"Quando rey perdemos nunq[u]a bien nos fallamos". La muerte del rey en la Castilla del siglo XIII

  1. Pérez Monzón, Olga
Revista:
Archivo español de arte

ISSN: 0004-0428 1988-8511

Año de publicación: 2007

Tomo: 80

Número: 320

Páginas: 379-394

Tipo: Artículo

DOI: 10.3989/AEARTE.2007.V80.I320.85 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openAcceso abierto editor

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Resumen

El presente artículo trata sobre los ámbitos fúnebres de los reyes castellanos durante el siglo XIII y la particularidad iconográfica de sus monumentos tumulares como reflejo de un ideario político tendente a la sacralización de la monarquía. El encumbramiento de la realeza provocó un abierto conflicto con determinados miembros de la realeza y la familia real y una respuesta política y artística.

Referencias bibliográficas

  • Sobre el tema vid. GURIÉVICH, A.: Las categorías de la cultura medieval, Madrid, [1984] 1990, especialmente pp. 176-179.
  • MANRIQUE, J.: Coplas por la muerte de su padre, en Obra completa, dirigida y prologada por A. Cortina, Madrid, 1977, p. 135.
  • Libro de Apolonio, edición, introducción y notas de C. Monedero, Madrid, 1990, p. 292
  • LIDA MAIKEL, R.: La idea de la fama en la Edad Media Castellana, Mexico, 1952, pp. 196-197
  • y MICHAEL, I.: "Interpretation of the Libre de Alexandre. The Author's Attidude towards his hero's death", en Bulletin of Hispanic Studies, XXXVII (1960), 205-214.
  • Libro de Alexandre, p. 576, ests. 2657 y 2658.
  • "Cultura en el reinado de Alfonso VIII de Castilla: signos de un cambio de mentalidades y sensibilidades", en II Curso de Cultura Medieval. Alfonso VIII y su época, Madrid, 1992, 167-194. Los tres autores -Rada, Tuy y Osma- coinciden al considerar el carácter ejemplar de los actos regios y, de forma específica, el momento de su muerte.
  • JIMÉNEZ DE RADA, R.: Historia de los Hechos de España, introducción, traducción, notas e índices de J. Fernández Valverde, Madrid, 1989, p. 89, Libro II, Cap. II; p. 237, Libro VI, Cap. XIII; p. 263, Libro VI, Cap. XXXIIII y p. 279, Libro VII, Cap. XI.
  • Establece el citado paralelismo GUIANCE, A. al tratar sobre la muerte del rey, (Los discursos sobre la muerte en la Castilla medieval (siglos VII-XV), Junta de Castilla y León, 1998, p. 290).
  • JIMÉNEZ DE RADA: Historia de los Hechos de España, p. 329, Libro VIII, Cap. XV.
  • Nuevamente los textos alfonsíes son contradictorios en su contenido al reclamar circunspección en las manifestaciones de duelo y relatar el dolor inconmensurable de los castellanos en el óbito de Fernando III en la Crónica General de España (Primera Crónica General de España, II, pág. 773, cap. 1134).
  • ALFONSO X: General Estoria, en Prosa histórica, editión B. Brancaforte, Madrid, 1984, pág. 260.
  • Libro de Apolonio, p. 110, v. 47d.
  • Sobre el tema resultan de obligada lectura los trabajos de NIETO SORIA, J.M., especialmente: "La transpersonalización del poder regio", en Anuario de Estudios Medievales, Madrid, 17 (1987), 559-570.
  • Leyes de Alfonso X. I. Especulo, editión y análisis crítico G. Martínez Díez, colaboración J.M. Ruiz Asencio, Ávila, 1985, p. 179, Libro II, Título XVI, Ley II
  • El conde ennoblece, de este modo, la pobre ermita donde mora el visionario monje Pelayo (Poema de Fernán González, p. 95, est. 245 -249).
  • Para la cronología del cenobio, la funcionalidad primitiva de la capilla de la Asunción y los usos del monasterio vid. MUÑOZ PÁRRAGA, M a del C: Monasteries de monjas cistercienses, Madrid, 1992, p. 28.
