El plano del cuadro como punto de referencia en la obra pictórica y su relación con las obras del museo de arte abstracto español de Cuenca

Résumé

La tesis pretende ahondar en el hecho que hace que la función del pleno del cuadro-plano básico- no se limite a ser exclusivamente soporte de la pintura sino que sea también un elemento organizador de primer orden. La superficie plana rompe con la noción de volumen y nos introduce en un mundo autónomo con grados variables de aproximación a lo real y organización propia. Esto se ha ido produciendo progresivamente a lo largo de la historia estableciéndose las bases para determinar la conexión existente entre el plano del cuadro y las formas. El procedimiento ha permitido crear un método cuyo principal logro ha sido crear un lenguaje propio, independiente de la simple observación y representación de aquello que nos rodea. El plano acoge de forma eficiente a los signos exigiéndoles simplicidad, universalidad y eficacia, y éstos, al ser despojados de cualquier detalle innecesario para expresar su idea base, terminan por vincularse tanto a los demás elementos de la obra como el cuadrilátero que los encierra. Soporte y contenido terminan por mostrarse como un conjunto unido. Para mostrar la estrecha unión entre el plano del cuadro y las formas se han escogido como ejemplo un número representativo de obras del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, teniendo en cuenta que el común denominador que da unidad al Museo, pese al nombre de abstracto, no es precisamente la abstracción sino su bidimensionalidad -si entenderemos por abstracción simplemente la ausencia de figuración-. En las obras del Museo de Cuenca es posible apreciar el intento de armonizar en una misma obra de arte tendencias tradicionalmente consideradas antagónicas. La armonía se produce cuando la pintura deja de ser representación y pasa a ser un mundo autónomo, cuando sobre el plano se instaura el discurso exclusivo de la pintura que es autosuficiente.