El ecosistema de manglar en el archipiélago cubanobases para su gestión
- Menéndez Carrera, Leda Miguelina
- Antoni Escarré Esteve Codirector/a
- Daysi Vilamajó Alberdi Codirector/a
Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante
Fecha de defensa: 15 de noviembre de 2013
- Antonio Gómez Sal Presidente/a
- María José Lledó Solbes Secretario/a
- José Manuel de Miguel Garcinuño Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Es bien conocida la importancia de los bosques de mangles y el papel que tienen a lo largo y ancho de las zonas tropical y subtropical del planeta en todo lo referente al manejo de zonas costeras, lo cual se dimensiona en estos tiempos, en que el cambio Climático es una realidad concreta, y la elevación del nivel medio del mar una de sus consecuencias obviamente relacionadas con los manglares. El archipiélago Cubano, con una extensión total de 110.922 Km². está conformado por dos grandes islas, la de Cuba con 105.000 Km², y la Isla de la Juventud, con 2.200 Km², así como por un gran número de islas pequeñas, cayos e isletas agrupados en cuatro subarchipiélagos: Sabana Camagüey y Los Colorados al norte y Jardines de La Reina y Los Canareos al sur. Situado al norte de Las Antillas, en el límite del mar Caribe, el archipiélago Cubano representa más de la mitad de la superficie antillana (Nuñez-Jiménez, 1982). Las costas cubanas se caracterizan por presentar centenares de bahías y ensenadas, la costa norte tiene una extensión de 3 209 km y la sur 2 537 km, mientras que la plataforma marina alcanza cerca de 70.000 Km². La naturaleza de las costas cubanas es muy variada, pero de forma general se identifican dos tipos fundamentales, las costas acumulativas biogénicas y las costas abrasivas, cársicas o rocosas. Las costas acumulativas pueden ser arenosas, conformando las playas, y las cenagosas, bajas y con esteros, con una mayor frecuencia y representatividad en archipiélago cubano, sobre todo en la costa sur. El ecosistema de manglar ocupa estas costas bajas donde el balance de los efectos de marea y los escurrimientos de agua dulce y nutrientes permiten su presencia, las áreas donde los bosques de mangles alcanzan mayor talla y exuberancia están localizadas alrededor de los principales ríos y cuencas del país, y reciben un mayor aporte de agua dulce, nutrientes y energía (Menéndez et al, 2006). Dada la condición de insularidad del archipiélago Cubano, la función de los bosques de mangles se dimensiona, destacándose su papel protector de las costas, considerado como de vital importancia para la economía nacional. Los manglares mantienen el equilibrio en la zona costera impidiendo el avance de la intrusión salina, conteniendo la erosión costera y reduciendo el riesgo ante los daños que puedan causar a la población, infraestructura productiva y cultivos agrícolas, así como de eventos naturales tales como marejadas, tormentas tropicales y huracanes, constituyen sitio de refugio para innumerables especies de la flora y la fauna, potenciando las especies de valor comercial para la pesca. Los bosques de mangles constituyen una parte importante de los humedales costeros cubanos, con funciones de importancia ecológica, económica y estratégica (Menéndez y Priego, 1994). Durante mucho tiempo, los bosques de mangles han sido considerados como sitios de poco valor, insalubres, y potenciadores de insectos molestos como los mosquitos. Se han utilizado áreas de manglar como vertederos de deshechos sólidos, de aguas negras procedentes de viviendas y centros de trabajo, se han rellenado y reconvertido a otros usos. El desconocimiento de lo gran importancia de los servicios ecosistémicos que brinda el manglar ha provocado cambios tanto en la estructura de la vegetación como en su funcionamiento, con consecuencias en su salud, lo que se traduce en perjuicios para los seres humanos. El conocimiento de la estructura de los bosques constituye un parámetro de fácil comparación que puede brindar información muy útil para el manejo de estos ecosistemas. Hasta el momento se conoce muy poco de la estructura de los manglares en el Archipiélago Cubano. ¿Que determina la estructura de los bosques de manglar? ¿Cuáles son los factores que influyen sobre la misma? Estos son tópicos de gran importancia para conocer la ecología de los manglares y que nos brindarían herramientas para su mejor gestión. Los manglares