El Dios de Blas de Oteroreligión y filosofía en clave poética

  1. Gil de Zúñiga Muñoz, Antonio
Dirigida por:
  1. Manuel Fraijó Nieto Director/a

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 28 de junio de 2010

Tribunal:
  1. Javier San Martín Presidente/a
  2. Tomás Domingo Moratalla Vocal
  3. Antonio Orejudo Utrilla Vocal
  4. José Miguel Marinas Herreras Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 301903 DIALNET

Resumen

En el núcleo de la fenomenología religiosa de Blas de Otero está Dios como realidad fundante, tanto de su ser y de su existencia como del mundo. Dios es, pues, por una parte, el ancla que hace posible que el barco de la existencia humana no se precipite en el mar de la nada; y, por otra, posibilita la actuación del hombre en el mundo, ya que sin Dios no se puede aupar tanto escombro. Ahora bien, en la fenomenología religiosa oteriana debemos diferenciar, al menos, cómo se relaciona el poeta bilbaíno con Dios y desde dónde se relaciona. A) Este "desde dónde" constituye el entramado antropológico, configurando al mismo tiempo el "yo y sus circunstancias", que se despliegan en un amplio abanico, que va desde unas vivencias religiosas, alienantes, del nacionalcatolicismo, pasando por sus vaivenes psicológicos depresivos, hasta concebir un pensamiento filosófico basado en la soledad del hombre, "sólo el hombre está solo", y en el que el hombre es "el río del tiempo hacia la muerte". Esta soledad existencial humana está acosada férreamente por el vacío y la nada; de ahí que la angustia sea pieza clave del existir del hombre. Este "desde dónde" se completa con unas vivencias político-sociales muy llamativas: guerra civil española, segunda guerra mundial, dictadura franquista. B) En el cómo se relaciona Blas de Otero con Dios, como realidad fundante, destacamos tres momentos: a) vivencia placentera (mística, sui generis, monacal y de la nupcialidad); b) en conflicto, o el silencio de Dios; c) vivencia desde la ética (mística de la otredad o mística laica), la cual posibilita al poeta dar una respuesta satisfactoria, desde la coherencia de vida y desde la esperanza como factor de transformación, tanto a sus preocupaciones existenciales como a sus preocupaciones sociales y políticas, actuando en favor de la justicia, de la libertad y de la paz. Blas de Otero en su poética se nos propone como el adalid de una religiosidad laica, que Ortega y Gasset había analizado en 1926, al considerar que Dios no es sólo un asunto de la "religión", sino que también es "un asunto profano"; o lo que es lo mismo,"hay un Dios laico", con el que el hombre se puede relacionar sin el corsé de la "religión".