La militarización de la inteligencia en la estrategia contraterrorista de las administraciones Obama y TrumpCambios tácticos, continuidad estratégica

  1. Soledad Segoviano Monterrubio 1
  1. 1 Universidad Complutense de Madrid
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    Universidad Complutense de Madrid

    Madrid, España

    ROR 02p0gd045

Revue:
Revista UNISCI / UNISCI Journal

ISSN: 2386-9453

Année de publication: 2018

Titre de la publication: La Política Exterior de Estados Unidos

Número: 48

Pages: 435-504

Type: Article

DOI: 10.31439/UNISCI-27 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openAccès ouvert editor

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Résumé

Since 11S attacks in 2001, the global war on terrorism has become one of the main national security concerns for US Administrations. George W. Bush, Barack Obama and, now, president Trump have dramatically expanded the power and authority of the executive branch in the realm of national security to confront and combat the persistent threat of terrorism. Particularly, president Obama, as the main responsible for the institutionalization of the counterterrorism targeted killing drone structure through a strategy of militarization of intelligence. It was designed as a low-profile warfare instrument to grant the CIA paramilitary branch, in coordination with the United States Special Operations Forces, the ability to track, capture and eliminate terrorist targets on a global scale, in a dynamic of permanent warfare against jihadi terrorist organizations. Like his predecessors, president Trump has opted for continuing the escalation, even expanding the dark and lethal dimenssions of this counterterrorism legacy in an endless war with no vision of victory, even for future generations.

Information sur le financement

Trump ha mantenido una infraestructura contraterrorista diseñada para combatir el desafío del terrorismo a largo plazo, sin despliegue masivo de tropas, alejándose de operaciones de contrainsurgencia a gran escala, escatimando recursos y esfuerzos a las misiones de construcción nacional -nation building-, emprendidas por otras Administraciones. Trump ha continuado la práctica de asesinatos selectivos, en operaciones de caza y captura de objetivos terroristas y en la destrucción de sus redes organizativas, haciendo uso de armamento tecnológicamente sofisticado, en forma de misiles, drones y satélites, operados de forma coordinada entre la CIA y el Pentágono, más específicamente, entre las fuerzas paramilitares de la CIA y las fuerzas militares de operaciones especiales del Pentágono, cuyo impacto ha elevado a un nivel difícilmente asumible para los regímenes democráticos el número de víctimas civiles329 Trump se ha servido de la misma estrategia de militarización de la inteligencia diseñada por Obama para combatir una guerra clandestina, de bajo perfil, invisible a las conciencias, al conocimiento, al entendimiento de la opinión pública internacional.