El cambio de la cultura social como determinante de la creación empresarialimpacto del postmodernismo en la conducta emprendedora de los ciudadanos de la unión europea

  1. Zapico Aldeano, Luis Miguel
Dirigida por:
  1. María Felisa Muñoz Doyague Director/a

Universidad de defensa: Universidad de León

Fecha de defensa: 13 de julio de 2009

Tribunal:
  1. José Emilio Navas López Presidente
  2. Federico Marbella Sánchez Secretario/a
  3. Rodolfo Gutiérrez Palacios Vocal
  4. Juan Ventura Victoria Vocal
  5. Ricardo María Hernández Mogollón Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 242502 DIALNET

Resumen

En una primera aproximación, se puede considerar a la creación empresarial como el proceso de identificación y explotación de oportunidades, las cuales son originadas a partir de un esfuerzo innovador, y que dan como resultado una nueva empresa que permite la generación de rentas. El éxito de ese esfuerzo innovador, tanto para la empresa como para los países, se ha explicado tradicionalmente mediante la dotación de factores tangibles, es decir el que más recursos tiene, más recursos dedica a la innovación. Pero actualmente emerge otra visión teórica basada en la fuerza de la cultura, que supone que quienes mejores predisposiciones y voluntades tienen, mejores posibilidades reúnen para acometer proyectos de innovación (Morcillo, 2007). Desde otras disciplinas que estudian la conducta humana se han establecido relaciones recíprocas análogas a la recién expuesta: la prosperidad de los pueblos y el bienestar y desarrollo económico que experimentan han sido relacionados con su cultura social específica. Fundamentalmente la psicología social, la sociología y la antropología cultural consideran que los cambios sociales, económicos y políticos están vinculados estrechamente, aunque divergen las teorías de los distintos autores en la manera concreta en la que se establecen dichos vínculos (Inglehart, 2001; Inglehart y Baker, 2000a, 2000b). El vínculo genérico supone que el desarrollo económico y el cambio social se relacionan de manera circular: la cultura determina el nivel de desarrollo económico y este, a su vez, fuerza cambios en los sistemas de valores de las sociedades (Inglehart et al., 2004). El estudio de la cultura está recibiendo una creciente atención porque la fuerte relación entre las estructuras sociales, económicas y políticas, por una parte, y las actitudes y opiniones, por la otra, permite encontrar una creciente similaridad entre los movimientos sociales, estilos de vida, e incluso valores y actitudes sociales en todo el mundo y, especialmente, dentro de cada una de las grandes regiones del mundo (Díez Nicolás, 1991). Pero el estudio de la relación entre cultura y economía no es nuevo, desde las teorías de Max Weber de principios del siglo XX sobre la relación entre capitalismo y protestantismo, el papel de la cultura en la economía es un tema central de investigación en las ciencias sociales. Concretamente para el caso de la creación empresarial, existen multitud de estudios presentando la evidencia que algunas culturas y sociedades son más propensas a la realización de actividades emprendedoras, de manera que aparecen diferencias regionales y nacionales en las tasas de creación de nuevas empresas: los valores son un elemento instrumental en la decisión de crear una empresa y tienen implicaciones para el enfoque que el emprendedor utiliza para crearla y dirigirla (Morris y Schindehutte, 2005). Tales diferencias entre países, en la actividad económica en general y en la creación empresarial en particular, se pueden explicar tanto por factores culturales como por factores económicos (Reynolds, Storey y Westhead, 1994); aunque los factores culturales, a pesar de constituir un componente esencial de cualquier sistema social (Veblen, 1971), raramente se han medido cuantitativamente y han sido, en general, poco explorados (Hofstede et al., 2004; Inglehart, 1991). Es por ello que el análisis de la cultura y la innovación empresarial representa una de las líneas de investigación más reciente, rica y dinámica (Morcillo, 2007). Recapitulando se puede indicar que, desde varios enfoques disciplinarios diferentes, se ha postulado la existencia de dos elementos, cultura social y actividad emprendedora, que se relacionan con el desarrollo económico y el bienestar de las sociedades. La pregunta que surge ante esta situación es: ¿tendrán entonces alguna relación entre sí la cultura social y la actividad emprendedora o son dos elementos que influyen aisladamente en el desarrollo económico y en el bienestar de una sociedad?. La respuesta a este interrogante constituye la oportunidad de investigación de esta tesis doctoral: analizar la posible relación existente entre la cultura de las sociedades y la actividad emprendedora. Definiendo la cultura mediante los esquemas modernistas / postmodernistas de Ronald Inglehart (1991), la creación de empresas mediante los esquemas de Scott Shane (2003), y la conducta a partir de los esquemas cognitivistas de Izen Azjen (1991), en la tesis se plantea un modelo integrador que supone que la cultura influye en las creencias, actitudes, intenciones y conductas relacionadas con la creación de empresas. Concretamente, de manera genérica, las culturas modernistas favorecen la conducta emprendedoras y las culturas postmodernistas la inhiben. La contrastación de tal modelo se realiza mediante estudios descriptivos (perfiles de imagen), exploratorios (análisis de conglomerados) y confirmatorios (ecuaciones estructurales PLS), aplicados sobre los 25 países de la Unión Europea en el año 2004. Los resultados apoyan todas las hipótesis planteadas, salvo alguna excepción relativs al efecto de la socialización en el control de la conducta emprendedora.