Editoriales bajo las bombas

  1. Martínez Rus, Ana
Revista:
Cultura escrita y sociedad

ISSN: 1699-8308

Año de publicación: 2007

Número: 4

Páginas: 55-80

Tipo: Artículo

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Resumen

En este artículo se analizan las distintas iniciativas editoriales que se desarrollaron durante la Guerra Civil española. Desde presupuestos ideológicos opuestos y con infraestructuras diferentes ambos bandos publicaros numerosos textos con fines propagandísticos. Destaca el contexto y la intensidad con la que se llevaron a cabo estas publicaciones desde la aparición de nuevos sellos, muchos precarios y con carácter efímero; la continuación y reutilización de antiguas firmas e imprentas; o la labor de organismos oficiales; a la reedición de títulos clásicos. A pesar de los problemas materiales y la escasez de papel las prensas trabajaron al mismo ritmo que la artillería y los aviones, como correspondía a esta «guerra total». Los diferentes discursos resultaron cruciales en el campo de batalla y en la guerra de propaganda. En la zona republicana este esfuerzo editorial continuaba la labor cultural del proyecto republicano reformista y contribuyó a la extensión de una cultura popular y militante. Sin embargo, en la zona de los sublevados las publicaciones sirvieron a la justificación del golpe militar bajo el mito de la «Cruzada». Aunque el contenido de todas las publicaciones del momento estaba sometido a las necesidades y a las urgencias de la guerra, denunciando las atrocidades del bando contrario y llamando a la unidad de los luchadores, a través de la literatura testimonial y la poesía épica, se hicieron buenas ediciones, colaboraron magníficos escritores y muchos alcanzaron un alto valor estético y/o intelectual. Indudablemente, la actividad fue mucho más intensa y más brillante en el bando leal a la República, porque las principales editoriales quedaron bajo su control y porque la mayoría de los intelectuales colaboraron desde el principio con el Gobierno legítimo; aparte del desprecio del bando golpista a las cuestiones culturales y de su objetivo ideológico y propagandístico. De hecho, desde el principio se dedicaron a depurar todas las bibliotecas públicas, a quemar libros y prohibir publicaciones bajo una estricta censura para erradicar del país «la funesta manía de pensar».