La guarda de hecho y responsabilidad civil

  1. LESCANO FERIA, PATRICIA
Dirigida per:
  1. Ramón Durán Rivacoba Director/a

Universitat de defensa: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 20 de de maig de 2016

Tribunal:
  1. Julio Carbajo González President/a
  2. Mariano Yzquierdo Tolsada Secretari
  3. Sofía de Salas Murillo Vocal

Tipus: Tesi

Teseo: 419094 DIALNET lock_openRUO editor

Resum

Tras la reforma del Código Civil en 1983 en materia de tutela, mediante la promulgación de la Ley 13/1983, de 24 de octubre, el legislador reconoce jurídicamente la guarda de hecho. La situación era, y continúa siendo, la siguiente: personas (entre menores, incapaces no incapacitados e incapacitados) que son protegidas y cuidadas por otras que no son sus guardadores legales. Desafortunadamente, esta figura es pobremente regulada, tan sólo tres artículos del Código Civil (cfr. arts. 303, 304 y 306) se refieren a la guarda de hecho cuya relevancia práctica es innegable. En efecto, esta exigua regulación no ayuda a determinar el alcance real de la guarda de hecho. Desde este marco de referencia, el presente trabajo de investigación intenta delimitar los perfiles difusos de este instrumento. La guarda de hecho trata de una situación en la cual una persona asume la protección, voluntaria, permanente y estable, de un sujeto que lo necesita, sin investidura judicial o administrativa. Asimismo, puede pasar por dos fases: una guarda de hecho en sentido estricto y una guarda de hecho «juridificada». Esta última es una guarda que alcanza cierta juridificación (conocida por la autoridad judicial y sujeta a medidas de control y vigilancia). Su ámbito subjetivo está conformado por el guardado (menores, incapacitados e incapaces no incapacitados) y el guardador (persona física o jurídica); este último –salvo sea familiar–, no tiene el deber de promover el procedimiento de modificación de la capacidad de obrar (cfr. art. 757.1 LEC). Cuando la guarda de hecho es conocida por el juez, éste puede requerir al guardador para que informe sobre la persona y los bienes del guardado, sin perjuicio de establecer las medidas de control y vigilancia que considere oportunas (cfr. art. 303 CC), las cuales pueden ser de lo más diversas dependiendo de la realidad concreta y del interés del guardado. Del mismo modo, el legislador admite la convalidación de los actos realizados por el guardador de hecho si se han ejecutado en interés y utilidad del guardado (cfr. art. 304 CC). Si no se cumplen con estos requisitos, puede ser impugnado bajo el régimen de la anulabilidad. Por último, el guardador puede reclamar una indemnización por los daños que haya sufrido sin su culpa en el desarrollo de la guarda (cfr. art. 306 CC). La guarda de hecho se presenta tanto en el ámbito de menores como en el de mayores de edad con falta de capacidad para autogobernar sus intereses. Para el primer supuesto, la disyuntiva es, cómo ofrecer una adecuada protección pública a un menor que objetivamente no la necesita porque existe un tercero que cuida de él (cfr. art. 172.1 CC). La solución depende del caso concreto, ofreciendo al guardador de hecho (miembro de la familia extensa) la posibilidad de solicitar el acogimiento familiar sin necesidad de previa declaración de desamparo. En el segundo caso, en atención a los postulados de la Convención Internacional sobre los Derechos de la Persona con Discapacidad de 2006, conviene analizar cada una de las circunstancias y establecer qué necesita en ese momento el guardado. Si la guarda de hecho satisface efectivamente su protección, está demás promover un procedimiento de modificación de la capacidad de obrar. Lo importante es contar con medios de apoyo que promuevan la capacidad residual de estas personas. Finalmente, un tema de especial interés es el de la responsabilidad civil del guardador de hecho, tanto por los daños ocasionados a su guardado como de los que éste pueda causar a terceros. Este asunto tampoco ha sido tratado por el legislador. Para el caso de daños al guardado, se aplica el artículo 1902 del Código Civil por la negligencia en vigilancia del guardado. La situación se complica, cuando el guardado ocasiona daños terceros. En estos casos se configura la llamada «responsabilidad por hecho ajeno» recogida en el artículo 1903 del Código Civil. No obstante, dentro de los supuestos de este precepto no se menciona al guardador de hecho. A pesar de ello, puede ser incluido dentro del término tutor porque así lo exige el espíritu de la norma. La guarda de hecho manifiesta la existencia de una realidad insoslayable que va cada vez en aumento. En consecuencia, urge dar a conocer la guarda de hecho como medio de protección y adoptar soluciones jurídicas que vayan acorde con el interés de aquél a quien más se debe proteger. RESUMEN (en Inglés) Following the Civil Code Reform of 1983 as regards guardianship, through the enactment of the Law 13/1983 of 24th October, the lawgiver juridically has recognized de facto guardianship. The situation was and continues to be the following: persons (specifically minors, incapable not incapacitated and incapacitated) that are protected and taken care by others who are not their legal guardians. Unfortunately, such figure is poorly regulated since there are only three articles of the Civil Code (cfr. arts. 303, 304 and 306) that are referred to the de facto guardianship but whose practical relevance is undeniable. In fact, this meager regulation does not let to determine the real scope of de facto guardianship. Under this framework, this research attempts to delimit the diffuse aspects of this instrument. De facto guardianship is about a situation in which a person assumes the voluntary protection, permanent and stable of a person in need thereof, without judicial or administrative recognition. Likewise, it’s possible to distinguish two phases: a guardianship in the factic level strictly speaking and de facto guardianship «legal». This latter is a guardianship which reaches a certain juridification (it means that it's known by the judicial authorities and may be subjected to control measures and monitoring). Its subjective scope consists in: persons under guardianship (minors, incapable not incapacitated and incapacitated) and guardians (a natural or legal person), these latter ̶unless it's a family member— do not have any duty to promote the process of modifying the capacity to act (cfr. art. 757.1 LEC). When de facto guardianship is recognized by the judge, these latter may require to the guardian for reporting about the person who is caring as well as about its patrimony, notwithstanding establishing control measures and monitoring that deem appropriate (cfr. Art. 303 CC). Such measures can be of the most varied depending on the concrete reality and for the sake of the protected person. Likewise, the lawgiver also may ratify the acts done by the de facto guardian if these acts are executed for sake of the protected person (cfr. art. 304 CC). If these requirements would not have been completed, the ratification could be contested under the regime of voidability. Furthermore, it is clear that it's possible to claim a compensation for the suffered damage of the guardian which are not his responsibility, and into the development of the guardianship (cfr. art. 306 CC). De facto guardianship occurs both in the field of underage persons as well as for adults with lack of ability to self-govern their interests. About the first premise, the dilemma is how to provide a suitable public protection to the minors who actually do not need it because they count on a third person who takes care of them (cfr. art. 172.1 CC). The solution depends on the specific case, offering to the de facto guardian (member of the extended family) the possibility of requesting the protection of the underage person without a prior declaration of its helplessness. About the second premise, regarding as the principles of the International Convention on the Rights of People with Disabilities 2006 firstly each of the circumstances should be analyzed and it should be determined what exactly the protected person needs in that moment. If the de facto guardianship is an effective response to their protection, needless to promote a method of modifying the capacity to act of this person. The important thing is to have means of support that promote residual capacity of these people. Furthermore, an issue of particular interest is the civil liability of the de facto guardian for the damage to the protected person and the damage that this person can cause to others. This issue has not been addressed by the lawgiver. When a de facto guardian assumes the guardianship, he must assume all consequences. In the case of suffered damage by the protected person, it's possible to apply the article 1902 of the Civil Code for negligence in monitoring of the protected person against to the guardian. The situation is complicated when the helpless person causes damage to third parties. In these cases the so-called "vicarious liability" is contemplated on the article 1903 of the Civil Code. Notwithstanding, in the cases of this provision is not mentioned the de facto guardian when this latter could be included in the guardianship since it fits to the spirit of the norm. De facto guardianship manifests the existence of an inescapable reality that is growing increasingly. As a result, it is urgent to make known de facto guardianship as a protection pathway of ready availability as well as the adoption of legal provisions whose aim is for the benefit of the protected person.