines, cursos, conferencias, publicaciones... El teatro era en esos años un espectáculo de masas que atraía en el medio urbano a importantes sectores sociales. Los monárquicos no dudaron en utilizar también las tablas para difundir sus puntos de vista antirrepublicanos. La mayoría del teatro comercial estrenado en la época mostraba una crítica feroz contra el nuevo régimen utilizando el humor como vehículo. Sin embargo, solo unos pocos autores decidieron hacer llegar al público un teatro monárquico más serio que reflejara con cierta profundidad la nueva doctrina que se elaboraba en los medios más intelectualizados. Ese teatro de neto contenido doctrinal es el objeto de estudio de este trabajo. Seis autores – Felipe Sassone, Joaquín Calvo Sotelo, José María Pemán, Honorio Maura, Juan Ignacio Luca de Tena y Mariano Tomás – activos defensores de la monarquía, vinculados, en mayor o menos medida, con los centros monárquicos alfonsinos más dinámicos del periodo – la revista Acción Española y el diario ABC– llevaron a las tablas ocho obras teatrales que portaban un mensaje con un intenso fondo político e ideológico. Pretendían de este modo hacer llegar a un público más amplio unos contenidos que, de otra manera, quedaban casi únicamente restringidos a los medios escritos. A pesar de que muchas de las obras analizadas tuvieron una gran repercusión en la época, muy pocas han merecido la atención de los estudiosos. Algunas como El divino impaciente y Cuando las Cortes de Cádiz de José María Pemán han suscitado cierto interés entre los especialistas en teatro y en historia política por su enorme éxito y por su ineludible contenido ideológico; otras, como El rebelde de Joaquín Calvo Sotelo o Un momento de Felipe Sassone, ni siquiera llamaron mucho la atención en su época. Sobre ninguna de ellas existe un estudio profundo ni desde el punto de vista literario ni desde los puntos de vista político y doctrinal. Este trabajo pretende analizar en profundidad estas producciones teatrales en su faceta propagandística obviando las cuestiones literarias y escénicas y centrándose por entero en su contenido doctrinal e ideológico. El análisis de las obras se lleva a cabo desde dos puntos de vista: el ámbito en el que las obras se gestan y el modo en el que el mensaje que portan llega al público. Para realizar el estudio se utiliza una metodología que, emparentada con la teoría de la recepción, tiene en cuenta al público como elemento fundamental en los procesos de creación y recepción de las obras. La naturaleza mayoritariamente conservadora del teatro comercial de la época y la asistencia masiva de ciertos sectores sociales a los teatros nos permiten afirmar la ideología antirrepublicana de muchos de los asistentes. Esos espectadores conservadores no son solo los receptores del mensaje político de las obras analizadas sino que son el fermento del que surgen las mismas. Los autores se erigen en portavoces de la ideología de ese contexto social al que también pertenecen y la devuelven al público en forma de apólogo con el fin de facilitar su asimilación. El trabajo se estructura en tres partes. La primera, de carácter introductorio, tiene en cuenta los dos elementos sobre los que gravita esta tesis: la derecha monárquica y el espectáculo teatral. Un primer capítulo muestra la evolución de los diversos grupos de la derecha monárquica a lo largo del primer tercio del siglo XX. Otro capítulo alude a la naturaleza del teatro español desde finales del siglo XIX. Un largo apartado de este capítulo hace especial hincapié en las ideas estéticas y teatrales de los intelectuales monárquicos que se encontraban ampliamente emparentadas con sus conceptos políticos. El uso de la bibliografía secundaria ha sido el elemento clave en la confección de esta parte del trabajo. La segunda parte se dedica por entero al análisis de las obras teatrales seleccionadas desde el ámbito de su creación. Para ello se tiene en cuenta el contexto político, la evolución ideológica de los autores y la conexión del contenido de las obras con otros textos escritos por los autores o por intelectuales de su entorno en ámbitos distintos al teatral. Las publicaciones monárquicas de la época, en especial la revista Acción Española y el diario ABC han sido las fuentes fundamentales para la elaboración de estos contenidos. Por último, la tercera parte se dedica a analizar la naturaleza del público y la lectura que este hizo de las obras. En este caso la fuente fundamental han sido las críticas de estreno y los comentarios teatrales publicados por la prensa de todo el espectro político. A lo largo de las páginas de este trabajo se muestra la conexión del contenido de las obras con la coyuntura política republicana, la relación entre el mensaje de aquellas y los escritos doctrinales elaborados en los círculos monárquicos, en particular en la revista Acción Española, la relativa facilidad con la que el público monárquico acogió el mensaje que se le quería hacer llegar y las reacciones negativas de la crítica de izquierdas. En definitiva, se demuestra que los autores se erigieron en emisarios de una ideología y consiguieron, la mayoría de las veces, que las obras sirvieran como elemento de movilización política para un público casi siempre receptivo. Las obras cumplieron también la misión de ofrecer desagravio a unas clases que veían sus intereses relegados por las nuevas políticas republicanas.