están presentes en más del 50% de nuestras costas y ocupan cerca de 5 % de la superficie del país, lo que representa un 20 % de su cobertura boscosa (Menéndez y Guzmán, 2010). Teniendo en cuenta el gran valor que este ecosistema tiene para nuestro país nos planteamos la siguiente hipótesis Hipótesis: El ecosistema de manglar tiene una gran importancia en la ecología y protección de las costas cubanas, y conocer su distribución, estado de salud y aspectos de su estructura y funcionamiento es indispensable para garantizar una adecuada gestión del mismo. A partir de esta hipótesis se trazaron un objetivo general y objetivos particulares: Objetivo General: Conocer las principales características, distribución y salud de los manglares cubanos así como aspectos básicos de estructura y funcionamiento del ecosistema como premisa para su gestión. Objetivos particulares: - Caracterizar los bosques de mangles en las costas cubanas con salida cartográfica. - Conocer es estado de salud del ecosistema de manglar en el archipiélago cubano a partir de la identificación de los principales tensores que lo afectan. - Caracterizar aspectos de la estructura de los bosques de mangle en diferentes sitios del archipiélago cubano. - Proponer lineamientos de gestión y protección de los manglares con incidencias en el manejo integrado costero Importancia. Desde el punto de vista teórico, se brinda información básica del estado de salud, funcionamiento y estructura de uno de los ecosistemas de mayor productividad e importancia ecológica y económica de nuestro país, y de connotación global. Desde el punto de vista práctico, es de vital importancia brindar conocimiento a los tomadores de decisiones para el manejo integrado costero, fundamentalmente ante las consecuencias del Cambio Climático, como la elevación del nivel medio del mar, así como para los planes de protección del cuerpo de guardabosques. Los conocimientos que se recogen en el presente documento tienen un carácter estratégico para la defensa del país ante fenómenos naturales severos como tormentas tropicales y huracanes. El establecimiento por el CITMA de directivas encaminadas a la protección y restauración de los manglares, constituye una acción importante desprendida de los resultados obtenidos en cuanto a la salud de este ecosistema el archipiélago cubano, así como la contribución para el establecimiento en diciembre del año 2012 de una moratoria que confiere a los manglares la categoría de bosques protectores con prohibición de su tala, por la Dirección Forestal del MINAG. Se brinda por primera vez en el país, información integrada del estado de salud del ecosistema de manglar con salida cartográfica en el archipiélago cubano, así como de la estructura de los bosques de mangles que evidencian su variabilidad y funcionamiento lo que constituye una sólida base para una gestión sensata de los mismos que garantice su desarrollo y potencie sus funciones protectoras como importantísimo servicio ecosistemico a los seres humanos. Las investigaciones que sirve de base a este documento están documentadas en varios proyectos de investigación; en el año 2000 se concluyó el proyecto Bases Ecológicas para la Restauración del Ecosistema de Manglar en áreas seleccionadas del Archipiélago Cubano y su relación con los Cambios Climáticos Globales, del Programa Nacional de Cambios Globales y desarrollo del Medio Ambiente cubano, el cual contó con apoyo financiero de UNESCO, así como el resultado Evaluación del estado de salud de los manglares en el ecosistema Sabana Camagüey del proyecto GEF/PNUD, Acciones Priorizadas para la consolidación de la protección de la biodiversidad en el ecosistema Sabana Camagüey, finalizado en el año 2006. Posteriormente se obtuvieron resultados el los proyectos Evaluación del estado de salud de los manglares y de la vegetación de las dunas costeras y Tendencias y respuestas del manglar ante la elevación del nivel del mar y los humedales costeros y vegetación de las dunas, ambos pertenecientes al Macro proyecto. Escenarios de peligro y vulnerabilidad de la Zona Costera cubana, asociado al ascenso del nivel del mar para los años 2050 y 2100 Para la realización del trabajo, se elaboró un organigrama general de cada uno de los aspectos particulares planteados en la investigación lo que se ofrece en la figura 1 así como organigramas con mayor detalle de cada uno