La circulación de trabajadores en el grupo de empresas

Resumen

El paso de un trabajador de una empresa a otra empresa a otra siempre será un hecho controvertido desde el punto de vista jurídico. No sólo por las modificaciones subjetivas del contrato que ello supone o la afectación al interés de estabilidad del trabajador, sino también porque estos traspasos tradicionalmente han arrastrado una fuerte carga negativa al identificarse por lo general con la figura del tráfico de mano de obra o con otros comportamientos fraudulentos. Y prueba de ello, es que la misma controversia se mantiene aún cuando el cambio de empresa se realice al interior de un grupo empresarial. Ahora bien, la circulación de trabajadores no es precisamente un fenómeno nuevo, por el contrario es tan antiguo como el propio grupo de empresas. La necesidad de ejercer un control efectivo en el funcionamiento de las personas jurídicas que lo conforman, siempre fue un motivo para que el grupo, junto a las llamadas interconexiones accionariales, decidiera rotaciones de su personal de alta dirección. No obstante ello, y como no podía ser de otro modo, el paso de los años al tiempo que ha expandido la dinámica de actuación de los grupos en la economía, ha contribuido a la evolución del fenómeno de circulación de trabajadores. Así, el hecho de que las empresas del grupo persigan una mayor interrelación funcional y activen diversos mecanismos de colaboración entre sí, transforman al intercambio de trabajadores en un instrumento no sólo de control, sino además en herramienta de necesidades organizativas empresariales. A pesar de la entidad de tales cambios, el marco regulador del grupo, en general, y del fenómeno de circulación, en particular, resulta claramente insuficiente. Precisamente, en tal sentido, el objeto de la investigación que se somete a este Tribunal es evaluar el origen y desarrollo del conflicto de intereses sociales que se esconde en el cambio de empresas que sufre un trabajador en el interior de