El delito religioso en el sacrificio romano

  1. Almansa Fernández, Marco
Dirigida por:
  1. Santiago Montero Herrero Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 19 de noviembre de 2019

Tribunal:
  1. Julio Mangas Manjarrés Presidente
  2. María del Rosario Hernando Sobrino Secretaria
  3. Pilar Fernández Uriel Vocal
  4. María del Mar Gabaldón Martínez Vocal
  5. Narciso Vicente Santos Yanguas Vocal
Departamento:
  1. Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología

Tipo: Tesis

Resumen

El sacrificio romano ha sido objeto de estudio desde distintas perspectivas y dentro del campo religioso. Siempre se ha estudiado el sacrificio desde la óptica como uno de las herramientas que poseían los romanos para rendir culto a los dioses. Hemos pretendido estudiar los errores que se producen dentro del sacrificio romano. Un funcionamiento del mismo que nos ayuda a definir mejor cómo se hacía y qué ocurría cuando se cometía algún error y sus consecuencias legales. De igual manera se reflexiona también sobre la manipulación política y literaria que hay en torno al uso interesado del sacrificio. El sacrificio era uno de los pilares básicos dentro de toda religión en la Antigüedad, sin embargo, en Roma adquirió un poder capaz de estipular si una persona podía ser nombrada para un cargo, manipular unas votaciones o aplazar una reunión. También tratamos el sacrificio sin sangre o incruento. Este tipo de inmolación tenía unos reglamentos, cuidados y una praxis que es analizada para averiguar qué compartía los mismos errores que uno cruento. El análisis para conocer todo lo relacionado con el sacrificio se ha realizado mediante el uso de la hermenéutica, con el estudio de textos relacionados con el sacrificio que obliga a emplear también fuentes epigráficas, arqueológicas, filológicas, del derecho romano, veterinaria o de índole paleoclimática. Cuya transversalidad es fundamental para completar el análisis de los textos presentados por parte de los autores clásicos. Es también esencial para nuestro estudio implicarnos pasivamente en la observación de sacrificios animales actuales dentro del sacrificio judío y musulmán, qué parecidos podíamos encontrar con el sacrificio romano y poder, en algunos casos, extrapolar al funcionamiento sacrificial romano, como es el ruido, el silencio y la liturgia que lo acompaña. Queriendo demostrar con todo nuestro estudio que el sacrificio romano no era fácil de ejecutar y que sería muy común la paralización, reinicio del mismo en prácticamente todas las ocasiones en las que se hicieran. Además, de esa manipulación a favor o, en la mayoría de veces, en contra del personaje principal por parte del autor o de alguna facción política opositora. Por otro lado, existe la literaria, en la cual los autores que nos han transmitido los relatos, plasman su tendenciosidad hacia un personaje u otro según si respetan las costumbres o por el contrario, el resultado era su propia muerte. Ésta vendría dada, según algunos autores latinos, no por la batalla, sino por la falta de respeto a la religión y la falta de órganos o parte de éstos. Hemos podido averiguar que la extracción de vísceras de un animal a sacrificar requiere de un minucioso trabajo, que recaía en especialistas dedicados exclusivamente a la operación de muerte y extracción de las entrañas. Y que, de otro modo, podría acarrear un mal funcionamiento del sacrificio así como multas económicas a quienes las realizaban incorrectamente. De igual modo ocurría para aquellos ayudantes que estaban en la escena de sacrificio, tales como niños, músicos, o el propio sacerdote principal, por ello, se debía repetir el sacrificio tantas veces como errores se hayan cometido. También existen, en materia de género femenino, mujeres que gozaban un papel protagonista importante, tanto era así que ellas mismas ocupaban también, igual que sus homólogos masculinos, todos los cargos dentro del sacerdocio. El sacrificio fue un gran aporte en la dieta cárnica de la población romana, ya que no se sacrificaban pocos animales, los cuales eran consumidos en banquetes posteriores a la ceremonia, y en otros casos, vendidos en los mercados para la población. El tiempo de sacrificio solía ser por la mañana o noche, momentos en los que, o bien iniciaban la jornada o la finalizaban. Pero también se debía a que el músculo era más fácil de cortar, pudiendo realizar una inmolación más óptima y sin temor a fallar realizando el golpe o el corte en el cuello y vientre del animal.