Tecnologías de la información y prehistoria. Los sistemas de información geográfica aplicados a la cueva de la Lluera i (San Juan de Priorio, Oviedo, Asturias) y la sala de policromos de la cueva de Altamira (Santillana del Mar, Cantabria)

  1. AGUILAR HUERGO, EUGENIO
Dirigida por:
  1. José Adolfo Rodríguez Asensio Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 15 de junio de 2017

Tribunal:
  1. María del Pilar Utrilla Miranda Presidente/a
  2. Marco de la Rasilla Vives Secretario/a
  3. Marcos García Diez Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 478497 DIALNET lock_openRUO editor

Resumen

La presente tesis doctoral pretende sumarse a todas estas líneas de investigación abiertas en Arqueología desde los años 70 del siglo XX, gracias al uso de los SIG. Hacerlo desde la perspectiva de dos santuarios rupestres irrepetibles —la cueva de La Lluera I (San Juan de Priorio, Oviedo, Asturias) y la sala de los polícromos de la cueva de Altamira (Santillana del Mar, Cantabria)— es una suerte. La realización de la estratigrafía de la cueva de La Lluera I mediante 3D SIG ha permitido varias cosas: - En primer lugar, se ha conseguido visualizar en tiempo real cualquier problemática surgida en torno al registro arqueológico. - En segundo lugar, se han logrado georreferenciar todas las piezas arqueológicas. - En tercer lugar, se ha podido establecer modelos predictivos, los cuales deberían ser tenidos en cuenta si vuelven a producirse nuevas excavaciones arqueológicas. - En cuarto lugar, también nos permite repasar la mayoría de las estratigrafías existentes realizadas desde los comienzos, cuando se abordaba el estudio de la tercera dimensión a través de series bidimensionales estructuradas, intentando crear un tercer eje, hasta la llegada de la voxelización. - En quinto lugar, ha posibilitado abordar, desde el ejemplo 3D SIG de la estratigrafía de la cueva de La Lluera I, toda la problemática existente en torno a la voxelización. - En sexto lugar, la realización de la estratigrafía de la cueva de La Lluera I permite abordar la correlación estratigráfica en 3D. Defendemos la superioridad del 3D frente al 2D. Mediante los estudios de visibilidad, realizados en el área central de residencia de La Lluera I, se ha demostrado que la cueva está situada en un lugar inmejorable, pues es un enclave privilegiado, resguardado de los vientos que venían del norte y con la existencia de un meandro en U en el sur que resultaba siempre visible desde las cotas más altas de su área central. A la vez, desde estas cotas altas, se podía controlar todo el territorio de la cueva de La Lluera I. Ateniéndonos a criterios como los vínculos sociales o las áreas de captación de materias primas, se han creado varios modelos arqueológicos, gracias a los cuales se ha conseguido demostrar, por un lado, el poblamiento existente en toda la Cornisa Cantábrica durante el Solutrense y, por otro lado, que en dicha región los territorios estaban bastante conectados. En la Cornisa Cantábrica, vivieron durante medio millón de años sociedades cazadoras-recolectoras. Durante el Solutrense fue una de las épocas de mayor habitabilidad en esta región. Entiéndase que nos referimos a sociedades cuyas actividades económicas se centraban en la caza, la recolección y la pesca. Por otro lado, los modelos arqueológicos nos demuestran que durante ese periodo los territorios existentes en la Cornisa Cantábrica estaban bastante conectados. El estudio de las zonas más figurativas mediante SIG ha permitido demostrar que el artista graduó la profundidad en cada trazo buscando conseguir una visualización perfecta desde cualquier punto de vista. Usó para ello buriles, restos de goethita y lascas de mediano formato. El estudio de la forma del trazo en las zonas más figurativas de la cueva de La Lluera I nos lleva a concluir que la mayoría de los grabados fueron realizados con una extremidad distal fresca. El estudio de las diferentes direcciones existentes en los grabados de las zonas más figurativas de la cueva de La Lluera I prueba la gran versatilidad de direcciones utilizadas por el grabador para llevar a cabo su obra. La segunda conclusión que se extrae es que, en la mayoría de los casos, los trazos adoptan la dirección de arriba abajo. El análisis de los datos técnicos de las zonas más figurativas de la cueva de La Lluera I nos lleva a concluir que fueron realizadas por un auténtico maestro en el dibujo y en el grabado. A su vez, una de las conclusiones extraídas del estudio de estas zonas es que ciertas figuras fueron hechas mediante la utilización de bocetos en piel seca a modo de apoyo visual. Gracias a la reconstrucción virtual del suelo prehistórico de la Sala de los Polícromos mediante SIG se han establecido cuatro zonas en las cuales el artista adoptó diferentes posiciones para la realización de los grabados y pinturas. Del estudio de la altura existente entre el techo de la sala y el suelo prehistórico se desprende la siguiente conclusión: para realizar las manifestaciones artísticas del techo, el artista de la cueva de Altamira adoptó, según cada zona, una postura diferente. El artista hizo los grabados y pinturas del techo acostado, de rodillas, incorporado y de pie. Gracias al estudio mediante SIG de las zonas más figurativas de la cueva de La Lluera I, se ha constatado la existencia de un horizonte artístico perteneciente al Solutrense Medio. Son sólo media docena de trazos, entre los cuales cabe la posibilidad de que varios de ellos formen un signo de trazos agrupados. El resto de los trazos de estas zonas de La cueva de La Lluera I pertenecen al horizonte artístico del Solutrense Superior, época en la que vivió el artista de dicha cueva. Mediante 3D SIG y con la llegada de Gear VR Samsung Glasses o Google Glass, si se desarrolla una simple aplicación y se pone en web, podría conseguirse la visualización de la estratigrafía y los trazos superpuestos a las paredes más figurativas de la cueva de La Lluera I. Finalmente, hoy por hoy, la investigación nos demuestra que, si bien es necesario aceptar que existen límites entre la realidad y abstracción en la integración de los datos SIG (Baena y Ríos, 2006), cuanto más rozamos dichos límites, más vivos están los SIG.