  • De reciente aparición los textos de YARZA, J. : "Monasterio y palacio del rey" y M a J. Gómez Barcena: "El Panteón Real de las Huelgas de Burgos", en Vestiduras ricas El monasterio de las Huelgas y su época 1170-1340, Madrid, 2005, respectivamente, pp. 15-34 y 51-72.
  • Realizado este trabajo, se ha publicado por G. PALOMO y J.C. RUIZ SOUZA, "Nuevas hipótesis sobre las Huelgas de Burgos. Escenografía funeraria de Alfonso X para un proyecto inacabado de Alfonso VIII y Leonor Plantagenet", Goya, 316-317 (2007), 21-45.
  • LIZOAÍN GARRIDO, J.M: Documentatión del monasterio de las Huelgas de Burgos 1263-1283, Burgos, 1987, pp. 112-113, n° 596.
  • La cita es recogida por BANGO TORVISO, I.G. en un trabajo básico sobre el arte funerario medieval castellano: "El espacio para enterramientos privilegiados en la arquitectura medieval española", en Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, Madrid, IV (1992), especialmente pp. 117-118.
  • "La aljama cristianizada. Memoria de la catedral de Santa María de Sevilla", en Metropolis Totius Hispaniae 750 aniversario de la incorporatión de Sevilla a la corona castellana, Sevilla, 1998, 41-71. En este tema, seguimos los planteamientos de la citada autora.
  • Esta práctica devocional queda avalada por las indulgencias concedidas por Inocencio IV en 1252 y Alejandro IV en 1254 y 1255 a los fieles que rezasen ante la tumba de Fernando III. Cit. SANZ, M a J.: Ajuares funerarios de Fernando III, Beatriz de Suabia y Alfonso X", en Sevilla 1248, coord. M. González Jiménez, Sevilla, 2000, p. 419.
  • Precisa estos datos MARTÍNEZ DE AGUIRRE, J.: "La primera escultura funeraria gótica en Sevilla: la capilla Real y el sepulcro de Guzmán el Bueno (1248-1320)", en Archiva Español de Arte, Madrid, 270 (1995), 111-129.
  • Sobre las dimensiones de este espacio regio Ruiz Souza, J.C: "Las capillas reales catedralicias bajomedievales de Sevilla, Toledo y Córdoba", en Jornadas técnicas de conservadores de las catedrales. Las catedrales en España, Alcalá de Henares, 1998.
  • Citamos también el clásico trabajo de COMEZ RAMOS, C: Empresas artísticas de Alfonso X el Sabio, Sevilla, 1979.
  • Espinosa de los Monteros, en el siglo XVII, utilizando una documentación hoy desaparecida ya evocó la particular fisonomía de este ámbito fúnebre: la parte de Oriente hazia la Torre, hizo capilla Real, dexando franco passo al rededor della, para que se penetrase la vista por todas partes, cercandola de rejas de hierro [Teatro de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, 1884 (1635), pp. 33-34].
  • Según LAGUNA PAÚL, esta plataforma abovedada debía ser semejante a la mandada construir por Alfonso X entre 1250 y 1260 en la capilla Real de la catedral de Córdoba. Su utilidad fue variada al permitir disponer un panteón inferior para otros miembros de la realeza y ubicar en su parte posterior la sacristía y otras dependencias secundarias ("La Aljama cristianizada", p. 60).
  • LALAING, A. de: Primer viaje de Felipe el Hermoso a España en 1501, recopilado por García Mercadal, Viajes de Extranjeros por España y Portugal, Junta de Castilla y León, t. I, 1999, p. 415.
  • Crónica de Alfonso X. Según el Ms. 11/1277 de la Biblioteca del Palacio Real (Madrid), edición M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ, Murcia, 1998, cap. IX, p. 27.
  • MARTÍNEZ NUÑEZ, J.C: "Pendón de San Fernando", en Metropolis Totivs Hispaniae, pp. 240-241.
  • Sobre el tema vid. CHAMBERLIN, CL. : "'Unless the pen writes as it should': The proto-cult of Saint Fernando III in Seville in the thirteenth and fourteeth centuries", en Sevilla 1248, 389-417.
