Individual differences in risk-taking and behavioural modification

  1. Baltruschat, Sabina Anna
Dirigida por:
  1. Andrés Catena Martínez Director/a
  2. Antonio Cándido Ortiz Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 25 de febrero de 2020

Tribunal:
  1. Miguel Pérez García Presidente/a
  2. Rocío García-Retamero Imedio Secretario/a
  3. Natalia Bueso Izquierdo Vocal
  4. Fernando Maestú Unturbe Vocal
  5. Paloma Mari Beffa Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El comportamiento de riesgo existe en diferentes contextos y se caracteriza por una alta probabilidad de conllevar consecuencias negativas a nivel económico, de salud y social. Su estudio está enmarcado en modelos actuales de toma de decisiones, como el modelo del sistema dual, que propone la interacción de dos sistemas competitivos, uno intuitivo y el otro analítico, que podrían llevar a un comportamiento arriesgado o no arriesgado. Varios modelos neurocientíficos, ampliamente estudiados y confirmados en la literatura, se basan en este enfoque para explicar el comportamiento de riesgo a nivel cerebral, incluyendo áreas cerebrales relacionadas con el control cognitivo para el sistema analítico y áreas relacionadas con el procesamiento de emociones y recompensa para el sistema intuitivo. Aparte de la investigación enfocada en modelos teóricos, también se han estudiado factores internos y externos que influencian la toma de riesgo, como la edad, las emociones, el contexto social y los rasgos de personalidad, todos ellos teniendo bases cerebrales que se solapan con las de la propensión al riesgo. Los programas de intervención orientados a reducir el comportamiento de riesgo se han basada en enfoques conductuales, por ejemplo, aplicando feedback y sanciones en el caso de conductas arriesgadas en conducción. Sin embargo, este tipo de programas ha mostrado limitaciones, por lo que se están desarrollando nuevas estrategias incluyendo componentes de intervenciones cognitivas, como el entrenamiento basado en mindfulness. Varios estudios han confirmado ya un impacto positivo en el comportamiento de riesgo, como también se han observado modificaciones a nivel cerebral congruentes con las bases cerebrales del comportamiento de riesgo. Los tres estudios que componen la presente tesis doctoral tienen el objetivo de estudiar dos de los factores más importantes que influencian el comportamiento de riesgo, el contexto social y diferencias individuales en rasgos de personalidad relacionados, así como el objetivo de explorar la efectividad de un entrenamiento en mindfulness para la reducción del comportamiento de riesgo. En todos los estudios usamos el contexto de la conducción, ya que es un contexto cotidiano con el que la gran mayoría de las personas está familiarizada, además de que en este contexto el comportamiento de riesgo entraña posibles consecuencias negativas no solo a nivel personal sino que también tiene un alto impacto negativo para la sociedad. En el estudio 1 evaluamos el efecto de la presencia de un igual en adultos emergentes, que en adolescentes ha mostrado de forma consistente un aumento en el comportamiento de riesgo, y que está suele explicarse aludiendo a diferencias en el desarrollo de circuitos cerebrales relacionados con la emoción y la recompensa, lo que se traduce en una sensibilidad incrementada a la presencia de iguales. Aunque los estudios en jóvenes adultos no son consistentes en cuanto al efecto de la presencia del igual, nosotros encontramos una reducción en la discriminación de las situaciones de riesgo y un aumento en el comportamiento de riesgo en una tarea de conducción simulada. Además observamos actividad cerebral diferencial en áreas relacionadas con el control cognitivo y el procesamiento de emociones y recompensa, clasificándolas en clústeres sociales, que dependen de la presencia/ausencia del igual, y clústeres no sociales, que se activan independientemente del contexto social. Un menor número de conexiones funcionales explica las variables de la conducción simulada cuando el igual está presente en comparación con la ausencia del igual. Estos resultados indican que la presencia de un igual provoca la activación de una red cerebral diferente y menos eficiente para el procesamiento de riesgo, promoviendo una diminución de la percepción de riesgo y un aumento del comportamiento de riesgo. El estudio 2 está enfocado a las bases cerebrales de la relación entre diferencias individuales en impulsividad y búsqueda de sensaciones dependiendo de la predisposición a comportarse de forma arriesgada. Aunque estudios previos han identificado bases cerebrales similares a los de estas diferencias individuales, no se ha estudiado la relación entre esos rasgos de personalidad. Comparando personas arriesgadas con no arriesgadas, observamos diferentes asociaciones entre la conectividad funcional durante la evaluación de riesgo y varias facetas de los rasgos de impulsividad y búsqueda de sensaciones. Encontramos diferencias en función de la tendencia al riesgo en la conectividad funcional entre nodos de la misma red y entre redes asociadas al control cognitivo y el procesamiento de emociones y recompensa. En suma, los resultados demuestran que la propensión al riesgo modula la relación entre diferencias individuales en impulsividad y conectividad funcional de tal forma que parece preparar el cerebro para una respuesta inmediata, automática y poco adaptativa. El objetivo del estudio 3 fue estudiar la efectividad de un entrenamiento en mindfulness en conductores arriesgados. En estudios previos se ha encontrado que diferencias individuales en la tendencia de ser mindful están relacionadas con menor comportamiento de riesgo en contextos de conducción, además de que el entrenamiento en mindfulness ha sido eficaz para reducir la toma de riesgo en otros contextos. Encontramos menor conducción arriesgada autoinformada después de la intervención, el mismo nivel de mindfulness disposicional, e identificamos a las personas con