Trastorno depresivo y suicidio

  1. Aguilar Sánchez, María Lourdes
Dirigida por:
  1. María Ángeles Díez Sánchez Director/a
  2. Carolina Lorenzo Romo Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Salamanca

Fecha de defensa: 05 de diciembre de 2014

Tribunal:
  1. Ginés Llorca Ramón Presidente/a
  2. Tomás Ortiz Alonso Secretario
  3. Jesús Pérez Sánchez Toledo Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

[ES]El suicidio es un fenómeno humano universal que ha estado presente en todas las épocas históricas. La palabra suicidio guarda en sí un fondo moral e ideológico. Actualmente, es un problema de salud pública importante, como lo demuestran los datos del INE de este año, donde el número de suicidios es de 3539. Es la primera causa de muerte no natural en España. La magnitud real está infraestimada, debido a las limitaciones de las estadísticas nacionales e internacionales para registrar muchos de los casos de suicidio consumado. Los objetivos de nuestro estudio son los siguientes: Primero: Conocer las variables que influyen en la decisión de una persona con ¿depresión¿ de poner fin a su vida y Segunda: Conocer las razones que tiene para seguir viviendo y no intentarlo, a pesar de tener ideas suicidas. A partir de estos objetivos hemos elaborado las siguientes hipótesis: Hipótesis 1: El sentimiento de haber fracasado como persona, la insatisfacción y la desesperanza son variables que influyen de forma notable en la decisión de suicidarse. Hipótesis 2: La escala de inadaptación no tiene la suficiente especificidad para discriminar entre pacientes con ideas suicidas y pacientes que llevan a cabo un intento autolítico. Hipótesis 3: La impulsividad es un factor determinante a la hora de valorar el riesgo suicida en pacientes con ideas autolíticas. Hipótesis 4: Los pacientes con intentos autolíticos evidencian menos razones para vivir, independientemente de la edad y del sexo.Conclusiones 1.- El sentimiento de tristeza, la desesperanza, la insatisfacción y los deseos de morir son los factores clínicos de riesgo que más influyen en la conducta suicida. Cuanto mayores son los valores de estos ítems más manifiesta es la intencionalidad de morir en la tentativa suicida. 2.- El aislamiento social, las escasas relaciones interpersonales, los acontecimientos vitales estresantes, la pérdida de soporte social adecuado y los estresores crónicos, se han evidenciado como factores importantes en la conducta suicida. 3.- Existe una relación estrecha entre impulsividad, agresividad, irritabilidad y suicidio. La detección de estos rasgos son marcadores útiles de riesgo de conducta suicida. 4.- Los pacientes con un elevado componente de impulsividad actúan de forma rápida, precipitada, no planificada y sin pensar en las consecuencias de sus actos, especialmente en lo que respecta a las tentativas autolíticas repetidas. 5.- Los pacientes de mediana edad y con ideas de muerte, tienen más razones para vivir que el grupo de jóvenes y de personas mayores. El sentido de responsabilidad con la familia, particularmente con los hijos que viven en casa, es la razón más comúnmente citada por los pacientes con riesgo suicida, sobre todo por personas de mediana edad y por mayores. 6.- De los trastornos que han sido objeto de nuestro estudio, el más frecuente asociado a la conducta suicida fue el trastorno depresivo unipolar (83,3%), reconociendo los pacientes que el factor desencadenante fueron los problemas familiares (46,7%). 7.- El desempleo fue claramente la situación laboral más frecuente (68,9%), siendo en su mayoría autónomos, con un 40% del total. Hay factores añadidos a la pérdida de trabajo que se relacionan con el suicidio, como son los problemas financieros y de pareja. 8.- Es necesario seguir realizando estudios que permitan conocer la epidemiología de los intentos de suicidio en España y mejorar la recogida de datos de los suicidios consumados. 9.- La potenciación de los factores protectores: habilidad para solucionar problemas, confianza en uno mismo, apoyos familiares y sociales, ayudan a prevenir el suicidio. 10.- Como conclusión final debemos investigar la resiliencia y los factores de protección específicos en relación con la conducta suicida, llevando a cabo estudios que tengan por objetivo valorar la efectividad de la prevención del suicidio mediante la potenciación o la intervención sobre dichos factores de protección.