de estos aspectos particulares. Conclusiones generales Los resultados obtenidos en la caracterización, clasificación y mapificación de los manglares cubanos corroboran la gran representatividad de la presencia de los bosques de mangles en el archipiélago cubano; y la gran diversidad de condiciones ambientales donde se desarrollan así como las tensiones a las que históricamente han estado sometidos, condicionan la existencia de una gran variabilidad de tipos de bosques, ya sea por la composición de especies así como por el desarrollo estructural. Las principales tensiones que afectan los bosques de mangles están asociadas a cambios en los regímenes hidrológicos, con transformaciones y limitaciones en las condiciones hídricas de los ecosistemas tales como la eliminación y/o disminución de los flujos e intercambios de agua, disminución de la renovación de las aguas, disminución del aporte de aguas dulces y nutrientes con elevación sensible de la salinidad, la que puede ser letal para la vegetación. Los principales tensores que afectan los bosques de mangles, tienen incidencias fundamentalmente en el desarrollo estructural de los bosques, en cuanto a grosor de losa troncos, altura del dosel y desarrollo de las copas de los árboles; otros tensores fragmenta y disminuyen la cobertura de bosques de mangles, llegando incluso a su eliminación Las causas de tensiones más significativas lo constituyen los represamientos de los ríos, cierre de canales, construcción de viales, diques, pedraplenes que interrumpen el flujo de las aguas, la contaminación por vertimientos de residuales químicos provenientes de la actividad industrial y agrícola, el avance de la actividad agropecuaria y la conversión de áreas de manglar a otros usos como la urbanización y asentamientos humanos. Entre las consecuencias más significativas provocadas por estos tensores se identifican: - Reducción de la franja costera de bosques de mangle con repercusión negativa en su función protectora. - Elevación significativa de la salinidad en la zona costera - Muerte por partes del manglar - Cambios en la composición y estructura del manglar. - Degradación y pérdida de hábitat y recursos. - Incremento de la abrasión costera. - Alteraciones en la línea de costa. La sinergia de los diferentes tensores identificados en los tramos costeros con bosques de mangles constituye un indicador de grados de salud del ecosistema, identificándose dos tramos costeros con fuertes tensiones que califican de una baja salud. En los tramos, costa sur de las provincias Mayabeque y Artemisa y Gibara-Moa se identificaron un mayor número de tensores con consecuencias severas en la salud del ecosistema, evidenciando la necesidad de acometer acciones de restauración en la zona costera que permita recuperar la salud de los manglares. La adaptación y respuestas de los manglares ante las acciones tensionantes derivadas de la asimilación socioeconómica de los territorios es un indicador de su capacidad de sobrevivencia o resiliencia. El mantenimiento de bosques de mangles con buena salud y desarrollo estructural es de vital importancia para asegurar una óptima función protectora de las costas, destacándose en la actualidad su posible papel ante la elevación del nivel medio del mar ante el cambio climático. El desarrollo estructural y la composición florística de los bosques de mangles están muy relacionados con las condiciones ecológicas, fundamentalmente del régimen hidrológico, que además puede tener diferencias en los diversos territorios costeros del país. La fuerte relación inversa entre el área basal de los diferentes tipos de bosques y las concentraciones de salinidad en los sustratos y el agua, constituye un contundente herramienta de gestión, que evidencia la necesidad de mantener un suministro de agua a los manglares. Garantizar la conservación y desarrollo estructural de los bosques de mangles del Archipiélago Cubano como primera barrera protectora de las costas cubanas en el enfrentamiento al Cambio Climático debe ser una política priorizada del país. Se comprueba que aunque existen numerosos cuerpos legales que protegen los manglares cubanos, estos son mayormente sectoriales y en algunos casos con contradicciones e incertidumbres. En el Sistema Nacional de Áreas Protegidas están representados el 60% de la superficie total de los manglares presente en el archipiélago cubano