  • De problemática cronología, parece que la espada actual es el resultado de diferentes intervenciones. No obstante, hay cierta unicidad entre los estudiosos de considerar el arriaz de época fernandina (SANZ, M a J.: "Ajuares funerarios", pp. 435-436
  • y "Espada de San Fernando", en Maravillas de la España Medieval Tesoro sagrado y monarquía, León, 2000, pp. 102-103).
  • PONZ: Viaje de España 3, Madrid, [1786] 1988, p. 483.
  • La muerte de la mujer de Apolonio motiva la descripción del rito mortuorio seguido: Balsamaron el cuerpo como costumbre era,/ fiziéronle armaria de liuiana madera,/ engludaron las tablas con englut e con çera,/ bolbiéronlo en ropa rica de gran manera./ Con el cuerpo abueltas, el su buen/' conpanyero/' metió XL pieças de buen oro en el tablera;/ escriuyó en hun plomo con hun grafio d'azero/ letras, qui la fallase por onde fuese certero./ Quando el ministerio todo acabado,/ el atahút bien preso, el cuerpo bien çerrado,/ vertieren muchas lágrimas mucho varón rascado,/ fue ha pesar de todos en las ondas echado (Libro de Apolonio, pp. 181-182, ests. 281-283).
  • Poema de Fernán, González, p. 116, ests. 376-381.
  • Trata de forma detallada este aspecto ESPAÑOL BERTRÁN, F.: «Los indumentos del cuerpo a la espera del Juicio Final», en Ricas vestiduras, 73-88.
  • ALFONSO X: Primera Partida, Título XIII, Ley XIII.
  • Vid. GÓMEZ MORENO, M.: El Panteón Real de las Huelgas de Burgos, Madrid, 1946, pp. 25-28.
  • Cit. HERRERO, C: "Fragmenta del manto de Fernando III", en Metropolis Totivs Hispaniae, p. 238. Los restas de la indumentaria real están en la Armería Real de Madrid y la catedral de Sevilla.
  • Sobre las espuelas vid. SOLER DEL CAMPO, A.: "Acicates (espuelas) del rey Fernando III", en Metropolis Totivs Hispaniae, p. 236.
  • M a LUISA MELERO analiza la advocación de la Virgen de las Batallas como expresión de la protección emanada de la Virgen en los actos bélicos. La citada tradición hispalense, justamente, identifica a la Madre de Cristo como la acompañante de Fernando III en su entrada triunfal en la ciudad ("La Virgen y el rey", en Maravillas de la España medieval, pp. 420-421).
  • Al trasladar el cuerpo de Fernando III a una nueva urna en 1729, la talla mariana pasó a una de las dependencias de la Capilla Real de la catedral de Sevilla (HERNÁNDEZ NUÑEZ, J.C: "Virgen de las Batallas", en Metropolis Totivs Hispaniae, pp. 242-243).
  • Diferentes avatares han determinado que tan destacada mortaja hoy figure repartida entre el Museo Arqueológico Nacional, el Instituto Valencia de don Juan, la Hispanic Society y la Cooper Union Museum de Nueva York. Entre otros, vid., FRANCO MATA, A.: "Bonete del infante don Felipe", en Ricas vestiduras, pp. 177-178.
  • PÉREZ MONZÓN, O.: "Las exequias fúnebres como tema artístico. El sepulcro del infante don Felipe de Villalcázar de Sirga", en prensa.
  • Vid. PÉREZ MONZÓN, O.: "Iconografía y poder real en Castilla: las imágenes de Alfonso VIII", Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, Madrid, XIV (2002), pp. 28-29.
  • La apropiación de esta iconografía religiosa en la temática de donación y patronato ha sido resaltada por SÁNCHEZ AMEIJEIRAS, R.: Investigaciones iconográficas sobre la escultura funeraria del siglo XIII en Castilla y León, Universidad de Santiago de Compostela, 1993, Microfichas, pp. 216 y ss.
  • Vid. NLETO SORIA, J. M.: "Del rey oculto al rey exhibido: un síntoma de las transformaciones políticas en la Castilla bajomedieval", en Medievalismo, Madrid, 2 (1992), p. 11.
