La incapacidad temporal como contingencia protegida por la seguridad social

Resumen

La aparición de enfermedades en el ser humano constituye algo natural que se produce y se repite a lo largo de la vida de todos los individuos en múltiples ocasiones. Durante esos momentos en los que las personas ven mermadas sus capacidades para actuar de forma normal, a causa de una alteración de su salud, se produce la intromisión de la asistencia sanitaria tratando de paliar esos estados de incapacidad que afectan de una manera negativa a los ciudadanos. Ya desde antiguo, se ha constatado la existencia de dolencias y padecimientos de muy distinta índole y con efectos variables, que ocasionan, dependiendo de cual sea el sujeto afectado y la intensidad de aquellas, una respuesta u otra por parte del organismo. En unos casos, estos infortunios acaban convirtiendo en definitivos, mientras que en otros, tan sólo son pasajeros, lo que permite la recuperación del enfermo o accidentado en un relativamente corto lapso de tiempo. No siempre han existido los mismos mecanismos y técnicas para combatir con estas situaciones de necesidad, sino que dependiendo del momento histórico, así como del contexto económico-social en que se hubieran producido, se pueden encontrar grandes diferencias. Del igual modo, tampoco se puede afirmar que hayan permanecido eternamente inmortales las mismas enfermedades que en su momento sufrieron nuestros antepasados. Todo ello ha estado sujeto a cambios y a una constante transformación que no escatima en detalles. Actualmente y tras un largo proceso de evolución, nace el sistema de Seguridad Social como mecanismo para hacer frente a todos estos estados de carencia que se producen en la sociedad. Para ello, su particular conjunto de normas se dota de una serie de prestaciones, temporales o indefinidas, en dinero o en especie, que pretenden conseguir la satisfacción de los intereses personales y materiales para las que se crearon. No obstante, dado que se trata de un sistema complejo y muy joven, se mantienen aun en movimiento la modificando de algunas de sus reglas. Procurando no perder nunca de vista el objetivo último por el que se creo, la Seguridad Social pretende afrontar los procesos de incapacidad temporal (IT) que son ocasionados en el trabajador a causa del accidente de trabajo, la enfermedad profesional, el accidente no laboral, la enfermedad común y el período de observación por enfermedades profesionales. Por tanto, un completo elenco de riesgos, comunes y profesionales, que integran y dan vida a esta prestación. La incapacidad temporal lleva cobrando desde su ubicación en el ordenamiento jurídico una tremenda importancia, pues a efectos prácticos, resulta sumamente improbable no encontrar un trabajador que en algún momento de su vida laboral no haya solicitado una baja por este motivo. Con denominaciones diversas, la incapacidad temporal ha mantenido hasta la Ley de Bases de la Seguridad Social (en adelante LBSS) una ordenación desintegrada por riesgos, ubicada básicamente en el régimen de accidentes de trabajo y en el seguro de enfermedad. Ahora bien, no ha sido hasta la instauración del sistema actual cuando, ha recibido un tratamiento teóricamente unitario, esto es, independizado de cual fuera el riesgo causante, bajo la denominación de Incapacidad Laboral Transitoria. A día de hoy, la IT se configura como la prestación más problemática y caótica de todo el sistema de Seguridad Social. Tanto es así, Tanto es así, que el afluir incesante de reformas legislativas de las que ha sido objeto no ha conseguido todavía solucionar la maraña de buena parte de su por seguro desquiciante regulación. Prueba de ello han sido las últimas reformas acaecidas en esta materia a través de las leyes: 1) 40/2007, de 4 de diciembre, de medidas en materia de Seguridad Social y su desarrollo reglamentario en relación con la prestación por incapacidad temporal a través del RD 1430/2009, de 11 de septiembre; 2) la Ley 26/2009, de 23 de diciembre de Presupuestos Generales del Estado para el año 2010 (LPGE), 3) la Ley 35/2010, de 17 de septiembre, de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo; 4) la Ley 3/2012, de de 6 de julio, de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo; y 5) el Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad. En el presente trabajo, se pretende abordar de una manera minuciosa y exhaustiva todos los elementos de la compleja red legal entretejida por la cada vez más retocada normativa laboral. Se trata de ofrecer las herramientas conceptuales necesarias para la comprensión de esta realidad social, así como una descripción completa de las funciones, organización y mecánica funcional de la incapacidad temporal y de sus organismos en el Sistema de Seguridad Social español. Esta investigación aparece sistematizada y estructurada en cinco grandes capítulos en los que se refleja todo el régimen jurídico regulador de los procesos de incapacidad temporal distribuido en precisos estratos fácilmente diferenciables, a saber: Introducción; Capítulo I: Formación histórica y ordenación legal de la Incapacidad Temporal; Capítulo II: El sistema normativo de protección por Incapacidad Temporal; Capítulo III: La cobertura de la prestación. Las prestaciones en particular; Capítulo IV: Dinámica de la protección: nacimiento, duración y extinción; Capítulo V: La Gestión y el control de la Incapacidad Temporal; Conclusiones y propuestas "lege ferenda" y; Bibliografía. Se trata así de ofrecer al lector, un estudio e investigación de las diversas y amplias líneas doctrinales y jurisprudenciales que han intentado ofrecer soluciones, en multitud de ocasiones, a todas las contradictorias sobre las que inciden los diferentes problemas que presenta la prestación en cuestión.