Tratamiento de las urgencias del metabolismo fosfocálcico

  1. Sánchez Windt, Raquel
  2. Martínez Díaz Guerra, Guillermo
Aldizkaria:
Medicine: Programa de Formación Médica Continuada Acreditado

ISSN: 0304-5412

Argitalpen urtea: 2012

Zenbakien izenburua: Enfermedades endocrinológicas y metabólicas: patología del metabolismo fosfocálcico

Saila: 11

Zenbakia: 16

Orrialdeak: 971-975

Mota: Artikulua

DOI: 10.1016/S0304-5412(12)70412-2 DIALNET GOOGLE SCHOLAR

Beste argitalpen batzuk: Medicine: Programa de Formación Médica Continuada Acreditado

Laburpena

El tratamiento de las urgencias del metabolismo fosfocálcico dependerá de diversos aspectos tales como la severidad de la alteración iónica, la causa desencadenante, los signos y síntomas asociados y la presencia de otras alteraciones hidroelectrolíticas acompañantes. En todos los casos se deberá monitorizar de manera periódica las constantes vitales y diuresis, realizar un electrocardiograma y una bioquímica básica (que incluya creatinina, sodio, potasio, calcio, fósforo) y gasometría venosa, basal y de manera periódica para monitorizar la respuesta al tratamiento. En los casos de hipercalcemia es fundamental la hidratación con sueroterapia endovenosa vigorosa añadiendo si es preciso los diuréticos de asa, y otros fármacos (bifosfonatos, corticoides, calcitonina, etc.) o la hemodiálisis. El tratamiento de la hipocalcemia consistirá fundamentalmente en la suplementación con calcio, por vía oral si es posible (en casos con sintomatología leve) o endovenosa. Si no hay mejoría tras 24 horas de tratamiento, se deberá valorar la administración concomitante de suplementos de magnesio. La hiperfosfatemia deberá tratarse con hidratación endovenosa monitorizándose de manera estrecha las cifras de calcio sérico (por el riesgo de aparición o exacerbación de hipocalcernia), utilizándose en los casos graves, o en aquellos acompañados de insuficiencia renal la hemodiálisis. Lo hipofosforemia grave (fósforo sérico < 1 mg/dl) suele precisar suplementación parenteral endovenosa, siendo especialmente importante la monitorización estrecha del resto de iones por el riesgo de aparición de otras alteraciones hidroelectrolíticas.