Evolución de las biopsias cerebrales en pacientes con VIH/SIDA tras la introducción del tratamiento antirretroviral de gran actividad

  1. Fernández-Carballal, C.
Zuzendaria:
  1. Jesús Vaquero Crespo Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 2014(e)ko uztaila-(a)k 10

Epaimahaia:
  1. Santiago Coca Menchero Presidentea
  2. José Ramón García Berrocal Idazkaria
  3. Roberto Martínez Álvarez Kidea
  4. Juan Carlos López Bernaldo de Quirós Kidea
  5. Gregorio Rodríguez Boto Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

Las primeras publicaciones acerca de lo que más adelante se definiría como SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) aparecieron en 1981 a raíz del descubrimiento en varias ciudades de USA de la presencia de infecciones oportunistas y sarcomas de Kaposi en individuos jóvenes y homosexuales. En junio de 1981 se publicaron 5 pacientes de diferentes hospitales de Los Angeles, todos ellos jóvenes y homosexuales, con neumonía por Pneumocystis jiroveci1 y antecedentes de infección por citomegalovirus y candidiasis en mucosas. (Centers of Disease Control, 1981a). En otra serie más amplia de 29 pacientes de Nueva York y California con sarcomas de Kaposi (4 de ellos con antecedentes previos de neumonía por Pn. jirovecii), los pacientes presentaban idénticas características epidemiológicas (CDC, 1981b). La concurrencia de la nueva enfermedad con el antecedente de relaciones homosexuales hizo que inicialmente durante un tiempo se emplease el acrónimo GRIDS (gay-related inmunodeficiency sindrome) para esta nueva entidad. Sin embargo, ya desde el inicio de la enfermedad se evidenció la presencia en otros colectivos con características epidemiológicas diferentes. Masur y col. (1981) describen 11 pacientes con neumonía por Pn. jirovecii entre los que no sólo había pacientes homosexuales sino también pacientes no homosexuales adictos a drogas por vías parenteral (ADVP); además observaron la presencia de una alteración de la inmunidad celular sin afectación de la inmunidad humoral. En una amplia serie que incluía 34 pacientes haitianos de diferentes partes de USA con sarcomas de Kaposi e infecciones oportunistas no se demostró la intercurrencia de relaciones homosexuales en ninguno de ellos.