Metodología de integración de actividades de adaptación al cambio climático en proyectos de desarrollo rural

  1. Morrás Dimas, Estíbalitz
Dirigida por:
  1. David Pereira Jerez Director/a

Universidad de defensa: Universidad Politécnica de Madrid

Fecha de defensa: 18 de diciembre de 2015

Tribunal:
  1. Ana Isabel García García Presidente/a
  2. Carlos Mataix Aldeanueva Secretario/a
  3. Vicente Agustin Cloquell Ballester Vocal
  4. María Pilar Santamarina Siurana Vocal
  5. Lucia De Stefano Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Hoy en día, ya no se puede pasar por alto la necesidad de una agricultura climáticamente más inteligente para los 500 millones de pequeños agricultores del mundo (Wheeler, 2013). Estos representan aproximadamente el 60 por ciento de la agricultura mundial y proporcionan hasta el 80 por ciento de los alimentos en los países en vías de desarrollo, gestionar vastas extensiones de tierra y lamentablemente incluyen los grupos con mayor proporción de personas en estado de inseguridad alimentaria. El cambio climático está transformando el contexto para la agricultura en pequeña escala. Durante siglos los pequeños agricultores habían desarrollado la capacidad de adaptarse a los cambios ambientales y la variabilidad del clima, pero la velocidad y la intensidad del cambio climático está superando su velocidad de respuesta. Si no se cambia la manera que tenemos de lidiar con el cambio climático tanto en acciones locales como globales, es muy probable que las personas rurales de entornos vulnerables tengan que lidiar con un calentamiento global promedio de 4 °C por encima de los niveles preindustriales para el año 2100. Este cambio en temperaturas aumentará aún más la incertidumbre así como ampliará los desastres naturales como las sequías, la erosión del suelo, la pérdida de biodiversidad y la escasez agua. Uno de los factores más importante para los pequeños agricultores, es que ya no pueden depender de los promedios históricos, por lo que es más difícil para ellos para planificar y gestionar la producción debido a los cambios en los patrones climáticos está cambiando. Algunos de los principales cultivos de cereales (trigo, arroz, maíz, etc.) han alcanzado su umbral de tolerancia al calor y un aumento de la temperatura en torno a 1,5-2 °C podría ser muy perjudicial. Estos efectos a corto plazo, podrían ser agravados por aquellos a medio y largo plazo cuando hablamos de impactos socio-económicos en términos de oportunidades y estabilidad política. El cambio climático está haciendo que el desarrollo de la pequeña agricultura resulte mucho más caro. A nivel de proyectos, los programas resistentes al clima típicamente tienen unos costos iniciales más altos tanto de diseño como de implementación. Por ejemplo es necesario incluir mayores costos de infraestructura, operación y mantenimiento; incluir costos para el desarrollo de nuevas capacidades así como el intercambio de conocimientos en torno al cambio climático. Otros costos se dan tanto para fortalecer las instituciones frente a estos nuevos retos, así como para generar información que pueda ser de escala reducida y con enfoques que beneficien a la comunidad (el cambio climático es global pero los efectos son locales). Es, por tanto, el momento de redefinir la relación entre agricultura y medio ambiente, ya que tenemos que buscar mejores y más eficientes maneras para responder al cambio climático. Es importante señalar que la respuesta al cambio climático no significa reinventar todo lo que se ha aprendido sobre el desarrollo. Significa un esfuerzo renovado para hacer frente a los cambios de desarrollo de una manera más sistemática y más “amplia”. Una respuesta coherente al cambio climático requiere que reconozcamos la necesidad de aumentar el apoyo financiero para la adaptación así como un mayor énfasis en proporcionar soluciones diseñadas para aumentar la resiliencia de los pequeños agricultores a las crisis relacionados con el clima. Con el fin de responder a algunos de los desafíos mencionados anteriormente, esta investigación pretende contribuir a fortalecer las capacidades de los pequeños productores, aquellos que actualmente están en la primera línea frente a los desafíos del cambio climático, promoviendo un desarrollo que tenga un impacto positivo en sus medios de vida. La tesis tiene cuatro capítulos. El primer capítulo define y analiza el marco teórico de las interacciones entre el cambio climático y el impacto en los proyectos de desarrollo rural, especialmente los que tienen por objetivo mejorar la seguridad alimentaria de los pequeños productores. En este mismo capítulo se presenta una revisión global de la financiación climática, incluyendo las necesidades de asignar suficientes recursos para la adaptación. Con el fin de lograr una mayor eficacia e impacto en los proyectos de desarrollo, la investigación desarrolla una metodología para integrar actividades de adaptación al cambio climático que es presentada en el segundo capítulo. Dicha metodología fue implementada y validada durante el periodo 2012-14, trabajando directamente con diferentes equipos gubernamentales en diez proyectos del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD). El tercer capítulo presenta de manera detallada la aplicación de la metodología a los estudios de caso de Bolivia y Nicaragua, así como un resumen de las principales conclusiones en la aplicación de los ocho países restantes. En el capítulo final se presentan las conclusiones así como futuras líneas de investigación. Actualmente, el tema de sostenibilidad ambiental y cambio climático está ganando más atención en la agenda de desarrollo. Para responder de manera efectiva esta investigación y los resultados obtenidos a través de la implementación de la metodología propuesta, pueden considerarse como una herramienta estratégica para la planificación y la gestión operativa a la hora de integrar iniciativas de adaptación en los proyectos de desarrollo rural.