Comentarios del Comité Español Interdisciplinario de Prevención Cardiovascular (CEIPC) a las Guías Europeas de Prevención Cardiovascular 2012
- Royo Bordonada, Miguel Ángel
- Lobos Bejarano, José María
- Villar Álvarez, Fernando
- Sans Menéndez, Susana
- Pérez Pérez, Antonio
- Pedro-Botet Montoya, Juan
- Moreno Carriles, Rosa María
- Maiques Galán, Antonio
- Lizcano, Angel
- Lizarbe Alonso, Vicenta
- Gil Núñez, Antonio
- Fornés Ubeda, Francisco Vicente
- Elosua, Roberto
- Santiago Nocito, Ana María de
- Pablo Zarzosa, Carmen de
- Álvaro Moreno, Fernando de
- Cortés Rico, Olga
- Cordero Fort, Alberto
- Camafort Babkowski, Miguel
- Brotons Cuixart, Carlos
- Armario García, Pedro
ISSN: 1889-1837
Año de publicación: 2013
Volumen: 30
Número: 4
Páginas: 14-155
Tipo: Artículo
Otras publicaciones en: Hipertensión y riesgo vascular
Resumen
Las guías europeas de prevención cardiovascular contemplan 2 sistemas de evaluación de la evidencia (SEC y GRADE) y recomiendan combinar las estrategias poblacional y de alto riesgo, interviniendo en todas las etapas de la vida, con la dieta como piedra angular de la prevención. La valoración del riesgo cardiovascular (RCV) incorpora los niveles de HDL y los factores psicosociales, una categoría de muy alto riesgo y el concepto edad-riesgo. Se recomienda el uso de métodos cognitivo-conductuales (entrevista motivadora, intervenciones psicológicas), aplicados por profesionales sanitarios, con la participación de familiares de los pacientes, para contrarrestar el estrés psicosocial y reducir el RCV mediante dietas saludables, entrenamiento físico, abandono del tabaco y cumplimiento terapéutico. También se requieren medidas de salud pública, como la prohibición de fumar en lugares públicos o eliminar los ácidos grasos trans de la cadena alimentaria. Otras novedades consisten en desestimar el tratamiento antiagregante en prevención primaria y la recomendación de mantener la presión arterial dentro del rango 130-139/80-85 mmHg en pacientes diabéticos o con RCV alto. Se destaca el bajo cumplimiento terapéutico observado, porque influye en el pronóstico de los pacientes y en los costes sanitarios. Para mejorar la prevención cardiovascular se precisa una verdadera alianza entre políticos, administraciones, asociaciones científicas y profesionales de la salud, fundaciones de salud, asociaciones de consumidores, pacientes y sus familias, que impulse la estrategia tanto poblacional como individual mediante el uso de toda la evidencia científica disponible, desde ensayos clínicos hasta estudios observacionales y modelos matemáticos para evaluar intervenciones a nivel poblacional, incluyendo análisis de coste-efectividad.