menor tendencia a ser mindful como las que más se beneficiaron de la intervención. En este sentido, demostramos la efectividad de un entrenamiento en mindfulness para conductores infractores, destacando la importancia de las diferencias individuales en mindfulness disposicional para el cambio conductual. En conclusión, los estudios muestran que la propensión al riesgo está relacionada con áreas cerebrales asociadas al control cognitivo como también al procesamiento de emociones y recompensa. Aportan evidencia clara de las bases cerebrales de factores que influencian el comportamiento de riesgo, así como de la efectividad de un programa de intervención basado en mindfulness para la reducción del comportamiento de riesgo, y enfatizan la relevancia de las diferencias individuales. Summary Risk-taking occurs in a variety of contexts, characterized by a high probability of negative consequences including financial, health, and social harm. Risk-taking is addressed in several decision-making models, one of which is the dual system model. This model proposes that two competitive brain systems - the intuitive and the analytic system - interact to give rise to risky or non-risky behaviours. Several neuroscientific models, widely supported by the literature, propose this hypothesis to explain risk-taking behaviour at the brain level, suggesting brain areas related to reward and emotion processing for the intuitive system and regions related to cognitive control for the analytic system. Besides creating a theoretical framework, research has also identified internal and external factors that influence risk-taking, such as emotions, age, social context, and personality traits that also show brain correlates in overlapping brain areas associated to risk-taking. Efforts to design intervention programs to reduce risk-taking and mitigate negative consequences usually rely on behavioural approaches using feedback and penalty of risky behaviour. However, these programs have shown several limitations and new approaches are emerging, including components of cognitive interventions, such as mindfulness-based training. Various studies have already shown a positive impact of such interventions on risky behaviour. In addition, post-intervention brain changes seem to be consistent with brain correlates found in risk-taking research. Based on these previous findings, in the three studies that compose this doctoral thesis, we aimed to study two factors related to risk-taking: the social context and individual differences in related personality traits. In addition, we explored the effectiveness of a mindfulness-based training on risky behaviour. In all studies we used traffic environments because traffic is a risk-taking context common to almost everyone that involves possible negative consequences not only at the personal but also at the societal level. In study 1 we tested the effect of the presence of peers on the risky behaviour of emerging adults. In adolescents, the presence of peers has been found to trigger risk-taking, supposedly due to adolescents’ incomplete brain development, and heightened sensitivity and activity of brain areas supporting emotion and reward processing. In study 1 found reduced risk perception and increased risky behaviour in a driving simulation task when the peers were together. We also observed differential brain activity in areas related to cognitive control and reward and emotion processing. These areas can be classified into social clusters, dependent on the peer´s presence, and non-social clusters, independent of the social context. A lower number of functional connectivity links between these areas accounted for the driving performance in the peer’s presence compared to his/her absence. Altogether, these findings indicate that the presence of a peer triggers the activation of a different, less efficient brain network for risk-processing, entailing less risk perception and increased risky behaviour. In study 2 we focused on the cerebral correlates of individual differences in impulsivity and sensation-seeking in relation to the predisposition to engage in risky behaviour. Previous research has identified similar brain correlates for these individual differences but their relation has not been studied. Comparing highly risk prone and non-risk prone individuals, we observed different associations of functional connectivity during risk discrimination and several facets of impulsivity and sensation seeking traits. Differences were observed in within- and between-network connectivity of cognitive control and reward and emotional related nodes. In general, the results show that risk propensity modulates the links between individual differences in impulsivity and functional connectivity in a way that seems to prepare the brain for an immediate, automatic, and maladaptive response. In study 3 we aimed to study the effectiveness of mindfulness-based training in risky drivers. In previous research individual differences in dispositional mindfulness have been related to reduced risk behaviour in traffic environments and mindfulness-based programs have been found to reduce risk-taking in other contexts. In study 3 we found less self-reported risky driving after the intervention program and identified the individuals with low dispositional mindfulness as the ones who benefit most of the program. The study provided evidence for the effectiveness of mindfulness-based training programs for traffic rule offenders, highlighting the importance of individual differences in the achievement of behavioural changes. In conclusion, the studies presented in this thesis build on former research showing risk propensity to be related to brain areas associated to cognitive control and emotional and reward processing. They provide evidence for the brain correlates of influential factors in risk-taking and for the potential of mindfulness-based training to reduce risky behaviour, emphasizing the relevance of individual differences.