Más allá del infinito, el límite: el amorEl Oxímoron de lo divino
- Lozano Pino, Jesús
- Teresa Oñate Zubía Directora
Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 03 de mayo de 2014
- Javier San Martín Presidente/a
- Jesús M. Díaz Álvarez Secretario/a
- Ángela Sierra González Vocal
- Carmen Segura Peraita Vocal
- Gianteresio Vattimo Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN (entre la línea técnico-documental y la experiencial): El estudio del debolismo kenótico-caritativo de Gianni Vattimo y la ontología hermenéutica de las diferencias que documenta T. Oñate en sus investigaciones sobre la temporalidad griega ha posibilitado, desde mi experiencia personal con los marginados, una interpretación bíblica, teológica y política del único principio-límite ontológico-hermenéutico aceptable: la caritas. Grecia y cristianismo se acercan: el amor a la sabiduría y la sabiduría del amor se abrazan y conjugan en gerundio. Profundizando en Jesús de Nazaret encontramos razones para seguir creyendo que si Dios existe, ¿Dios es Amor¿ (1 Jn 4,8), y si no, merece que lo matemos. ESTRUCTURA: Se trata de 867 páginas (incluyendo la bibliografía y una entrevista a diversos teólogos y filósofos: Anexo) distribuidas en 5 grandes bloques que intentan, a raíz del giro explícito cristiano-hermenéutico que Vattimo proyecta a partir de los años 90, justificar el vínculo con Grecia y la relación existente del pensamiento débil (kenótico-caritativo) con la Teología de la Liberación y el Concilio Vat. II (personificado hoy en el Papa Francisco), a la vez que realiza un análisis del sistema capitalista neoliberal ofreciendo alternativas más amables y justas en la política económica mundial. RESUMEN DE APORTES Y CONCLUSIONES: 1º. Confirmar en la teoría y en la praxis la intuición vattimiana de que el amor (la caritas) es el límite que ayuda a poder percibir, con los otros, nuestras diferencias, pero las que nos une y completa en nuestra interrelación hermenéutica. 2º. Este límite abre la tolerancia y el diálogo y cierra todo posible fanatismo. De modo que la única religión aceptable es el amor. El Dios extra-terrestre, ajeno a los intereses del hombre falleció ya en el s. XIX. 3º - Existen reflejos bíblicos, teológicos y políticos que confirman la sabia intuición de Vattimo sobre el criterio preferencial por el debolismo como nihilismo activo contra dogmático y contra violento. La actual crisis económica refleja la debilidad ético-filosófica del Neoliberalismo salvaje. Nuestra tarea, en esta época postmoderna, es discernir los signos de los tiempos para poner en marcha las bases de una sociedad más humana, racional y democráticamente creyente. El futuro de la religión y del hombre depende de ello. 4º. Este criterio de debilitamiento las estructuras de poder se hace incondicional a la hora de priorizar la Buena Nueva a los pobres. En lo que respecta a los problemas de pobreza que afectan a las comunidades cato-comunistas y pluralistas, es coincidente con la exégesis fraternal y la praxis bíblica llevada a cabo por la Teología de la Liberación. 5º. En la Postmodernidad existen personajes que han encarnado la ¿utopía débil¿: este espíritu alternativo kenótico-caritativo, como el que, entre otros, provoca el Papa Francisco, quien encarna el aire fresco y lidera la apertura del Concilio Vat. II, devolviendo la esperanza a muchos de los enemistados con una Iglesia fuerte, poderosa y dogmática. 6º. -Una nueva ciudadanía y política que pide ser interpretada está naciendo: Hoy, ante un mundo globalizado y capitalizado se abre paso la lógica de lo pequeño, la resistencia social, la política participativa, la democracia real. Precisamente de estos grupos, excluidos, débiles y dispersos, expulsados por la globalización hegemónica que se impone, salen los pequeños y diversos movimientos sociales de la actualidad. Si conseguimos conectar estas pequeñas piezas del puzle, estos retazos sueltos que configuran el mosaico de ¿los sin voz¿, entonces podremos dar valor de justicia a esta imparable pero ingrata globalización. Los perdedores de la globalización están hoy pidiéndonos cuentas.