Implantes transgingivales de una sola fase quirúrgica

Résumé

A lo largo de las dos últimas décadas el empleo de implantes osteointegrados como anclaje ha permitido el tratamiento de pacientes total o parcialmente desdentados de diferentes modos, con una alta predictibilidad de éxito y constituyendo una alternativa eficaz a los tratamientos convencionales basados en el uso de prótesis fijas o removibles, soportadas en dientes remanentes y/o tejidos blandos. Este tipo de anclaje óseo fue descrito por primera vez por Branemark y cols. en 1969 (1) como osteointegración, y conseguía, cuando se usaban fijaciones de titanio, una conexión directa entre el hueso y el implante, sin interposición de tejido conectivo, y resultaba funcional una ve se sometía a carga. Los resultados a largo plazo con esta técnica han mostrado resultados satisfactorios y han servido para asentar las bases del éxito al utilizar este procedimiento: utilizar una técnica quirúrgica poco agresiva para evitar el sobrecalentamiento del hueso al preparar el lecho receptor del implante, conseguir estabilidad inicial al introducir la fijación y evitar la carga funcional durante un período de 3-6 meses (2). La técnica con este tipo de implantes y todos los sistemas posteriores que se han derivado directa o indirectamente de ellos requiere la colocación sumergida (por debajo de la mucosa) del implante para evitar infección, el crecimiento de los tejidos blandos y para crear un ambiente favorable para la cicatrización sin someter a cargas los implantes. Ello requiere la realización de una segunda cirugía en la que los implantes, una vez oseointegrados, deben descubrirse para colocar sobre ellos los diferentes aditamentos que van a soportar las prótesis.