Importancia del colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad (cHDL) en la prevención del riesgo cardiovascular. Recomendaciones del Foro HDL

  1. J.F. Ascaso 1
  2. A. Fernández-Cruz 1
  3. P. González Santos 1
  4. A. Hernández Mijares 1
  5. A. Mangas Rojas 1
  6. J. Millán 1
  7. L.F. Pallardo 1
  8. J. Pedro-Botet 1
  9. F. Pérez-Jiménez 1
  10. G. Pía 1
  11. X. Pintó 1
  12. I. Plaza 1
  13. J. Rubiés-Prat 1
  1. 1 Foro HDL. Madrid
Revista:
Clínica e investigación en arteriosclerosis

ISSN: 0214-9168 1578-1879

Año de publicación: 2004

Volumen: 16

Número: 6

Páginas: 262-280

Tipo: Artículo

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Resumen

En el abordaje de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular relacionados con los lípidos, los valores séricos de colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad (cHDL) comportan una importancia especial, dado que se considera que esta lipoproteína es un factor antiaterogénico debido principal, pero no exclusivamente, a su influencia e impacto sobre el transporte inverso del colesterol. Se deriva de aquí la necesidad y el requisito de tener en cuenta los valores séricos de cHDL para la prevención tanto primaria como secundaria en todo paciente con enfermedad cardiovascular. Un aspecto particularmente importante es la asociación del “síndrome de cHDL bajo” con el síndrome metabólico. Estos factores nos obligan a considerar el valor sérico de cHDL como un objetivo terapéutico por sí mismo, o incluso en asociación con las concentraciones de colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad (cLDL), cuando estas últimas se encuentran elevadas. La presente revisión resalta los aspectos que establecen un nexo entre los valores séricos de cHDL y el riesgo cardiovascular, y examina las poblaciones que deberían considerarse susceptibles de intervención terapéutica debido a valores séricos de cHDL bajos. Se revisan las estrategias terapéuticas, tanto farmacológicas como no farmacológicas. El objetivo de esta revisión es exponer recomendaciones de manejo terapéutico para la corrección de la proporción del riesgo cardiovascular atribuible a cambios en el cHDL. El objetivo terapéutico en prevención primaria y secundaria debe ser alcanzar valores de cHDL > 40 mg/dl. Esta meta reviste particular importancia en pacientes con valores séricos de cHDL bajo y cardiopatía isquémica (CI) o sus equivalentes, incluso si se han alcanzado los objetivos terapéuticos para las concentraciones séricas de cLDL (< 100 mg/dl). La primera elección terapéutica para esta situación clínica son los fibratos. Esta misma opción terapéutica será la primera que se deberá tener en cuenta en pacientes sin CI pero con valores de cHDL bajos y riesgo cardiovascular aumentado (> 20%), hipertrigliceridemia, diabetes mellitus tipo 2 o síndrome metabólico.