Platón, la "República" y el anarquismoSobre el significado político del símil de la línea (Rep.509 d-511e)

  1. Ledesma, Felipe
Revista:
Logos: Anales del Seminario de Metafísica

ISSN: 1575-6866

Año de publicación: 2002

Número: 35

Páginas: 141-181

Tipo: Artículo

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Resumen

Este ensayo pretende abordar de nuevo el conocido símil de la línea para extraer de él su significado político, situándolo en su contexto: un diálogo en que se pregunta por la justicia. Pero trata a la vez de interpretar la pregunta por la justicia como una cuestión que no es meramente moral o política, sino decididamente ontológica: la pregunta por aquello que hace posible toda delimitación y todo discernimiento. El lugar en que confluyen ambos asuntos no es otro que la pólis, el lugar en que se mantiene viva la ausencia de principio, la ausencia de arkhé.

Referencias bibliográficas

  • (135 c). Vid. infra, n.48
  • Vid., por ejemplo, Rep. 503 b y d, donde se aplica a y a respectivamente
  • Vid. Rep. 345 c y 346 b, donde se aplica a la actión de définir
  • Vid. Rep. 346 d
  • Vid. Rep. 340 e, 341 b-c y 342 b, donde se toma el asunto con no poca ironía, como corresponde al intento de hablar precisamente sobre lo que hace posible toda precisión
  • Vid. Sofista 263 e-264 b, donde se alude a lo que tienen en común
  • Vid. Rep. 472 c-e. Felipe Martinez Marzoa ha insistido en este punto, vid. su Ser y diá-logo, Istmo, Madrid, 1996, cap. 6
  • (Rep. 475 e; vid. desde 475 b). No parece casual que se los esté nombrando, y no sin ironía, más que por el resultado de su actión, por lo que los mueve a actuar
  • Vid. 485 a-d, donde, con respecto a las naturalezas filosóficas, se pone en juego toda una panoplia de verbos que aluden a la pasión del amante y cuyo término es la verdad y el ser de lo que es siempre: (b 1), amar; (c 4), sentir afecto o cariño; (c 8), sentir debilidad por algo; y tender hacia algo o aspirar a aquello por lo que se siente uno atraído. No parece que hay a de tomarse a humo de pajas la afirmación de que la filosofía es aquella de la que habla Socrates en el Fedro, del mismo modo que es preciso tener bien presente que el nombre de se está usando en este preciso sentido: el que se desvive por la verdad. Ahora bien, si alguien puede desvivirse por la verdad y echarla en falta hasta ese punto, la verdad misma tiene que ser algo que hace falta y aun lo que más falta haceara explorar este tema tendríamos que ocuparnos ahora de la opinión recta o verdadera y de cómo, no por ser rectas, dejan de ser "desgraciadas, las opiniones "cuando les falta ciencia, (506 c), para lo que habría de ponerse este pasaje en conexión con Banquete 201 e-202 a y con Menón 96 c-98 c. Sin entrar a fondo en este asunto, algo se dirá más adelante sobre el lógos que encadena las opiniones volanderas y las libra de su desgracia, es decir, sobre
  • Vid. Menón, 80 a
  • Vid. supra n. 4
  • Vid. Rep. 514 a
  • Heidegger ha llamado la atención sobre la imposibilidad de separar alumbramiento y deslumbramiento como clave para interpretar el símil. Cf. "Piatons Lehre von der Wahrheit", en Wegmarken, V. Klostermann, Frankfurt del Meno, 3a ed., 1996, espágs 220-224
  • Vid. 508b-509 b
  • Entre quienes lo han entendido así precisamente porque no encuentran modo de que la a sea una forma de saber, vid. Theodor Ebert, Meinung und Wissen in der Philosophie Piatons. Untersuchungen zum Charmides , Menon und Staat, W. de Gruyter, Berlín Nueva York, 1974, págs 152-158
  • que es una utilísima bibliografía comentada, imprescindible para nuestro asunto, y II La ligne en République VI, 509 d-511 e. Le texte et son histoire, Bellarmin, Saint-Laurent, 1994
  • (527 a). "Hablan de un modo ridículo aunque forzoso", traduce Eggers Lan. Vid. infra, n. 61
  • Vid. especialmente 510 c-d
  • Vid. 510 c 6 y 511 a 1
  • vid. 510d 6, 511 a1y511c7
  • Vid. 510 a, donde se opone
  • Vid. respectivamente 511 c y d. Vid. infra, n. 55
