Clientelismo en democraciafactores explicativos de la política particularista en la República Dominicana 1996-2010
- Iván Llamazares Valduvieco Director/a
- Leticia M. Ruiz Rodríguez Codirectora
Universidad de defensa: Universidad de Salamanca
Fecha de defensa: 26 de marzo de 2015
- Manuel Alcántara Sáez Presidente
- María Esther del Campo García Secretaria
- Ludolfo Paramio Rodrigo Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Esta tesis doctoral tiene como propósito indagar cuáles son los determinantes del intercambio particularizado en la República Dominicana desde la Oferta [instituciones, reglas electorales, clase política y competencia interpartidista] y desde la Demanda [nivel macro y micro de la cultura política] a través de tres tipos de relaciones: 1) Relaciones Estado-Partidos, 2) Relaciones Partido-Partido y 3) Relaciones Estado-Ciudadanía. El repaso al repertorio de la acción particularista revela la arbitrariedad y el carácter selectivo del modus operandi de las autoridades dominicanas en el ejercicio de su mandato de representación o designación. En el Ejecutivo, se confirma el potencial politizador de la asistencia focalizada denunciado por la literatura (Adelantado y Scherer 2008, Hevia 2010), ya que a pesar de que la pobreza se ha mantenido relativamente estable en el país, el gobierno tiende a vigorizar la asistencia particularizada en año electoral frente a la de vocación universal. En la Administración, la contratación de funcionarios no responde al principio de utilidad pública que ha de guiar la prestación de servicios de manera estable, imparcial y profesional, sino que es utilizada al servicio de la carrera política del director de la agencia gubernamental de turno. En el Legislativo, en el periodo 1998-2010 más de la mitad de las iniciativas tuvieron por objeto la promoción de intereses parroquiales en las que el diputado ejerció de conseguidor de derechos selectivos y favores personales. El tratamiento estadístico de los datos muestra que la relación entre particularismo y partido político es estadísticamente significativa. Las legislaturas en las que el PRD cuenta con la mayoría y domina el Ejecutivo son las más propensas a promover intereses particularistas. Por el contrario, cuando el Ejecutivo es controlado por el PLD, la representación de vocación particular tiende a disminuir, aunque es utilizada estratégicamente por todos legisladores en coyunturas económicas y electorales de especial relevancia. La legislatura 2006-2010 marca un punto de inflexión al alza en la representación del interés general en la Cámara de Diputados. Sin embargo, este cambio podría reflejar la predilección del oficialista PLD por otros escenarios como el asistencialismo selectivo a través del Ejecutivo o el patronazgo en la Administración, haciendo uso del control oligopólico de los recursos del Estado. En el reparto del "barrilito" (2008-2009) se observa una estrategia de asignación de bienes que premia a los leales con bienes selectivos y trata de persuadir a opositores moderados con bienes de disfrute general, sin que existan diferencias significativas por partido. Sin embargo, es el oficialista PLD el que cuenta con la mayor red de brókeres para realizar este tipo de asignaciones y el que destina mayor número de regalías a colectivos determinados en la provincia con el nivel de empoderamiento socioeconómico más elevado. Esta diversificación confirma el patrón apuntado por Rosas y Hawkins (2008) en sus trabajos. La maximización de votos, la visibilidad de su mérito como gestor, la disponibilidad de recursos y el nivel de empoderamiento socioeconómico parecen influir en la decisión del diputado a la hora de elegir el nivel de inclusividad de las asignaciones en sus distritos. La hipótesis defendida en este trabajo, sostiene que en relaciones Estado-Partidos, Partido-Partido y Estado-Ciudadanía, se generan espacios de oportunidad que los actores pueden aprovechar para hacer del particularismo la forma dominante o la forma residual de relación entre políticos y electores. El abordaje multicausal -mas allá de las secuencias culturales y económicas antes sobre estimadas por los teóricos de la modernización- demuestra que en la República Dominicana el clientelismo se ha adaptado al escenario de la consolidación democrática.