  • Según las Crónicas, extramuros de la ciudad de Ávila, se levantó un tablado donde se colocó una silla real -con todo el aparato acostumbrado de poner a los reyes- con una estatua del rey -en la silla una estatua, a la forma del rey don Enrique con corona en la cabeça e çetro real en la mono- a la que, el arzobispo de Toledo quitó la corona; el marqués de Villena, el cetro, el conde de Plasencia, la espada; el maestre de Alcántara y los condes de Benavente y Paredes, los otros ornamentos reales. Con estas gestos se simbolizó la depositión en el cargo de Enrique IV (Crónica Anónima de Enrique IV de Castilla 1454-1474 (Crónica Anónima), ed. crítica y comentada de M a del P. Sánchez-Parra, Madrid, t. II, 1991, pp. 160-161.
  • MARTÍNEZ DE AGUIRRE defiende que Alfonso X encargó las estatuas de sus progenitores, correspondiendo a su hijo Sancho la petición de la imagen del monarca sabio ("La primera escultura...", pp. 118-119).
  • Recientemente, ALONSO ALVÁREZ ha planteado una sugerente vinculación con las imágenes funerarias de Carlomagno en Aquisgrán y del Cid en el monasterio de Cardeña ("De Carlomagno al Cid: la memoria de Fernando III en la capilla Real de Sevilla", en Fernando III y su tiempo (1201-1252). VIII Congreso de Estudios Medievales, León, 2003, pp. 480-482).
  • Crónica de Juan II de Castilla, edición de Juan de Mata Carriazo y Arroquia, Madrid, 1982, p. 191.
  • Al citado artículo de Aguirre, añadimos los trabajos de SANZ, M a J.: "Imagen del tabernáculo de la Capilla Real de Sevilla a través de dos sellos medievales", en Laboratorio de Arte, Sevilla, 11 (1989), 51-67
  • y GÓMEZ, E.: "Sello del concejo de Sevilla", en Metropolis Totivs Hispaniae, p. 286.
  • Cita la existencia de estas pinturas LAGUNA PAÚL: "La aljama cristianizada", pp. 60 y 49.
  • Según MARTÍNEZ DE AGUIRRE, este símbolo imperial no había sido empleado con anterioridad por ningún rey hispano ["La introducción de la escultura gótica en Sevilla (1248-1300)", en Metropolis Totivs Hispaniae, p. 125].
  • El cetro aparece en otras representaciones artísticas del monarca vid. LÓPEZ GUTIÉRREZ, A.J.: "Sevilla, Alfonso X y el sigillum aureum", en Archivo Hispalense, Sevilla, 220 (1989), 309-320
  • y NUÑEZ, M.:"Non avemos mayor sobre nos en lo temporal: Alfonso X y la imagen de autoridad, en Temas medievales, 3 (1993), 29-48.
  • El Speculo expresa la misma idea en similares términos (ALFONSO X: Especulo, Libro II, Título XIV, Ley VI, p. 167).
  • Seilos de la época y las viñetas miniadas de la citada Cantiga 292 certifican que originalmente la Virgen sostenía al Niño con su brazo, correspondiendo a una época incierta su fisonomía Sedes Sapientiae. La talla mariana presidió el altar mayor de la primitiva iglesia mezquita y, posteriormente, la capilla real organizada por Alfonso X. Vid. LAGUNA PAÚL: "La capilla de los Reyes", pp. 244-245.
  • La canonización de Fernando III en 1671 y el encargo de un nuevo retablo provocó la destrucción de estas estructuras de las que subsisten dos placas de plata con león rampante y castillo (siglo XIII) [HERNÁNDEZ NUÑEZ, J.C. : "Placas con león y Castillo", en Metropolis Totius Hispaniae, p. 276].
  • Finalmente, en 1433 y en el contexto de la construcción de la nueva catedral, Juan II autorizó el derribo de la vieja capilla real. Más datos en Marías Franco, F.: "Sobre la cabecera de la catedral de Sevilla", Archivo Español de Arte, 189 (1975), 136-188.
  • Sobre este ámbito desgraciadamente desaparecido vid. COLLAR DE CÁCERES, F.: "En torno al Libro de retratos de los reyes de Hernando de Ávila", en Boletín del Museo del Prado, Madrid, t. IV, n° 10 (1983), p. 14.
  • GOLDENBEERG STOPPATO, L: "LOS lienzos con historias de la vida de Felipe II 13 de septiembre-12 de noviembre de 1598", en Glorias efímeras. Las exequias florentinas por Felipe II y Margarita de Austria, Valladolid, 2000, 155-158.