  • De aceptar que la línea del símil sea horizontal, que es como tendemos a trazarla sobre el papel, y el orden de los segmentas, de izquierda a derecha. Circunstancia ésta en cualquier caso irrelevante, pesé al carácter simbólico de la oposición arriba-abajo, présente sin duda en los otros dos símiles que rodean al de la línea; pero irrelevante al cabo porque el significado de este símil geométrico no le viene de este símbolo, ni de otro cualquiera (en contra de lo que propone Robert S. Brumbaugh en Plato s Mathematical Imagination, Indiana University Press, Bloomington, 1977, págs. 97-103), sino de la constancia de la propórtion
  • Téngase en cuenta además que si la línea se traza sobre el suelo ya no es ni horizontal ni vertical. Cf. Y. Lafrance, "Platon et la géométrie: la construction de la ligne en Republique, 509 d-511 e", Dialogue, 16, 1977, págs. 425-450, que discute sobre el asunto muy detalladamente y defiende la verticalidad de la línea
  • Vid. Rep. 478 c-480 a, donde la se relaciona con la mezcla de ser y no ser, y 508 d, donde se presenta como vision débil de lo que no para quieto. En ambos pasajes se insiste en que es la identidad consigo mismo lo que hace posible que algo sea lo que decimos o nos parece (es decir, lo que opinamos que es). Cf. Fedón 78 d-79 a
  • Vid. Menón, desde 96 d
  • Vid. Wieland, op. cit., págs. 212-213 y 299-300
  • y Martínez Marzoa, op. cit., págs. 97-99
  • Esta es la propuesta de R. M. Hare, que ha recibido abundantes críticas. Vid. su art. "Plato and the mathematicians", en New Essays on Plato and Aristotle, edor Renford Bambrough, Routledge & Kegan Paul, Londres, 1965, pág. 22
  • y entre sus críticos C. C. W. Taylor, "Plato and the mathematicians. An examination of Professor Hare's views", Philosophical Quarterly, 17, 1967, págs. 197-199
  • A. J. Boyle, "Platos's divided line. Essay II: Mathematics and Dialectic", Apeiron, 8, 1974, págs. 7-18
  • C. Eggers Lan, op.cit., págs. 86-88 y 93. Hasta el cap. 9 no terminaremos de entender este
  • Sobre la igualdad de los segmentos centrales se ha dicho de todo; incluso que es una consecuencia no querida o no advertida por Platón, como hace, entre otros, David Ross, Plato s theory of ideas, Clarendon Press, Oxford, 3a ed., 1961, pág. 45
  • Cfierre Aubenque, "De l'égaité des segments intermédiaires dans la ligne de la République", en SOFIES MAIHTORES, Chercheurs de sagesse , Hommage à Jean Pépin, édor M.-O. Goulet-Cazé. G. Madec y D. O'Brien, Institut d'Études Augustiniennes, París, 1992, págs. 37-44
  • Con respecta a la traduction de ó vid. supra, n. 58
  • Cf. supra n. 25
  • Cf. Aristoteles, Metafisica A, 1
  • S. Agustín, Confesiones, X, 35
  • y Heidegger, Ser y Tiempo, §§ 36 7 B, 13, 33 y 44
  • El llamado verbo o en la frase de 533 c 4, podríamos traducirlo por "no ha visto", ateniéndonos a su significado literal
  • Vid. Árpád Szabo, Les débuts des mathématiques grecques, trad fr. de M. Federspiel, Vrin, París, 1977, págs. 245-246, 265, 270 y 280, quien ha puesto de relieve que los tres ejemplos de hipótesis corresponden a definiciones euclidianas. Cf. supra n. 62
  • Sobre el verbo vid. supra n. 25
  • Este lugar común ha sido puesto en cuestión, desde interpretaciones muy distintas, por Julia Annas, An introduction to Plato s Republic, Clarendon Press, Oxford, 1981, págs. 291-293
  • y Wieland, op. cit., págs. 217 y 297-300. Este entiende que el dialéctico, a diferencia del matemático, quien por eso mismo no puede volver sobre sus hipótesis, ha renunciado a la " tematización" de las ideas y no posée teoría ni sistema alguno de tesis, sino un saber práctico acerca del habérselas con el decir mismo
  • Por qué esto es así y qué alcance tiene todo esto, es cosa que deberá quedar para otra ocasión. Cf. Felipe Ledesma, Realidady Ser, Edit. Complutense, Madrid, 2001, § 38, "Sentido de la bondad del ser: lo mejor"
  • Aunque éste es el tema de gran parte del libro VI, vid. esp. 497 b
  • Vid. sobre esto Rainer Schürmann, Le principe d anarchie. Heidegger et la question de lagir, Seuil, Paris, 1982
  • Vid. 329 a-b