Mentas

  1. Teresa Ortega Hernández-Agero
  2. María Emilia Carretero Accame
Revista:
Panorama actual del medicamento

ISSN: 0210-1394

Año de publicación: 2019

Volumen: 43

Número: 429

Páginas: 1459-1465

Tipo: Artículo

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Resumen

Continuando con las plantas medicinales que, aun habiendo sido empleadas en medicina tradicional durante siglos y utilizadas en la actualidad con fines terapéuticos, ocupan un papel importante dentro del campo de las especias por su elevado valor como aromatizantes, o como infusiones, este artículo y el siguiente se dedicarán a las mentas. Entre ellas, se encuentra la Menta piperita L. (o Mentha × piperita L.), popularmente conocida como menta verde, común o inglesa. Se trata de un híbrido estéril perteneciente al género Mentha (familia Labiatae) y resultante del cruce de M. spicata y M. aquatica, que empezó a cultivarse con fines comerciales a mediados del siglo XVIII en Inglaterra y que ha sido ampliamente utilizado en medicinas tradicionales para trastornos digestivos (mayoritariamente en forma de infusión) o para el alivio de afecciones respiratorias, entre otros fines. La droga con interés farmacológico es la hoja desecada, entera o cortada, con un rico contenido en compuestos fenólicos (con actividad antioxidante) y, sobre todo, en aceite esencial, si bien la composición varía sustancialmente según la preparación y la forma farmacéutica en que se administre. Los estudios experimentales realizados con extractos y principios activos aislados de menta verde han puesto de manifiesto diversas actividades farmacológicas, entre las que destacan los efectos espasmolíticos y relajante de musculatura lisa en el tracto digestivo, las propiedades coleréticas y carminativas, actividad descongestionante y expectorante, antioxidante y antimicrobiana. El presente artículo revisa en profundidad la evidencia científica disponible sobre las propiedades farmacológicas de la menta verde, haciendo referencia a los principales hallazgos derivados de estudios in vitro, en animales y de la investigación clínica en humanos. Los resultados de su posible eficacia en patologías humanas no son del todo concluyentes y, teniendo en cuenta las limitaciones de los estudios, a pesar de las recomendaciones establecidas por la EMA, parece conveniente perseverar en el desarrollo de nuevos ensayos clínicos que permitan contrastar su utilización en terapéutica con eficacia y seguridad.