Aportaciones de Pablo VI al concepto de persona. Propuesta para una globalización más ética y humanizadora

Resumen

La concepción teológica de persona que aporta Pablo VI nos hace descubrir que el hombre y la mujer, imagen de Dios, a través de sus dimensiones individuales y sociales, particularmente el diálogo como forma de cohesión entre todos, en el marco de los Derechos Humanos, apoyándose en la cultura como medio de humanización y civilización, hará posible que se produzca un desarrollo integral, donde cada ser humano y a su vez, el de su entorno social, hará posible la realización de la persona como tal y, en definitiva, del mundo donde vivimos. Para conseguirlo, debe promoverse una cultura de encuentro donde la violencia individual y social se vea modificada por un diálogo constructivo donde cada uno descubramos en el otro a un hermano. Todo ello hará posible que una globalización ética y humanizadora sea la realidad a la que aspiramos; ésta, bajo el nombre de "civilización del amor", en el lenguaje de Pablo VI, estará cimentada en elementos "no materiales" tales como la cercanía, la donación, la entrega generosa por los demás, la solidaridad, el desarrollo comenzado "desde los últimos" o más pobres y la paz como fruto de la justicia. De esta forma, Pablo VI enseña que la globalización como forma de cohesión entre todos comienza en el corazón de uno mismo.