El papel de la dislipemia aterogénica en las guías de práctica clínica

  1. Juan Pedro-Botet 1
  2. Teresa Mantilla-Morató 2
  3. Ángel Díaz-Rodríguez 3
  4. Ángel Brea-Hernando 4
  5. Pedro González-Santos 5
  6. Antonio Hernández-Mijares 6
  7. Xavier Pintó 7
  8. Jesús Millán Núñez-Cortés 8
  1. 1 Unidad de Lípidos y Riesgo Vascular, Servicio de Endocrinología y Nutrición, Hospital del Mar, Universitat Autònoma de Barcelona
  2. 2 Centro de Salud Prosperidad, Madrid
  3. 3 Centro de Salud de Bembibre, Bembibre, León
  4. 4 Servicio de Medicina Interna, Hospital San Pedro, Logroño, La Rioja
  5. 5 Departamento de Medicina, Universidad de Málaga
  6. 6 Servicio de Endocrinología, Hospital Universitario Dr. Peset
  7. 7 Unidad de Lípidos, Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario de Bellvitge
  8. 8 Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario Gregorio Marañón
Revista:
Clínica e investigación en arteriosclerosis

ISSN: 0214-9168 1578-1879

Año de publicación: 2016

Volumen: 28

Número: 2

Páginas: 65-70

Tipo: Artículo

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Resumen

Antecedentes y objetivo La dislipemia aterogénica está frecuentemente infradiagnosticada e infratratada. El objetivo del presente estudio ha sido revisar el posicionamiento de las guías de práctica clínica con respecto a la dislipemia aterogénica. Material y método A partir de la base de datos MEDLINE se recogieron las principales guías de práctica clínica de las sociedades científicas u organismos oficiales emitidas entre el 1 de enero de 2012 y el 31 marzo de 2015. De las 10 guías seleccionadas se identificaron los siguientes parámetros: colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (HDL), triglicéridos, colesterol no HDL, apolipoproteína (apo) B y dislipemia aterogénica. De cada uno de ellos se valoró si eran considerados un factor de riesgo cardiovascular, si establecían algún objetivo terapéutico y si proponían algún tratamiento farmacológico específico. Resultados Las guías americanas, excepto la National Lipid Association (NLA), no consideran el colesterol HDL y los triglicéridos en la prevención cardiovascular. La NLA resalta la relevancia de la dislipemia aterogénica. Por su parte, la guía canadiense introduce el colesterol no HDL y la apo B como objetivos alternativos y propone tratamiento con fármacos hipolipemiantes distintos de las estatinas en presencia de colesterol HDL bajo e hipertrigliceridemia. Las recomendaciones de la International Atherosclerosis Society (IAS) y del National Institute for Health and Care Excellence (NICE) promueven la importancia del colesterol no HDL. Las guías europea, brasileña y japonesa ponen en valor el colesterol HDL y los triglicéridos, aunque con la limitación de que las principales evidencias proceden de subanálisis de estudios clínicos. Conclusiones Las guías de práctica clínica analizadas o no consideran la importancia de la dislipemia aterogénica o la abordan de forma poco convincente.