El primer gobierno de Michelle Bachelet (2005-2010), las relaciones de género y las políticas públicas

Resumen

[ES]En la primera década del siglo XXI el grueso de las políticas públicas chilenas dirigidas a la emancipación de las mujeres tuvo carácter legislativo y repercusiones limitadas. Así lo destacaría, literalmente, en el arranque del segundo lustro de la misma, unos días antes de la subida al poder de Michelle Bachelet (electa por primera vez Presidenta de Chile el 11 de marzo de 2006), el duro dictamen del "Informe Sombra CEDAW, sobre Chile entre 2003 y 2006"- hecho público el 14 de febrero de 2006 el cual subrayó que los parlamentarios chilenos concebían por entonces, en general, "la igualdad de las mujeres solo en su aspecto normativo, dejando de lado el impacto que en su aplicación tienen las normas y las prácticas sociales y culturales que configuran las relaciones de género". En esta tesis se realiza un estudio y valoración crítica de las políticas públicas dirigidas a garantizar los derechos humanos de las mujeres habidas en Chile entre 2006 y 2010 y de los entrecruzados discursos y "contra discursos" a que dieron lugar, haciendo especial hincapié en las propuestas (proyectos de ley frustrados) y realizaciones normativas (leyes promulgadas), que también la nueva Presidenta priorizó como instrumento para intentar responder a las demandas de cambio de los movimientos feministas chilenos, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y del Comité de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW). En dicha investigación se subrayan los ajustes y desajustes de las políticas públicas de género del primer Gobierno de Michelle Bachelet (11 de marzo de 2006 a 11 de marzo de 2010) con respecto al paradigma del discurso declarativo o propositivo y del Derecho Público Internacional de los Derechos Humanos, en el que buscan abrigo diversas organizaciones o corrientes feministas, no necesariamente unívocas, y que entrarán en liza con el discurso disímil-muy crítico con los planteamientos "de género"-de la política y culturalmente influyente Iglesia Católica, en su doble versión, nacional y tras nacional, y con el discurso y la actuación de los parlamentarios y poderes fácticos neo-liberales del país, nada proclives a la implementación de derechos de segunda y de tercera generación o a la transformación de las relaciones de género.