Estigma y salud mentalestigma internalizado

  1. Gonzalez Dominguez, Sara
Dirigida por:
  1. Manuel Muñoz Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 19 de noviembre de 2019

Tribunal:
  1. Francisco Javier Labrador Encinas Presidente
  2. María Crespo López Secretaria
  3. Regina Espinosa López Vocal
  4. Fernando Molero Alonso Vocal
  5. María Fe Bravo Ortiz Vocal
Departamento:
  1. Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica

Tipo: Tesis

Resumen

Las personas con trastornos mentales graves (TMG) se ven afectadas doblemente por el problema de salud mental (SM) y por los efectos del estigma internalizado (EI). Definido como un proceso subjetivo caracterizado por la aceptación y aplicación de creencias estereotipadas asociadas al trastorno, sentimientos negativos resultado de la adherencia a estereotipos y comportamientos autodiscriminatorios. Pese a demostrarse que el EI produce mayor ansiedad social y sintomatología depresiva, así como, menor búsqueda de ayuda, peor funcionamiento y menor calidad de vida, no contamos con programas de intervención capaces de reducirlo en todas sus dimensiones. El objetivo general de este trabajo es aprovechar los conocimientos acumulados para diseñar y evaluar la eficacia de un nuevo programa de intervención que combine diferentes estrategias eficaces para conseguir una reducción global del autoestigma y mejorar variables de recuperación asociadas a él. Para logarlo se han llevado a cabo tres estudios empíricos sucesivos y complementarios: Estudio I, un trabajo preliminar cualitativo y exploratorio que pretende identificar un conjunto de variables claves en el desarrollo del autoestigma y estrategias de intervención útiles en su reducción. En él se emplean paneles de expertos; grupos de discusión y entrevistas individuales a personas con TMG. Estudio II, un estudio cuantitativo que trata de objetivar los resultados del estudio I, examinando la capacidad predictiva conjunta sobre el EI del grupo de variables identificadas en un grupo de 162 personas con TMG. Aquellas que resultan predictoras, pasan a considerarse posibles objetivos del programa. Estudio III, un ensayo clínico controlado y aleatorizado que evalúa la eficacia del nuevo programa, al comparar un grupo experimental de 41 personas con TMG, frente a la condición control de tratamiento habitual (39 personas). Los resultados principales de los estudios I y II indican que: ¿ Las variables predictoras del EI que se consideraran objetivos de intervención son: rol de enfermo, autoestima, autoeficacia, creencias disfunciones y estigmatizantes. Prediciendo todas ellas un 65 por ciento de la varianza total del EI. ¿ Se considera útil basar la intervención en un modelo de recuperación que fomente un papel activo como son los grupos de apoyo mutuo. ¿ Se reconoce fundamental entrenar estrategias de afrontamiento ante el estigma que propicien el contacto social, como la revelación. ¿ Se considera de gran utilidad emplear estrategias derivadas de la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia de aceptación y compromiso (ACT) y la terapia narrativa (TN). A partir de estos resultados y de la literatura existente, se diseña el ¿Programa de Autoafirmación y Revelación¿ (PAR), un programa grupal, manualizado y estandarizado que pretende incidir sobre las variables predictoras del autoestigma, mediante una combinación de estrategias psicoeducativas y derivadas de las TCC, ACT y TN, que incluyen el apoyo mutuo y el entrenamiento en estrategias de afrontamiento. Los resultados permiten afirmar que el PAR se muestra eficaz en la reducción del EI en todas sus dimensiones cognitiva, emocional y conductual. Así como en la mejora de la discriminación percibida y la sintomatología depresiva. Al presentarse en los ANOVAs mixtos mejoras solo en el grupo experimental tras el tratamiento (significación menor que 0,003). En conclusión, los resultados obtenidos mejoran la comprensión sobre el desarrollo del EI, algo esencial para diseñar estrategias preventivas que complementen los planes antiestigma existentes. Y demuestran que el PAR es una intervención eficaz para la reducción del EI en todas sus dimensiones, al mismo tiempo que mejora la discriminación percibida y la sintomatología depresiva. Pudiendo resultar beneficioso como programa coadyuvante a las intervenciones psicosociales por su brevedad, su fácil aplicación y las altas tasas de adherencia y satisfacción.