La revolución cultural del orientalismo Una estética de la aproximación gramsciano-foucaultiana a la obra de Edward W. Said (1935-2003)

  1. Cortés Ramírez, Eugenio Enrique
Dirigida por:
  1. Juan Carlos Gómez Alonso Director/a
  2. Antonio García Berrio Director

Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 01 de marzo de 2007

Tribunal:
  1. Tomás Albaladejo Presidente/a
  2. Javier Rodríguez Pequeño Secretario/a
  3. José Antonio Hernández Guerrero Vocal
  4. Javier García Rodríguez Vocal
  5. Teodosio Fernández Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 282628 DIALNET

Resumen

LA REVOLUCIÓN CULTURAL DEL ORIENTALISMO. UNA ESTÉTICA DE LA APROXIMACIÓN GRAMSCIANO-FOUCAULTIANA A LA OBRA DE EDWARD W, SAID (1935 - 2003) La aprehensión de Oriente por Occidente ha sido siempre el reto inagotable e incuestionable de nuestra civilización. La manifestación de este proceso a lo largo de la historia nos ha sido mostrado a través de diferentes rostros. De todos estos infinitos rostros, unos nos provocan más placer y otros más dolor. Pero a pesar de su provocación, estos rostros no pueden ocultarnos este proceso de aprehensión. Un hecho indiscutible marcó este compromiso. En el siglo XIV, el Concilio de Viena decretó la creación de escuelas de Árabe y de cátedras de Griego y Hebreo en las cuatro grandes universidades europeas (Oxford, Avignon, Bolonia y Salamanca). Este hecho demostró el interés europeo no sólo por conquistar las tierras de Oriente, sino también el de conquistar sus pueblos, por medio del aprendizaje de sus culturas. En medio de todo este proceso, estos factores nos hacen preguntarnos por un lado, hasta qué punto Oriente es una aprehensión de Occidente. Y por otro, si Oriente no sería una invención de Occidente. Todas estas preguntas comienzan a tener una respuesta organizada y basada en una toma de conciencia a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, cuando surgen las primeras escuelas (la Escuela Francesa y la Escuela Británica) de aquello que hoy prodríamos denominar Orientalismo. Desde la segunda mitad del Siglo XVI11, pasando por todo el Siglo XIX , y hasta la segunda mitad del Siglo XX, es cuando surge, desde un punto de vista intelectual, la primera toma de conciencia del Orientalismo como movimiento de liberación a través de sus propios mecanismos textuales y culturales, movimiento paralelo al político que se está desempeñando conta la Metrópoli. Esta liberación cultural se encuentra ubicada dentro de las teorías de los denominados "Cultural Studies" y "Postcolonial Theory". A esta situación de liberación la denominamos la "Revolución Cultural del Orientalismo". El autor que toma por primera vez conciencia del Orientalismo como proceso de liberación cultural ha sido el profesor norteamericano, de origen palestino, Edward W. Said (1935 - 2003), de la Universidad de Columbia. Said define el Orientalismo dentro de una trilogía de nuevos rostros complementarios e inquebrantables que son: el Orientalismo como Poder, el Orientalismo como Método o Hegemonía y el Orientalismo como Representación. El Orientalismo Político o de Poder es articulado mediante su método Hegemónico para presentarse ante nosotros en los umbrales del Siglo XXI como Representación de pueblos y de culturas aprehendidas o inventadas por nosotros. Según Antonio Gramsci, es aprehendido por nosotros porque necesitamos romper el primer estadio de su Hegemonía (dominación consensuada y aceptada por el pueblo) para llegar a la Hegemonía en su estado puro: el compromiso de sus intelectuales de hacer tomar conciencia al pueblo de su consentimiento para que, a través tanto de su lengua aprendida como de la suya nativa propia, pueda lograr romper los lazos y la visión carcelaria que la primera visión de la Hegemonía le ha impuesto. Esta visión carcelaria, según Michel Foucault, debe ser quebrada no sólo desde la reivindicación de su propia cultura o etnicidad propia dentro de la cultura dominante, sino también como parte integradora de esa cultura dominante. Debe ser quebrada porque desde ese momento, una nueva visión le ha sido aportada para convertirse en valor cultural intrínseco dentro de una nueva cultura, resultado de esa simbiosis.